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ANÁLISIS: Guaidó, Miami y Caracas

La Unión Europea es la única potencia global que posiblemente podría desafiar a la confrontación geopolítica que mantiene el conflicto

  • MANUEL FELIPE SIERRA

09/02/2020 05:30 am

La gira internacional de Juan Guaidó lógicamente suscitó el interés y las más diversas interpretaciones, toda vez que pudo salir del país burlando la prohibición interior y además pudo refrescar las relaciones que han ofrecido su apoyo a la “Operación Libertad”, anunciada el 23 de enero de 2019 en primer término entonces por el propio presidente estadounidense Donald Trump desde la Casa Blanca. El recorrido contó con episodios importantes como la asistencia al ya tradicional Foro Económico Mundial de Davos, siendo el segundo invitado venezolano (luego de Carlos Andrés Pérez en 1992) que tuvo uso de palabra en el prestigioso y exigente encuentro financiero internacional. Y se destaca también el acto celebrado en la Plaza Puerta del Sol en Madrid con una masiva asistencia no solo de criollos víctimas de la diáspora ya conocida, sino incluso de partidarios de los partidos opositores al gobierno de Pedro Sánchez que ha demostrado básicamente por viejas y conocidas relaciones con el vicepresidente Pablo Iglesias, amistad y reconocimiento con Nicolás Maduro y antes con Hugo Chávez.

AHORA MIAMI
Por supuesto la presencia de Guaidó en el acto convocado en Miami el domingo 02 de febrero, habría de despertar una mayor expectativa por cuanto además de la nutrida presencia venezolana en Florida y la lógica posibilidad de que al evento acudiera el presidente Trump, ofreció espacio para las más amplias especulaciones de prensa y de manera particular para la colonia nativa que cada día crece en la zona y que constituye, sin duda, el factor más importante de la oposición al chavismo-madurismo. Si bien la expectativa se desvaneció por un tiempo, habría de recobrar mayor fuerza cuando en la reunión del Estado de la Unión, con audiencia de republicanos y demócratas, el mandatario no solo saludó la presencia de Guaidó sino que ratificó de manera enfática su condición de presidente legítimo, lo que explica que horas después fuera recibido en la Casa Blanca y como huésped de la residencia reservada protocolarmente para los jefes de Estado visitantes.

Si bien el hecho ha representado un anuncio para algunos novedoso y que sin duda implica un significativo refrescamiento emocional para los sectores opositores nacionales e internacionales, en estricto sentido no se trata más que de la ratificación del apoyo y el reconocimiento que el mandatario norteamericano y como consecuencia de ello el pronunciamiento de más de 50 países hicieran de Guaidó más que como presidente de la República, como presidente de la Asamblea Nacional, depositaria de la soberanía escamoteada por una elección ilegítima de Maduro en 2018.

LA ESTRATEGIA DE GUAIDÓ
Como han señalado observadores y analistas del proceso venezolano, lo ocurrido implica una revitalización política y mediática del que hoy en día sin duda es la referencia y el líder de la oposición venezolana en cualquier proyecto destinado a un cambio de gobierno y la apertura de un proceso de transición que con los inconvenientes y las complicaciones del caso abra la posibilidad de la plena redemocratización del país. Ahora faltaría saber cuáles serían los efectos prácticos de este virtual relanzamiento de Guaidó, si se toma en cuenta que se trata de un escenario internacional y que no necesariamente guarda relación con el cuadro político interno que en los últimos meses con la división de la Asamblea Nacional (más de definiciones teóricas), supone un hecho que ha debilitado su liderazgo por encima de las declaraciones formales y en esencia protocolares de 50 países que obviamente han tomado decisiones presionados por un contexto de extrema crisis registrada a comienzos del año 2019. De esta manera, más que la importancia y satisfacción incluso que representan los incuestionables resultados de su gira, el hecho cierto es que la viabilidad y el resultado de su propuesta radica en la realidad venezolana, la cual por razones obvias no se corresponde con los cambiantes y duros contextos de un país.

Sobre el tema el analista especializado en Venezuela, David Smilde, escribe en The New York Times: “La única forma en que podría cambiar la situación venezolana sería a través de una realineación significativa de las fuerzas y las políticas internacionales con respecto a Venezuela. La Unión Europea es la única potencia global que posiblemente podría desafiar a la confrontación geopolítica que mantiene el conflicto. Hay pocas posibilidades de que el gobierno de Trump busque ese cambio entre ahora (febrero) y noviembre, de cara a las elecciones presidenciales y seguramente seguirá con las actuales políticas y opiniones sobre Venezuela en procura del voto latino que le es crucial en Florida”.

RUSIA EN JUEGO
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, como era previsible en la carambola bipolar, llegó a Venezuela el viernes luego de una visita a México, apostando a un diálogo entre el gobierno y la oposición para buscar salida a la crisis con implicación internacional. El diplomático, reconocido como el eficaz portavoz de Vladimir Putin, expresó que “Rusia y México apuestan por resolver los problemas venezolanos solamente a través de un diálogo inclusivo entre todas las fuerzas políticas importantes que tendría que darse sin condiciones previas ya que solo de este modo todas las partes tendrán la posibilidad de abordar las soluciones que les convienen”. El representante del Kremlin señaló que su país y el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador intercambiaron opiniones sobre los principios que se mantienen en la región y coincidieron en que en todos los intentos por reanimar las doctrinas neocoloniales como la Doctrina Monroe y revivir escenarios de revoluciones e intervenciones puede llevar a mayores tensiones con efectos no solo locales sino en la geopolítica y la paz mundial.

LO QUE DICE MERLANO
La exsenadora colombiana Aída Merlano, detenida recientemente en el Zulia por las Fuerzas Armadas Especiales de Venezuela (FAES) y requerida por el gobierno neogranadino e Interpol, acudió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) esta semana y en una inusual comparecencia declaró que es perseguida por las autoridades del vecino país e incluso de estar amenazada de muerte por agentes policiales al servicio de Álvaro Uribe y del actual presidente, Iván Duque. Un dato que introduce nuevos elementos de tensión en la diplomacia entre ambos países, por cuanto en este caso el TSJ asumió el seguimiento de un juicio que correspondería a las instancias colombianas, lo cual hoy solo es posible dadas las fracturas de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
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