Caracas.- Diversos portales de medios de comunicación se hicieron eco de la denuncia de familiares y abogados de seis adultos y 16 menores venezolanos migrantes, quienes fueron deportados de Trinidad y Tobago el domingo 22 de noviembre con procesos legales pendientes y de los cuales se desconoce su paradero luego de que fue ordenado su retorno. La jueza de la Corte Suprema del estado caribeño, Avason Quinlan-Williams, ordenó a la Fuerza de Defensa de su país que devuelva a los deportados el mismo domingo.
Quinlan-Williams ordenó que las tres mujeres mujeres y 16 niños permanezcan bajo custodia para una audiencia de seguimiento, que se realizaría la tarde del 23 de noviembre, reseñó el diario Trinidad and Tobago Guardian. Las embarcaciones ya habían partido desde Cedros, hasta Delta Amacuro, Venezuela.
El 22 de noviembre, los migrantes venezolanos abordaron los botes escoltados por la Guardia Costera para que abandonasen territorio de Trinidad y Tobago. De acuerdo a los informes, los barcos tenían suministros de alimentos y combustible limitados cuando partieron. Las mujeres y los menores con condición de refugiados fueron detenidos después de llegar a Chatham el martes 17.
Asimismo, Mariela Magallanes, señaló que el gobierno de Trinidad y Tobago se «lava las manos», pese a la orden judicial que ordena el retorno de este grupo de migrantes.
Juan Guaidó, rechazó el hecho y dijo que «durante las últimas semanas hemos visto acciones reiteradas en contra de nuestros refugiados venezolanos en Trinidad y Tobago», como las agresiones sufridas por un grupo en la isla y, más recientemente, la deportación de este grupo de menores.
También, David Smolansky sostuvo que durante años Venezuela recibió a los migrantes trinitarios "con los brazos abiertos", y lamentó que no se dispensa el mismo trato "para los 40 mil refugiados venezolanos que han huido a esa isla".
Smolansky destacó que las autoridades de Trinidad deberían actuar «antes de que los refugiados lleguen a Venezuela o desaparezcan en el mar», para cumplir con la orden de la jueza que lleva el caso.
Esta anormalidad generó polémicas a través de las redes sociales, debido al peligro que representaba para los menores en alta mar.
"En dos peñeros de madera, y además durante un día muy lluvioso en la isla, fueron deportados los 16 menores de edad junto a 9 mujeres. Todo esto, minutos antes de que se desarrollara la audiencia en la que debían ser presentados", pero los miembros de las fuerzas de seguridad ignoraron que no realizó el proceso judicial.
Explicó que los dos botes fueron escoltados por las autoridades de la isla hasta que abandonaron aguas trinitarias, y debían llegar en un trayecto de 40 minutos hasta una zona denominada “La Barra”, en Delta Amacuro, pero al parecer nunca llegaron.
El proceso de deportación se realizó en botes sin registro y sin ningún tipo de identificación. Algo completamente irregular, según las denuncias.
Quinlan-Williams ordenó que las tres mujeres mujeres y 16 niños permanezcan bajo custodia para una audiencia de seguimiento, que se realizaría la tarde del 23 de noviembre, reseñó el diario Trinidad and Tobago Guardian. Las embarcaciones ya habían partido desde Cedros, hasta Delta Amacuro, Venezuela.
El 22 de noviembre, los migrantes venezolanos abordaron los botes escoltados por la Guardia Costera para que abandonasen territorio de Trinidad y Tobago. De acuerdo a los informes, los barcos tenían suministros de alimentos y combustible limitados cuando partieron. Las mujeres y los menores con condición de refugiados fueron detenidos después de llegar a Chatham el martes 17.
Ante esta situación la embajada venezolana en Trinidad y Tobago no se ha pronunciado.
Por su parte, Julio Borges alertó este lunes 23 de noviembre que la deportación de 16 menores de edad desde Trinidad y Tobago viola mecanismos y leyes internacionales de protección a la niñez. Instó organismos como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional de Migraciones (OIM) para que interceda ante lo que calificó de «hecho cruel que no refleja un espíritu de hermandad que tuvimos los venezolanos con todos los que llegaron a nuestra tierra en el siglo pasado», escribió por Twitter.
Asimismo, Mariela Magallanes, señaló que el gobierno de Trinidad y Tobago se «lava las manos», pese a la orden judicial que ordena el retorno de este grupo de migrantes.
Juan Guaidó, rechazó el hecho y dijo que «durante las últimas semanas hemos visto acciones reiteradas en contra de nuestros refugiados venezolanos en Trinidad y Tobago», como las agresiones sufridas por un grupo en la isla y, más recientemente, la deportación de este grupo de menores.
También, David Smolansky sostuvo que durante años Venezuela recibió a los migrantes trinitarios "con los brazos abiertos", y lamentó que no se dispensa el mismo trato "para los 40 mil refugiados venezolanos que han huido a esa isla".
Smolansky destacó que las autoridades de Trinidad deberían actuar «antes de que los refugiados lleguen a Venezuela o desaparezcan en el mar», para cumplir con la orden de la jueza que lleva el caso.
La expulsión de los venezolanos se llevó a cabo en medio de contratiempos técnicos en los que los motores fuera de borda de las embarcaciones donde trasladarían a los venezolanos, presentaron averías, lo que demoró el zarpe, reveló a Radio Fe y Alegría Noticias un trabajador de migración de Trinidad y Tobago.
Esta anormalidad generó polémicas a través de las redes sociales, debido al peligro que representaba para los menores en alta mar.
El reportero Francisco Marín a través de su Twitter reveló algunos detalles después de hablar con la defensa.
"En dos peñeros de madera, y además durante un día muy lluvioso en la isla, fueron deportados los 16 menores de edad junto a 9 mujeres. Todo esto, minutos antes de que se desarrollara la audiencia en la que debían ser presentados", pero los miembros de las fuerzas de seguridad ignoraron que no realizó el proceso judicial.
Explicó que los dos botes fueron escoltados por las autoridades de la isla hasta que abandonaron aguas trinitarias, y debían llegar en un trayecto de 40 minutos hasta una zona denominada “La Barra”, en Delta Amacuro, pero al parecer nunca llegaron.
El proceso de deportación se realizó en botes sin registro y sin ningún tipo de identificación. Algo completamente irregular, según las denuncias.
Sobre el caso de los niños deportados desde Trinidad y Tobago, les comento lo siguiente:
— Francisco Marín (@franciscoamarin) November 23, 2020
Llegaron el 17 de nov. en un bote con 29 personas a bordo (16 niños, y 13 adultos), por el área de Chatham, al sur de la isla. Fueron interceptados y estuvieron detenidos hasta ayer domingo.
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