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Los 65 años de un icono de Caracas

El hotel Tamanaco celebró un nuevo aniversario con un encuentro que reunió a presonalidades de los diversos sectores capitalinos

  • MAYTE NAVARRO

08/02/2019 08:19 pm

En 1953 Caracas estaba cambiando su imagen provinciana para dar paso a una urbe marcada por la modernidad. Nuevas urbanizaciones, avenidas y autopistas que la recorrían de este a oeste y comunicaban el norte con el sur iban aflorando en la geografía local. Quienes vivían en las casonas del centro capitalino se mudaron a las nuevas urbanizaciones regidas por un renovador concepto y los profesionales de la Arquitectura desarrollaban interesantes proyectos que contribuyeron a ese cosmopolitismo que vivió posteriormente la capital.

Una de esas obras que continúa siendo todo un símbolo de Caracas es el Hotel Tamanaco. Las nuevas construcciones que se han levantado y que a veces no permiten verlo de cualquier ángulo no han disminuido el imponente perfil de esta obra firmada por Gustavo Guinand van Der Valls, quien era ingeniero y arquitecto.
El hotel Tamanaco en los años 50  CORTESÍA

La inauguración tuvo lugar el 3 de diciembre de 1953 con la presencia del general Marcos Pérez Jiménez, su esposa Flor Chalbaud Cardona de Pérez Jiménez. El baile contó con la animación de la orquesta de Chucho Sanoja y con la asistencia de la flor y nata de la ciudad. A partir de ese momento el Tamanaco albergó a jefes de Estado, artista de la categoría de Joséphine Baker, así como a personalidades del mundo de los negocios y de la política, constituyéndose en el hotel más importante de Caracas y ubicándose en el top-ten hotelero de Latinoamérica.

El tiempo ha pasado y el hotel edificado en una de las colinas de Las Mercedes continúa icólume con su silueta en forma de “V” abierta y mirando al Ávila. Su piscina de bordes ondulantes llegó a ser escenario de la presentación a la prensa de las candidatas al Miss Venezuela, ahora recibe a la Chicas Polar y también fue el lugar preferido por Lola Flores "La Faraona" para descansar antes de sus actuaciones.
Elsa Rodríguez, Daniel Hernández, Verónica Moniz y Mercedes Hernández de Abilahoud FOTOS CÉSAR PALACIOS

Para celebrar sus 65 años, la directiva invitó a una misa que ofició monseñor Alfo Giordano, nuncio apostólico. La ceremonia fue amenizada por la Orquesta Simón Bolívar y su coro que interpretaron composiciones de Georg Friedrich Händel y Wolfgan Amadeus Mozart. Durante la homilía, monseñor Giordano subrayó la función social de un hotel, subrayó la importancia que tiene lo gastronómico, no sólo porque se brinda alimento, sino porque da paso a la tertulia, sirve también para compartir y disfrutar de los alimentos que ofrece la naturalea.  Habló también del servicio que se le ofrece a la gente,  donde la amabilidad es importante porque reconforta. Por otra parte, es una fuente de trabajo y un símbolo de desarrollo para el país. Felicitó a los directivos por este nuevo aniversario y les deseó una larga trayectoria.

Concluida la ceremonia religiosa Alejandra Abilahoud Hernández, agradeció a los presentes su asistencia y ratificó que el interés es el de continuar siendo un símbolo para Caracas, no sólo en lo arquitectónico sino también en la calidad de sus servicios.
Gabriela de Abilahoud y Elías Abilahoud Hernández

De inmediato se invitó a los presentes a un brunch en el foyer del salón Naiguatá, esa sala por donde han actuado artistas que van desde la bolerista Olga Guillot hasta Rosario, además de ser escenario de bodas y otras celebraciones familiares y empresariales. La decoración, sencilla y a la vez elegante, estuvo a cargo de Edward Sitzer. En el altar colocó una gran cruz de flores menudas y en el foyer se sirvió de las exóticas orquídeas colocadas estrategicamente.

El Tamanaco seguirá siendo ese gran balcón de Caracas y continuará formando parte de la vida social de Caracas


El nuncio Aldo Giordano durante la celebración de la misa  CORTESÍA

Francisco e Ilia Azpurua

Los jóvenes integrantes de la Orquesta Simón Bolívar durante su actuación durante la liturgia

Alejandra Abilahoud Hernández agradeció la presencia de los asistentes

Alejandra y Mercedes Abilahoud Hernández y Ludaymer Lugo, primera mujer gerente general del hotel Tamanaco

Marianella Abadí Abilahoud y Jacobo Abadí

Durante la celebración de la misa

Ren Sugis Briceño, Marcos Valero, Blas Delascio y Nerys de Delascio

Elides J Rojas L, Ludaymer Lugo y Álvaro Montenegro Fortique


Isis Espinoza y Morella Ramírez

Luis Muci Alvarado, Esther de Muci y Miguel Muci

Entrada del hotel Tamanaco

Homilía pronunciada por monseñor Aldo Giordano, Nuncio apostólico, durante la misa de acción de gracias

Queridos amigo:
Una fiesta especial nos congrega hoy. Siento mucha alegría al compartir con todos ustedes esta Eucaristía de acción de gracias por los 65 años de servicio ininterrumpido del Hotel Tamanaco Intercontinental en nuestro país. Agradezco de corazón a los propietarios del hotel y a todos los colaboradores por la invitación y la preparación de esto evento de fe. Saludo con afecto a todos los presentes. Estamos aquí hoy para confiar a Dios el servicio de nuestro hotel y la vida de nuestras familias, de nuestra ciudad y de nuestro querido país Venezuela.

Sobre todo, quiero comunicarles a todos ustedes el agradecimiento, la cercanía y la bendición del Papa Francisco, a quien represento ante el querido pueblo de Venezuela. Que el Papa sienta nuestro afecto y nuestra oración. La señora Silvana Natale compartió conmigo la emoción que aún tiene en su corazón, vivida durante la acogida de San Juan Pablo II en la Nunciatura, en 1996, organizada por el Hotel Tamanaco.

La palabra de Dios que la Iglesia nos ha regalado hoy nos ha hablado de la sabiduría. Isaías profetiza: “Brotará un renuevo del tronco de Jesé… sobre él se posará el Espíritu del Señor: espíritu de sabiduría e inteligencia”. En la página del evangelio de Lucas nos es revelado quien es este renuevo, este nuevo protagonista de la historia, sobre el cual se posa el Espíritu Santo: es Jesús de Nazaret. “En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo”.

El Espíritu Santo dona la sabiduría. ¿Qué es la sabiduría?
En el contexto de un hotel como el Tamanaco, la primera reflexión que quiero compartir es el hecho que la palabra sabiduría, sapiencia, contiene la palabra saber que proviene del latín “sapere” que significa “tener buen gusto”. Las palabras sabio, sabedor, sabiduría, tienen las mismas raíces que sabor, sabroso, saborear. Podemos decir que la sabiduría es un ejercicio del gusto.

Una de las primeras cosas que aprendimos en la vida es la identificación de sabores y el juicio sobre los alimentos buenos o malos, a través de los alimentos de la cocina familiar, especialmente a través de los de la madre y la abuela. Fue la primera escuela en aprender a juzgar, a aprender la capacidad de probar la vida y el mundo. Un primer paso para adquirir sabiduría.

Muy relacionada con el ejercicio del gusto está la palabra: una palabra intercambiada en la mesa, un lugar donde se puede disfrutar no solo de la comida, sino también de cualquier otra persona que comparta la comida con nosotros. Una comida sabrosa se convierte en una celebración común, una fiesta compartida donde la comida une, permite el compartir, crea un compañero (da cum-panis, el que comparte el pan). Se cocina, se ofrece, se come para unirse al otro. La alimentación es un enlace. Un enlace entre cuerpos. Lo experimenta una criatura recién nacida al tomar leche de su madre y la madre en darla. La cocina es sin duda a lo largo de los siglos una obra de la civilización femenina, una civilización del don, de la vida y del placer. Cocinar y comer se convierten en una experiencia de acogida y don. También la belleza del entorno y de la presentación de los alimentos son acogida y don. Todo esto es sabiduría, sabor, gusto de la vida. Todo esto pertenece a la esencia de un hotel.

En la Biblia hay muchas imágenes que nos permiten conectar el gusto con la palabra de Dios. A Ezequiel, Dios entrega un libro para comer, muy dulce para la boca y para el paladar. "Comer las palabras" es más que escucharlas, es incluso, según los monjes antiguos, "rumiarlas". Así, la palabra nos plasma, nos moldea, nos proporciona alimentos para sostener nuestra búsqueda de significado. La sabiduría es una búsqueda del sentido de la vida.

¿Cómo no recordar la sabiduría de la mesa vivida por el hombre Jesús? En la mesa conversó con facilidad, hizo amigos, aceptó las discusiones que pudieran surgir. Estar en la mesa para Jesús fue una señal, una parábola del significado de su propia misión: llevar la presencia de Dios al mundo, acercar el Reino a los pecadores, a aquellos que se sintieron excluidos y alejados de él.

Pero hay una experiencia central de la fe cristiana que debe mencionarse absolutamente con respecto al "gusto espiritual": la experiencia eucarística. Al punto culminante de la liturgia eucarística se come pan y se bebe vino. Pero en la fe uno prueba el cuerpo y la sangre de Cristo. La Eucaristía es el don y la acogida por excelencia, la fuente de la sabiduría.

Leí este testimonio: "¿Quieres dos espaguetis?" Es la frase más importante que conozco... Mi madre la pronunció. Cuando tuve la difícil tarea de decirle que su hijo había muerto, mientras temía por su salud y un posible malestar repentino, se volvió más bella, se le tranquilizó su rostro, sus ojos verdes y su palidez de piedra, y con una tranquilidad hierática pregunta: "¿Quieres dos espaguetis?". Fue la primera frase que pronunció. Ante tal pérdida no había otra cosa que dar, no había otra cosa para recibir. Ella se alejaba con el pensamiento, pero la estufa le servía para quedarse con nosotros, conmigo... La alimentación es un gesto de sustracción de la muerte. La comida, la fuerza y el poder vital, se opone a ello.

Me gustaría dar otro paso para escuchar la Palabra de Dios y para comprender lo que es la Sabiduría.

La sabiduría es la posibilidad de ver las cosas con los ojos de Dios, como las ve Dios mismo. ¿Cómo Dios ve las cosas? Dios ve al mundo ya liberado de la potencia del mal de las consecuencias del pecado. Regresemos a la página de Isaías. Un mundo sin mal es un mundo que conoce la justicia: “No juzgará por apariencia… defenderá con justica al desamparado, al pobre”. Un mundo sin mal es un mundo que ha visto el desaparecer de la violencia: “Habitará el lobo con el cordero, el novillo y el león pacerán juntos… la vaca pastará con la osa… el león comerá paja con el buey… el niño jugara sobre el agujero de la víbora… el país será lleno de la ciencia del Señor”. Esto no es puro sueño, es el mundo como Dios lo ve.

Quien nos ha traído el mundo de Dios sobre la tierra es el Hijo de Dios, Jesús de Nazaret. Nosotros los cristianos creemos en un Dios que ha venido a la tierra y por amor ha atravesado nuestras lágrimas, nuestros sufrimientos, nuestro dolor, hasta la muerte en la Cruz.

Pero el Crucificado ha resucitado. Esta es la buena y extraordinaria noticia que Dios nos pide anunciar al mundo. El Resucitado nos dice que ninguna lágrima está perdida, que el dolor y la muerte no son las últimas palabras de la existencia de las personas, que el deseo de amor, felicidad, belleza, verdad que están en nuestros corazones son verdaderas. El Resucitado nos dice que existe el Paraíso, que el cielo azul está abierto sobre nosotros, que estamos destinados no a la muerte sino a la eternidad. Un cristiano es mártir y misionero del Resucitado. Su vida debe hacer creíble la Resurrección.

El lema que acompaña mi escudo episcopal es: “Praecedit vos in Galileam”. Son las palabras del Ángel que en la mañana de Pascua de Resurrección le dice a las mujeres: “el Resucitado les precede en Galilea”. Esta frase del Evangelio me ha acompañado durante mi vida, sobre todo en tantos viajes que he tenido que hacer. Muchas veces he pensado que Cristo Resucitado me ha precedido y me ha esperado en Moscú, en Londres, en Dakar, en Brasilia... Y también he pensado que el Resucitado me ha precedido aquí en Venezuela! Hoy entre ustedes, una vez más, encuentro al Resucitado que me esperaba y me dice: “¡no temas!”.

El resucitado nos revela que el secreto de la vida está en el amor, en el servir hacia la muerte en la cruz. Dar la vida por amor no es morir, es el camino para resucitar, para tener la vida por siempre¡ ¡Que el amor nos salve!. Que en los momentos de dificultad, María, la Madre que Jesús nos ha regalado a todos nosotros, pueda sostener nuestros pasos, pueda siempre decir a nuestro corazón: ¡levántate!, mira adelante, mira el horizonte, porque Ella es Madre del amor y de la esperanza. Amén

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