• La jornada de ayer viernes se caracterizó por la celebración de dos conciertos simultáneos en los dos bordes de la frontera de Colombia y Venezuela, que “marcan un nuevo forcejeo por el poder”, según el Nuevo Herald.
• La operación de ayuda humanitaria y los conciertos organizados por los gobiernos de Colombia y de Venezuela apuntan a objetivos políticos.
• La Conferencia Episcopal de Venezuela manifestó que “la ayuda humanitaria no puede tener fines políticos”, seguramente en razón de la tensión que se han generado en la ciudad de Cúcuta y en las zonas fronterizas. También se indicó que solo participarían en la distribución de insumos que se encontraran en el país.
• El objetivo de la tensión que se ha generado es el de presionar a los militares venezolanos para que entren en desobediencia. En este sentido, Donald Trump dijo en Miami: “Pueden aceptar la oferta generosa de amnistía (…) Pero tienen que desobedecer las órdenes de Maduro…”.
• Se considera que la desobediencia, por lo general, es el preámbulo de un golpe, bien sea palaciego o cruento.
• Sin embargo, el enviado especial Elliot Abrans señaló desde Cúcuta que es posible que Nicolás Maduro no caiga este fin de semana, pero señaló: “seguiremos, seguiremos en la lucha (…) seguiremos aplicando más presión (…) hasta que llegue el día en que caiga…”.
• Por su parte, la comisión técnica del Grupo de Contacto de la Unión Europea realizó en Caracas una serie de reuniones con representantes de ambos sectores, que pudieran conducir a fórmulas de entendimiento.
• Son actividades que se realizan de bajo perfil y sólo se ha anunciado lo relativo al suministro de insumos médicos por un monto de 1.760 millones de euros que serían canalizado a través de Naciones Unidas.
• En relación a las negociaciones para un acuerdo político, no se dio a conocer al público el avance de las conversaciones.
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