El libro lo escribió Gabriela Kizer, quien entrevisto a la protagonista en largas sesiones de conversación y luego transcribió sus palabras. Kizer señala que son frases marcadas por un profundo sentimiento de resiliencia, esa capacidad que permite a las personas superar las adversidades. En uno de los pasajes se lee: “Hambre, uno tenía hambre en el campo de concentración…, los intestinos crujían, además del alma que sufría, se sufría físicamente del hambre, un hambre insoportable…”,. Frases terribles que  rememora Katz sobre aquella terrible experiencia que vivieron y compartieron los hacinados en el campo de concentración. Pero la jovencísima Hedy no declinó su voluntad, pues puso de manifiesto su  inspiradora fuerza vital, como lo afirma en estas palabras: “Pronto decidí que iba a sobrevivir”; “un hombre debe ser más fuerte que el acero”. 

Hedy Katz firma uno de los libros 

Hedy Katz supero la deportación al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau el 14 de mayo de 1944, cuando apenas contaba 17 años de edad. En su antebrazo lleva tatuado el número A7641, con el que marcaron su vida. De las veinte personas de su familia, ella fue la única sobreviviente. Pero Hedy Katz no sólo sobrevivió, sino que superó sus miedos, se enfrentó a los fantasmas del pasado y pudo vivir y lo ha hecho plenamente para dar amor a una nueva familia formada por sus hijos, sus nietos y bisnietos. Viajó a un nuevo país que hizo suyo y al que agradece haberla acogido.

Mucho más que un número relata, a través de una narrativa sencilla y diáfana, la lucha de una joven judía para sobrevivir el Holocausto y su perseverancia en mantener vivo el recuerdo de lo sucedido. Con su testimonio contribuye a crear conciencia para que horrores como estos no ocurran nunca más. 

La concurrencia que se reunión en la librería El Buscón, ubicada en Trasnocho Cultural, pudo oír la narración de Gabriela Kizer, una clara y estimulante invitación a leer el libro; pudo escuchar las palabras de Hedy Katz, quien con la sabiduría adquirida en su larga vida, invita a resistir y a enfrentar los inconvenientes, a no ceder ante los obstáculos y a encontrar una razón; así como las palabras de Ilana Beker, vicepresidente de Espacio Anna Frank y anfitriona de esta actividad.