Espacio publicitario

Inmediatez engañosa

Ante previsibles estafas hemos de estar alerta, enseriar la política, fomentar aproximaciones y acuerdos que nos permitan reconstruir a Venezuela y avanzar recordando que los atajos son los caminos más largos para alcanzar los cambios por todos deseados

  • Diario El Universal

17/01/2021 09:23 am

Claudio Fermín

La depresión económica genera hechos terribles que se alimentan unos a otros, coexisten y producen la realidad que padecemos: hiperinflación; desmantelamiento de servicios públicos; agravamiento de la inseguridad personal; hambre y miseria; emigración creciente y sostenida; agudización de la confrontación política.

El día a día de millones de padres de familia y amas de casa, está signado por la desesperación y la incertidumbre. ¿Qué hacer?, ¿cómo conseguir para el sustento de los hijos, para mantener la casa?

Ni qué decir de llevar adelante proyectos de vida, planes alrededor de los cuales jóvenes, profesionales, comerciantes y gente de trabajo habían pensado crecer y desarrollarse. La realidad obliga a rebuscarse, a cambiar de oficio, a mudarse de pueblo, a dejar la familia, en fin, los problemas del común se multiplican y se agravan sin vislumbrar mejoría alguna.

Bajo el deterioro de la economía y en ese clima de desesperanza se ha hecho presente la consigna del cambio inmediato, del cambio ya, de sustituir al gobierno sin esperar elecciones ni nada que se tenga como convencionalismo político. La cosa tiene que ser ya. Cualquier otro planteamiento es tenido por indolencia o como muestra de entreguismo a quienes están en el poder.

Así se han organizado paros petroleros y golpes de Estado que resultaron estruendosos fracasos, al igual que grandes movilizaciones de calle en el entendido de que las conmociones generadas por las mismas darían de inmediato al traste con el gobierno. Todo era coser y cantar. Llamaron a paralizar el país con guarimbas violentas. El cambio era “para ya” y había que lograrlo a costa de lo que fuese.

Todo fue mentira. También han llamado a la abstención en varias oportunidades bajo la premisa de que ese ausentismo masivo invalidaría la voluntad y decisión política de quienes acudieran a votar y el poder sería deslegitimado de inmediato. No fue así en ninguno de los casos. Otra mentira.
Declararon la ausencia absoluta del Presidente cuando no había presentado renuncia alguna, ni estaba gravemente enfermo o incapacitado, y obviamente no había fallecido. Todo lo hacían porque les daba la gana en nombre del “cambio ya”, al que habían convertido en una estafa política recurrente.

Aprobaron el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y se hicieron serviles de Trump para alcanzar una intervención militar extranjera. Presionaron y reclamaron bloqueo económico, lo que ha empeorado las condiciones de vida de los venezolanos. No les importaba la destrucción del menguado aparato productivo que quedaba. Por lo contrario, buscaban agravar la crisis para que la violencia y el caos se llevaran en los cachos al gobierno. Lo que importaba era el poder, de cualquier manera.

Embaucaron al país con lo de un presidente provisorio y con el apoyo de no sé cuántos países que respaldaban el cambio ya. En esa irresponsable aventura tienen dos años de agonía.

Venezuela urge, sin duda, de serios cambios en las políticas públicas, en especial de la política económica. El país no quiere seguir pasando hambre ni huyendo al exterior. Los cambios son una necesidad existencial.

Pero hemos perdido muchos años con las improvisadas y perversas modalidades del cambio ya. Se han desperdiciado oportunidades, se ha lesionado gravemente a todos y se ha popularizado la cultura de la inmediatez que desprecia acciones políticas reales, sensatas y convenientes como participar en elecciones para lograr cambios políticos y la adopción de acuerdos y entendimientos entre gobernantes y opositores para impulsar grandes rectificaciones y reorientaciones que el país necesita.

Al acecho se encuentran los vendedores de engañosas fantasías y los buscadores de popularidades prefabricadas e inmediatas que al calor de nuevos formatos del “cambio ya” puedan ponerlos en la palestra o regresarlos a tiempos de viejos protagonismos.

Ante esas previsibles estafas hemos de estar alerta, enseriar la política, fomentar aproximaciones y acuerdos que nos permitan reconstruir a Venezuela y avanzar recordando que los atajos son los caminos más largos para alcanzar los cambios por todos deseados.

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario