CAROLINA JAIMES BRANGER
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Ignaciano y orgulloso de serlo. Un blog gráfico de contenido humorístico, por casualidad, lo llevó a conocer el trabajo de un amigo en la Penitenciaría General de Venezuela. Desde entonces, ambos fundan la productora Capitolio, con el objeto de ofrecer audiovisuales de alta calidad en contenido artístico y de gran impacto social. Es uno de los motores de FreeConvict, un proyecto de reinserción social de ex convictos, a través de la música. Su trabajo puede verse en www.capitolio.co
- Desde muy joven mostraste interés en causas sociales... ¿de dónde proviene?
- No recuerdo la primera experiencia. Sin embargo, vengo de un colegio jesuita que promovía mucho la inclusión y la ayuda a distintos sectores de la sociedad... Sí recuerdo que alrededor de mis 12 años, deportes como la patineta y el surf -que se practicaban en lugares no habituales para el sector de la sociedad del que vengo- me llevaron a estar en contacto con personas y realidades muy distintas a las mías. Después, en mi carrera profesional, han sido una fuente de motivación para casi todos lo que hago.
-Te gusta la irreverencia. Háblame de tu experiencia en Guatafoc.
- No me definiría como una persona irreverente, más bien me gusta reconocer que hay diversas realidades y maneras de hacer las cosas. Llegué a Guatafoc en 2011, durante mi primer año de universidad, después que Iván Almaral y Diego Celi me invitaran a formar parte del proyecto. Fueron años interesantes, con un proyecto propio. Como plataforma, Guatafoc inició siendo un blog de contenido humorístico/gráfico. Eso nos sirvió para generar una base de seguidores y una popularidad a nivel nacional que nos enlazó con varias marcas a nivel comercial. Tiempo después, a medida que el país se iba complicando, mis socios tomaron caminos distintos y quedé yo con la marca, pero con poca capacidad de acción: estaba terminando mi carrera universitaria y sólo tenía mi laptop. En ese momento retomé contacto con un buen amigo del colegio que se encontraba haciendo un documental sobre el sistema penitenciario venezolano. Decidimos fundar Capitolio, una productora de contenido digital (diseño gráfico y producción audiovisual) con un equipo capaz de abordar proyectos de alto valor estético y artístico, pero con un gran componente social. Ahora Guatafoc es uno de los tantos proyectos internos de Capitolio y cumple con la función de distribuir contenido con dichas características.
- ¿Como Comunicador Social qué te gustaría hacer?
- Estoy haciendo lo que quiero, me considero un adicto, en el buen sentido de la palabra, de desarrollar una idea y después de todo un proceso, realizar algo tangible. Es una constante reinvención y disputa contra el miedo a fracasar, pero motivado siempre por innovar y causar un impacto positivo en la sociedad.
- Una de las cosas más relevantes que has hecho es apoyar a los músicos dentro de las cárceles como forma de reinserción social. Tú eres uno de los motores de FreeConvict. Cuéntame de la experiencia.
- Alrededor del año 2013, parte del equipo de Capitolio se encontraba en la extinta Penitenciaria General de Venezuela (PGV) documentando historias de vida para conocer de primera mano la situación penitenciaria del país. De pronto, a nuestro equipo les llamó la atención un grupo de chamos en una rueda de freestyle, improvisando sobre el beat que lanzaban a puro pulmón. Así establecieron el enlace con los FreeConvict. Entonces iniciamos una gran cantidad de visitas al penal para hacerles seguimiento a los miembros de la agrupación y después de varias conversas, ideas y sueños, decidimos trabajar juntos. Hoy en día somos amigos y trabajamos en un proyecto de reinserción social a través de la música. Actualmente estamos trabajando con ahínco para obtener el primer caso de éxito con la primera promoción de ex-convictos (15 de ellos) a través del hiphop. Despertamos su interés para capacitarse en talleres dictados por aliadas de alto nivel. La meta es lograr la sostenibilidad económica y la inserción laboral de los miembros del proyecto. Somos una gran cantidad de personas trabajando en este proyecto, no los nombro pues la lista se haría interminable.
- ¿Ves posible llevar ese trabajo a otros centros penitenciarios?
- Sin duda es una posibilidad. La música tiene un poder inmenso, sobre todo para facilitar accesos a lugares que están muy abandonados y deteriorados. La idea es hacer que el mensaje de FreeConvict llegue a todos los rincones y es en las cárceles y barrios venezolanos donde más se necesita.
- ¿Cómo te ganas la confianza de personas que probablemente desde niños aprendieron a desconfiar de todo y de todos?
- Creo que desde cualquier hogar te educan a no confiar a las primeras en nadie, en preguntar dos veces, en “seguro mató a confiado”. Lo que sí me parece interesante es que en los bajos fondos la palabra tiene un peso enorme. Lo que se dice, se hace. La palabra viene atada a una acción. De lo contrario se pierde la confianza y quién sabe dónde terminas.
En mi experiencia con los FreeConvict creo que los momentos positivos han sido más y que el desarrollo de cada uno de los miembros que ha entrado formalmente al proceso de reinserción ha sido tan notable, que elimina cualquier tipo de desconfianza. Como dice una de las canciones de mi hermano AKA El AS: “la transparencia siempre trae buenos beneficios”. Sin darme cuenta, es algo que he estado aplicando durante toda mi vida profesional.
- ¿Qué significa Venezuela para Pablo Castillo Fonseca?
- Nací en 1991. Por eso, Venezuela para mí es sinónimo de lucha constante (porque la he visto), pero también de alegría infinita (porque la he vivido). Una fuente de frustraciones que se pueden convertir en motivaciones si somos lo suficientemente creativos para lograrlas. Pienso que atravesamos la peor crisis de nuestra historia, pero que, fuera de cualquier ideología política, esto que estamos viviendo nos convertirá en una sociedad exitosa.
Achante en el campanario de la PGV PAVLO CASTILLO
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