En octavos de final el árbitro ecuatoriano Byron Moreno, impartió “justicia” en el encuentro entre coreanos e italianos. A los tres minutos pitó penal a favor de los asiáticos, nadie entendió la falta, igual el coreano erró el disparo. El juego fuerte de los asiáticos no fue penalizado, pero a los europeos le expulsaron a Francesco Totti en el alargue; al minuto 111 le anularon un gol a Damiano Tommasi en un dudoso offside, Corea marcó el 2-1 al minuto 117 y directo a cuartos de final. Byron Moreno fue investigado y suspendido en 1999 cuando en un partido anunció un alargue de 6 minutos y en realidad concedió 13, hasta que uno de los equipos marcó el gol del triunfo, luego pitó el final. En 2010 fue capturado en el aeropuerto de Nueva York por tráfico de heroína. Toda una joya. En cuartos de final, Corea enfrentó a España, donde el árbitro fue el egipcio Gamal Al-Ghandour, quien se encargó de anular dos goles hispanos a Iván Helguera y Fernando Morientes, además entre los minutos 110 y 113 señaló tres fuera de juego a Joaquín, Morientes y a Gaizka Mendieta, que ninguno resultó cierto en las repeticiones. Corea marcó sus cinco penales y España tres, quedando fuera del mundial, pero en el cuarto tiro español, el arquero coreano Woon jae Lee se adelantó ante el tiro de Joaquín, pero no pasó de allí. 

En 2015 el trinitario Jack Warner, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA reconoció, luego que lo apresaron por supuesto, que él había designado a los dos árbitros y a sus asistentes, pero sin dejar claro que haya dado una orden directa de favorecer a los coreanos. Moreno ha reconocido su mala actuación solo como equivocación, nunca como algo premeditado y menos con dinero de por medio. En todo caso los involucrados han descargado las culpas sobre los liniers o árbitros asistentes, total ellos fueron los que levantaron el banderín y anularon las jugadas. Nadie ha salido en la defensa de los surcoreanos o nadie quiere revolver las aguas.