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Las elecciones en Bolivia catalizaron el descontento

  • SOFÍA TORRES

18/11/2019 05:30 am

Al analizar el panorama que se desprende de las últimas elecciones presidenciales en Bolivia, el politólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Ricardo Sucre, precisa tres momentos de ese controvertido proceso. 

 El primer aspecto abarca desde el referéndum realizado en 2016, en el que se sometió a consulta la postulación de Evo Morales para un cuarto periodo presidencial y en el que ganó la opción del NO con 52% de la votación hasta las elecciones celebradas el pasado 20 de octubre. El segundo, corresponde a la paralización que se produjo del escrutinio, junto a las denuncias de fraude electoral y el tercero, a la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), su informe con carácter vinculante y la renuncia del mandatario indígena como consecuencia de las protestas y el descontento. 

Para Sucre el meollo del conflicto en la nación del altiplano es la alternancia. En ese sentido, explica que el pueblo había desaprobado una posible reelección de Morales: ya había señales de agotamiento frente a su permanencia en el poder. 

Ascenso social
Otro aspecto a considerar, señala, son las aspiraciones de ascenso social de la población , que se veían truncadas tras 14 años continuos de gobierno, pese a indicadores económicos favorables, y la consolidación de una oligarquía que controla todo el aparato del Estado. 

Señala que aquí también entra en escena una demanda: la renovación del liderazgo. 

En el marco de su evaluación, Sucre asegura que hay otros elementos coyunturales, como el distanciamiento de grupos de base de Evo Morales, fundamentalmente del sector obrero e indígena, por ciertas decisiones de políticas públicas en materia minera y agrícola. 

Sociedades controladas 
"Una característica de estos gobiernos llamados progresistas es que cooptan a la sociedad, entran en ella, la organizan y promueven la tesis movimientista, de mujeres, indígenas, etc. 

En sus discursos exigen que la atención de las minorías, como ocurrió en Venezuela. Pero después de tres lustros de gobierno ya no se puede hablar de gobiernos que vienen a reivindicar, son simplemente estructuras burocráticas". Y eso, recalca Sucre, fue lo que ocurrió en Bolivia, aun cuando se redujo la pobreza, el anafabetismo y se hizo crecer el PIB". 

Aspectos diferenciadores 
"Técnicamente no hubo un golpe de Estado, las Fuerzas Armadas le sugirieron a Morales la renuncia de su cargo", rememora el politólogo y establece una comparación con los sucesos que se registraron en Venezuela en 2002. 

"Chávez renuncia producto de las circunstancias del momento, allí hubo un quiebre militar, perdió el control de las instancias relativas al Plan Ávila, al Alto Mando. 

En Bolivia probablemente hubo un cálculo político, con la previsión de un derrocamiento, aunado a un conflicto en ascenso", comenta. Sucre indica que otro punto diferenciador entre ambos países son las elecciones que en el caso boliviano fungieron como un catalizador del descontento. 

"Había malestar, una exigencia de alternancia en el poder, pero no había nada que hiciera detonar o cambiar esa situación", expresa. 

"Esa jornada electoral no ha ocurrido o no se ha buscado en Venezuela, donde la estructura Estado-gobierno-sociedad, es más robusta.  Pienso que la oportunidad estuvo en 2018, veremos el 2020, lo particularmente lo percibo muy complicado, muy retador". 

Apunta que Morales tomó una decisión arriesgada al aceptar el carácter vinculante del informe de la OEA, que al igual que la Unión Europea, acudió a los más recientes comicios en calidad de observadora. 

"En Bolivia hubo unas elecciones competitivas. La oposición asistió a la contienda, sabiendo que el ahora expresidente había torcido la voluntad del pueblo, después de la consulta de 2016 y usurpaba la presidencia, no sé si con la idea de catalizar o no". 

Cálculo político 
El profesor universitario advierte que la estabilidad en Bolivia no está cerca. 

Opina que el conflicto se mantendrá porque las fuerzas políticas de ese país se desconocen. 

Sucre supone que Morales pensó que concretar su sucesión no sería sencillo, luego vendría una situación de caos y probablemente él habría podido entrar nuevamente en el juego. 

"Se desconoce a qué responden sus acciones, si a un cálculo político o si fueron promovidas por una vocación demócrata, no se sabe. Lo que sí se puede afirmar es que fue una maniobra osada. Darle a un organismo internacional (OEA) potestades soberanas, contemplando ese hecho como una forma de frenar el recrudecimiento de la crisis, suponía riesgos".

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