El 20 de agosto fue escogido por Nicolás Maduro como el día para la entrada en vigencia de un nuevo cono monetario y la implementación de las seis medidas contenidas en el llamado Programa de Recuperación Económica, anunciado y esperado luego de su reelección presidencial del 20 de Mayo. 

El vicepresidente sectorial del Área Económica, Tareck El Aissami, aseguro luego que las medidas no son un “paquetazo” , sino que por el contrario, “buscan empoderar a la población y rescatar el poder adquisitivo del venezolano”. Lo cierto es que se trata de un conjunto de acciones para algunos críticos tardías, pero que eran esperadas (más allá de la viabilidad y sus resultados) para abordar una crisis hiperinflacionaria que agobia a la nación entera. Algunos de sus contenidos fueron conversados con sectores privados en reuniones sectoriales en las últimas semanas y su sorpresiva presentación en cadena nacional de radio y televisión se vincula además con la demanda de voceros del PSUV y del propio Gobierno para que en el IV Congreso de la organización, reunido esta semana, se adoptara una resolución que temían inconveniente y peligrosa para las propias relaciones internas del chavismo-madurismo. 

Las primeras reacciones opositoras han sido críticas a la pertinencia y los alcances de lo que podrían considerarse como en el pasado “una agenda de contingencia” y que de entrada no satisface las reiteradas exigencias de sus voceros en materia de dolarización y levantamiento del control de cambio y de precios, tal como sugieren las experiencias de otros países para el tratamiento de las situaciones de hiperinflación. Para el equipo económico en el poder se trata, en cambio, de medidas que sin negar los lineamientos del “socialismo del siglo XXI” implican de hecho una rectificación con una mayor presencia y decisión de sectores de la economía privada.

Hoy finaliza el IV Congreso del PSUV convocado en medio de expectativas generadas por la lucha, hasta ahora silenciosa, por el control del partido oficialista. Si bien en materia del manejo del aparato no ha estado en juego el liderazgo de Maduro ni la creciente influencia de Diosdado Cabello es evidente que existen serias diferencias que se expresan en posiciones asumidas por dirigentes como Elías Jaua, quien plantea el regreso al chavismo original; y Freddy Bernal, que ha criticado abiertamente a altos funcionarios por una gestión incompetente y caracterizada según él por la corrupción. Hasta la noche del miércoles 25 de julio, cuando Nicolás Maduro anunció el programa de recuperación económica, el elemento más relevante de las críticas y desencuentros estaba relacionado con la tardanza en anunciar respuestas a un cuadro generalizado de malestar que abarca a todos los sectores, y, lógicamente, a las bases del chavismo-madurismo. 

En la reunión, el tema ha sido debatido y según el propio Maduro sometido a una suerte de consulta (lo cual sin duda atenúa el tono de las discusiones previas) pero resulta claro que en el partido gobernante y particularmente en los aliados del Polo Patriótico existen elementos con serias discrepancias sobre el rumbo de las políticas económicas del régimen y que además apuntan a reivindicar los valores del llamado chavismo auténtico que habrían sido desvirtuados por el pragmatismo y las prácticas de corrupción.

El constituyentista Julio Escalona, fundador de la Liga Socialista (partido considerado como antecedente del proceso chavista en el cual militó junto a Jorge Rodríguez, líder asesinado en los años 70), advirtió esta semana en unas declaraciones altamente difundidas que había llegado a pensar que la alta dirigencia del partido y del gobierno “podría estar penetrada por el enemigo”, toda vez que no ofrecía respuestas a un cuadro de insostenible ingobernabilidad ¿Hasta dónde lo que puede considerarse como un discreto “paquetazo” de Pérez II o una sorpresiva “Agenda Venezuela“ de Caldera II podría cambiar la opinión de las bases del chavismo-madurismo? Todo está por verse.

Leopoldo Puchi, sociólogo, dirigente político, reconocido analista y columnista de la prensa acaba de publicar un libro además de interesante, novedoso y esclarecedor en el cual a través de crónicas, reflexiones conceptuales, anécdotas y breves referencias todas ellas manejadas en un lenguaje directo y entretenido pasa revista a los episodios ocurridos en todas las épocas y en todos los países, y protagonizadas por conocidos líderes y gobernantes, que ofrecen una rápida visión del socialismo en todas sus versiones a través de los años. Un texto útil y además de lectura indispensable para entender mejor los alcances del proceso político que ha vivido el país a los largo de casi dos décadas. Está de más recomendar su lectura.