HUMOR MUNDIAL//Una cuestión de drogas
Esta sección ataca el lado sarcástico de la magna cita del balompié mundial, manejando con sorna hipotéticas situaciones de personajes imaginarios, enmarcados dentro de la competencia rusa
Pasada la resaca de las seis décadas, Pedro organizó una reunión en su casa para ver el juego decisivo del Mundial de Fútbol.
De la noche a la mañana le había aflorado una extraña afición casi desmedida por Croacia y es por ello que Norys le regaló por su cumpleaños una franela a cuadros blancos y rojos que diseñó y cosió tras cortar un mantel viejo que pernoctaba desde 1982 en el gabinete de la cocina.
Poco a poco fueron llegando los invitados, un poco cansados tras subir nueve pisos por las escaleras, toda vez que los ascensores del bloque 6 estaban en mantenimiento.
Los hermanos Henry y Carlos, el ‘Sabañón’ Orlando, el gordo José, Javier, Papeleto, Morelita, Wilmer, Palmita y Locorio se acomodaron en la sala frente al televisor.
De la cocina llegaba el aroma de un pasticho que preparaba Norys, hasta que... se fue la luz.
¿Quéeeeeeee? Pues vámonos a la Plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes!!
Sin pensarlo dos veces bajaron (por las escaleras) -con el pasticho aun caliente- a planta y como pudieron se metieron en el Maverick azul de Pedro -ese que tenía un hormiguero en la maleta- para dirigirse al Este.
Estacionaron en la calle, enfrente del Tolón y se acomodaron en un rincón de la plaza, donde disfrutaron del juego en pantalla gigante.
Pero el destino les tenía deparada una mala jugada. Al regresar, el veterano Ford había desaparecido.
De inmediato Pedro se acercó al módulo policial para denunciar el robo.
¿El vehículo es de 1971? preguntó el funcionario, tras lo cual agregó: “Este es un problema de drogas”. Pedro enardecido encaró al funcionario, quien tranquilamente sentenció: “Es que hay que estar drogado para robarse esa reliquia”. Ciertamente, dijo el agraviado y comenzó a caminar.