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Kico Bautista, periodista hace un análisis de la situación política actual del Estado venezolano y Roberto Malaver, comunicador social, realiza un análisis sobre el diálogo entre gobierno y oposición

  • Diario El Universal

22/12/2018 05:30 am

Es un error garrafal insistir en el mismo esquema

Kico Bautista* 
Especial para el Universal 

El sufrimiento, la pobreza, el caso económico, todas esas cosas dolorosas y feas, no necesariamente son una garantía de cambio. Haití, Biafra, Mozambique, Afganistán son muy pobres y sus gobiernos son de terror. Todo al final depende de la política. De quienes detentan el poder y de quienes lo aspiran. El problema en Venezuela es la recurrencia de un error estratégico por parte de la oposición en su camino hacia Miraflores. Plantearse la pelea como todo o nada es escoger perder. Más del 72% rechaza a Maduro y allí está, no cae. 

El problema es que se cometen errores elementales que nunca se corrigen. Una y otra vez jugamos al Chávez o al Maduro "Vete ya" y los atornillamos en vez de vencerlos. El liderazgo no evalúa ni debate las razones por las cuales falla. Insiste en confrontar cuando la confrontación es la estrategia más exitosa de su adversario. Creemos que la política es un asunto de honor y eso es inocente. 

Resulta que el Estado venezolano desde su fundación en 1830 hasta la llegada de Gómez al poder, vivía en una sola guerra. Así fue hasta que llegaron los gochos y el ejército se profesionalizó. A la caída de Pérez Jiménez se blindó la naciente democracia para que nadie la pudiera acabar a punta de tiros. Pero, el proceso de modernización se estancó y eso le sirvió a Chávez para profundizar nuevamente el centralismo. Hoy, como ayer, los militares le sirven al que gobierna. Solo que para la fecha los uniformados tienen altísimas cuotas de poder. Entonces, por más conspiraciones que se armen, el ejército es superior a las manifestaciones de calle, a los cauchos quemados y a las piedras. 

El todo o nada funciona en el póker. En la política no es igual. Hay que evaluar escenarios. Avanzar, retroceder, tomar posiciones, negociar, hacer alianzas e ir a la calle. Moverse según los cambios que se dan en los tableros. Insistir siempre en el mismo esquema es un error garrafal. Hay que dejar la emocionalidad y volver a la política. Si utilizamos el cerebro evitaríamos tanta división. Llevaríamos al adversario al terreno donde es más débil, es decir, a donde está la mayoría. Jugaríamos a sorprender. Ofreceríamos paz, progreso, solución a los problemas y, sobre todo, haríamos un discurso optimista en vez de una oferta tan negativa y excluyente. Nombrar un gobierno en el exilio, entregar todas las propiedades del Estado y terminar en un bloqueo petrolero, puede que le haga un enorme daño a Maduro pero, igual afectaría a la mayoría de los venezolanos. Lo racional sería buscar una salida política. Montados en la solidaridad internacional conseguir elecciones limpias. 
Periodista (*)  

Es mejor el re-medio que la enfermedad

Roberto Malaver* 
Especial para El Universal 

Es cierto que el presidente Maduro ha venido haciendo un permanente llamado al diálogo. También es verdad que habla del respeto entre los Estados. Y para finalizar, dice que "nuestra victoria será la paz". Dialogo, respeto y paz. En esas tres palabras se ha venido moviendo la política interna y la política internacional del gobierno. 

Una manera de re-encontrarse de una buena vez para apoyarse precisamente en esas tres palabras: diálogo, respeto y paz, es hablando con los dueños de los medios de comunicación púbicos y privados. Desde el gobierno se ha venido hablando de una guerra mediática, y es bien cierto. 

Los medios se han venido cartelizando para caerle encima al gobierno de Nicolás Maduro, y eso hay que aceptarlo de entrada. Basta recordar cuando las guarimbas que vivimos en Venezuela, 82 medios de América y el Caribe, se pusieron de acuerdo para publicar una página diaria en torno a lo que venía sucediendo en Venezuela, pero eso sí, a favor de las acciones contra el gobierno. 

Es en los medios donde gobierno y oposición se deben encontrar. En medios públicos y privados se deben ver, oír y leer las voces opositoras y oficiales para ir encontrándonos en esas tres palabras: diálogo, respeto y paz. A partir de allí podemos definir políticas y hasta podemos ayudarnos mutuamente para enfrentar y salir del mal momento que se vive. 

Entre opositores y gobernantes hay cosas en común, en principio hay una nacionalidad que nos une, y eso es suficiente para refutar políticas que intenten agredir al país. También nos une el mismo deseo de que haya seguridad, y en ese se puede llegar a acuerdos. 

También es cierto que todos estamos en desacuerdo con la corrupción, y allí es muy importante que se asuman políticas en conjunto, públicas y privadas. En fin, hay cosas en común que nos obligan a estar juntos para defenderlas. 

Y es a través de los medios de comunicación donde se puede dar ese re-encuentro. Allí, con programas entre opositores y gobernantes, en radio y televisión, podemos vernos de cerca y saber quiénes verdaderamente asumen el país como su verdadera querencia. 

Llegar a acuerdos que se pueden poner en práctica rápidamente. Plantear soluciones. Generar ideas que les faciliten la vida a las mayorías nacionales. El problema del transporte. Del gas. De la seguridad. De la corrupción. Las medicinas y los alimentos. 

Se pueden solucionar más fáciles si los enfrentamos juntos. 

Allí, el re-medio sería mejor que la enfermedad. 
(*) Periodista 


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