La pandemia generada por el virus Covid-19 es un acontecimiento que inevitablemente se entrelaza con los distintos conflictos que existen en el mundo y en cada país. Que esto sea así no deriva de las causas que dieron lugar al acontecimiento, sino que todo hecho, al pasar a ser parte de la realidad, influye y es utilizado en las contiendas que se libran. Así ocurre en todo el planeta, y en Venezuela cada día más la pandemia será parte de la lucha por el poder.
Las tensiones entre Estados Unidos y China son anteriores a la pandemia del coronavirus, consecuencia de disputas por la preeminencia económica, control de mercados e intereses geopolíticos. El estallido de la pandemia es un hecho utilizado como argumento útil para explicar el enfrentamiento. Los agravios y acusaciones disimulan las verdaderas razones y son convenientes para convencer a la opinión pública sobre la necesidad de “una nueva guerra fría”.
CHILE
En Chile, el evento de la pandemia se incorporó al conflicto social que llevaba meses y se venía expresando en protestas de calle que ponían en cuestión el modelo económico y social heredado de la derrota del movimiento allendista ocurrida hace varias décadas. Quizás uno de los puntos más visibles de esta inserción del acontecimiento coronavirus ha sido la aprobación de la ley que permite el retiro anticipado de 10% de los fondos de pensión.
Una propuesta promovida desde la protesta social y en el marco del cuestionamiento del sistema de pensiones y de las administradoras de fondos, consideradas como "bancos encubiertos” que utilizan los fondos previsionales para que un sector del empresariado expanda sus inversiones y concentre capital.
VENEZUELA
En Venezuela, todavía no es tan intenso el empalme entre coronavirus y lucha por el poder político, posiblemente porque el número de contagios y de muertes es considerablemente menor que en los países vecinos. Perú, con una población de 32 millones, ha tenido 17.455 muertes, Venezuela 124, e incluso quienes dudan de la información oficial, han señalado 254. Pero es natural, por más que las medidas tomadas hayan logrado aplanar la curva, que los números se incrementen, pues la tendencia es a que el contagio alcance con el tiempo al 60% de la población.
Para el sector gubernamental, la pandemia ha facilitado su reafirmación como gobierno nacional y movilizar su red político social. Ahora, es de esperarse que, con un incremento de casos, la pandemia sea utilizada desde el exterior y por la oposición interna como palanca de cambio de gobierno, ya que no se visualiza un entendimiento para abordar la situación de forma mancomunada.
Las tensiones entre Estados Unidos y China son anteriores a la pandemia del coronavirus, consecuencia de disputas por la preeminencia económica, control de mercados e intereses geopolíticos. El estallido de la pandemia es un hecho utilizado como argumento útil para explicar el enfrentamiento. Los agravios y acusaciones disimulan las verdaderas razones y son convenientes para convencer a la opinión pública sobre la necesidad de “una nueva guerra fría”.
Al principio, Donald Trump lucía solitario en su cruzada, pero el acontecimiento de la pandemia le ha facilitado sensibilizar a la población de su país, convencer a la élite bipartidista y ablandar a los europeos.
CHILE
En Chile, el evento de la pandemia se incorporó al conflicto social que llevaba meses y se venía expresando en protestas de calle que ponían en cuestión el modelo económico y social heredado de la derrota del movimiento allendista ocurrida hace varias décadas. Quizás uno de los puntos más visibles de esta inserción del acontecimiento coronavirus ha sido la aprobación de la ley que permite el retiro anticipado de 10% de los fondos de pensión.
Una propuesta promovida desde la protesta social y en el marco del cuestionamiento del sistema de pensiones y de las administradoras de fondos, consideradas como "bancos encubiertos” que utilizan los fondos previsionales para que un sector del empresariado expanda sus inversiones y concentre capital.
VENEZUELA
En Venezuela, todavía no es tan intenso el empalme entre coronavirus y lucha por el poder político, posiblemente porque el número de contagios y de muertes es considerablemente menor que en los países vecinos. Perú, con una población de 32 millones, ha tenido 17.455 muertes, Venezuela 124, e incluso quienes dudan de la información oficial, han señalado 254. Pero es natural, por más que las medidas tomadas hayan logrado aplanar la curva, que los números se incrementen, pues la tendencia es a que el contagio alcance con el tiempo al 60% de la población.
Para el sector gubernamental, la pandemia ha facilitado su reafirmación como gobierno nacional y movilizar su red político social. Ahora, es de esperarse que, con un incremento de casos, la pandemia sea utilizada desde el exterior y por la oposición interna como palanca de cambio de gobierno, ya que no se visualiza un entendimiento para abordar la situación de forma mancomunada.
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