César Burguera: Los Venideros Villancicos
“Din, Din, Din es hora de partir, Din, Din, Din camino de Belén, los esposos van desde Nazaret”. Nuestra alma se colma de gozo, la emoción desborda nuestro católico espíritu al escuchar la navideña melodía
César Burguera



“Din, Din, Din es hora de partir, Din, Din, Din camino de Belén, los esposos van desde Nazaret”. Nuestra alma se colma de gozo, la emoción desborda nuestro católico espíritu al escuchar la navideña melodía. Sin embargo nos recuerda, por extraña razón, la próxima o rauda huida a su espaciosa residencia en el exterior de un vapuleado candidato a la gobernación, haciéndose acompañar de todo su clan familiar, incluida su señora cónyuge conocida por su elaboración culinaria del insustituible pasticho. El “Mórbido Vapuleado” promete un seguro retorno, que según su personal séquito, podría ser para finales del año 2023, para resguardarse de las consecuencias de sus delictivas prácticas aún abiertas en diferentes instancias judiciales. Mientras tanto ordena estridentemente sus últimas instrucciones antes del aguardado escape. El alcalde León escucha sumisamente, “Yo no quiero ningún retardo en el mensual envío de mis chivas y recuerda que me debes noviembre y diciembre de este año”. Otra ocurrencia del “Mórbido Vapuleado” fue la de tratar de explicar su descomunal revés por más de 30% en los pasados comicios del 21N. Obviamente debemos recordar, al ávido lector, sus notorias carencias, ya que jamás le proporcionaron la oportunidad de pisar cualquier aula de clases, sentarse en un vetusto pupitre y poder observar cualquier verde pizarrón. Nunca supo la textura de un libro, ya que las palabras le resultaban realmente indescifrables, ni poder empuñar un amarillo lápiz ya que su temblorosa mano únicamente producía encriptados garabatos. Pues bien el “Mórbido Vapuleado”, asevera que el reelecto gobernador de Carabobo experimentó una significativa merma en relación a la votación obtenida en las elecciones regionales realizadas aquel 2017. Lo curioso es que no llega a mencionar, recordemos su notoria escasez de ilustración, los casi 300 mil votos que como candidato de la oposición perdió en relación con lo obtenido por Alejandro Feo La Cruz en el 2017. Un minúsculo grupo de asalariados dirigentes le organizan una pequeña, triste y melancólica despedida, de algunos de ellos se deslizaban compungidas lágrimas y con voz entrecortada se escuchaba, casi al unísono, la desgarradora solicitud “Enzo vuelve pronto”. El “Mórbido Vapuleado” respondía “Cuenten siempre conmigo”, mientras le susurraba a su gastronómica cónyuge “Si, como no, piensan que yo soy pendejo”.

“Con mi burrito sabanero voy camino de Belén. Con mi burrito sabanero voy camino de Belén. Si me ven, si me ven, voy camino de Belén”. Este otro icónico villancico tiene un lugar privilegiado en el recinto de nuestras memorias, pero igualmente nos conduce a la partida de la aeronave que llevará al “Mórbido Vapuleado” o “Burrito Sabanero” a su placentera permanencia en el exterior. Pero íntimamente debe saber, sin ninguna duda, que una fallida y vapuleada candidatura o la obtención de la alcaldía de San Diego, no es una licencia para la impunidad. Es saber que con el “Mórbido Vapuleado” y su clan familiar cómodamente establecidos en el exterior, le corresponderá al alcalde León Jurado hacerle frente a las múltiples denuncias por las irregularidades y anomalías cometidas en la administración municipal. Acude el condenable caso del Terminal Turístico de San Diego, anunciado y plasmado en las respectivas memorias y cuentas tanto de Enzo Scarano como Rosa Brandonisio, donde señalaban de “importantes avances” en esta obra, que bajo el directo patrocinio de la alcaldía de San Diego, llegaron a estafar a más de 800 familias, quienes seducidas por el sofisticado ardid o estafa quedaron literalmente sin patrimonio económico alguno. Por otra parte surge la novedosa transgresión y fechoría escondida en la necesaria recolección de desechos sólidos, la basura literalmente hablando. Es que el ayuntamiento suscribió un multimillonario contrato con la empresa FOSPUCA, donde no solo multiplicó el gasto mensual que obligatoriamente tiene que cancelar el residente de ese municipio, sino que el servicio prestado por FOSPUCA exhibe características de precariedad e ineficiencia. Mientras tanto la alcaldía de San Diego y FOSPUCA logran distribuirse los ingentes recursos cobrados puntualmente al ciudadano, al comerciante. Ante estos notorios y públicos guisos que se exhiben de manera descarada ante la desvalida presencia y atónita mirada de sus víctimas, queda nuestra obligación de realizar un estricto seguimiento no solo a través de estas líneas, sino nuestra permanente solicitud a los órganos del poder público para que establezcan las ineludibles responsabilidades a esta verdadera pandilla de irrecuperables cuatreros.

Cómo no conmoverse con el perenne villancico de “El Tamborilero”, exacta muestra de desprendimiento y compromiso. Ante tan sensible mensaje donde lo material pasa a segundo u accesorio plano, surge el inquietante relato sobre el caso de la cuantiosa deuda que mantiene el “Dopado Caminante” con centenares de militantes que fungieron como responsables de la coordinación de centros de votación, testigos electorales y encargados de movilización en el municipio Valencia. Ante la insolvente afirmación del “Dopado Caminante” de que “Yo no debo nada, esa deuda es responsabilidad de los partidos políticos” se tomó la decisión de designar una comisión que hizo presencia en la residencia de Carlos Lozano. La misma estaba integrada por Aarón Rodríguez, Gustavo López, Mariela Domínguez, Carlos Molina y Néstor Olleros, este ultimo arrepentido por los improperios y ataques al gobernador reelecto, pero curiosamente repitiendo “Solo Valencia y Julio salvan”. La partidista comitiva encontraron al candidato relegado a un vergonzoso tercer lugar, postrado en su cama, con una extensa y descuidada barba, con ojeras interminables, maloliente vestimenta y con su elemental pastillero. “Carlitos debemos resolver de alguna manera esta deuda” le señalaba en tono maternal Mariela Domínguez, mientras que Carlos Molina le recriminaba “Paga tu vaina, Enzo quedó mamando y loco con los costos de esta campaña”. Con su mirada perdida guardó un breve silencio y de repente soltó la aterradora afirmación que exacerbó los nervios de los presentes “Si no consigo los recursos en 72 horas, yo procedo a suicidarme”. En fin no habrá deceso, ni se honrará la considerable deuda con los abnegados militantes. Surge Andrés Eloy con su impecable palabreo para recordarnos “La Loca Luz Caraballo dice el decreto del Juez, porque te encontró una vez, sin hijos y sin carneros, contandito los luceros: seis, siete, ocho, nueve, diez. Y esa es la verdad.

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