"Decidí romper las barreras que me habían impuesto"
Jessica Terán padece del síndrome de Hughes que le provocó un ACV
ADRIANA GUTIÉRREZ
"Dios cambia la vida en un segundo, así como lo hizo con la mía". Jessica Terán, 24 años, sufrió un accidente cerebrovascular cuando tenía 14, lo que le afectó parte del lóbulo temporal derecho causándole adormecimiento de un lado del cuerpo y debilidad.
Relata que en el momento en que sucedió se encontraba en su casa. Tuvo la sensación de que le habían golpeado la cabeza y se sentía desorientada. "Le intenté explicar a mi hermana lo que me pasaba pero no me entendía porque se me enredaba la lengua".
Sus padres la llevaron al Hospital de Niños J.M. de los Ríos y allí la remitieron al Banco Municipal de Sangre en San José donde le practicaron varios exámenes que arrojaron el diagnóstico: padecía del Síndrome de Hughes, una condición que ocasiona la formación de coágulos de sangre en las arterias y órganos del cuerpo, y que fueron los causantes del ACV que sufrió.
Tanto los doctores como las enfermeras le aseguraron a Jessica que no iba a poder estudiar ni realizar las actividades que cotidianamente hacía; sin embargo, la joven argumenta que tuvo el valor de no creerles y comenzó a ejercitar sus extremidades dormidas. Fue así como, al mes de estar en el hospital, empezó a caminar por su cuenta. "Tenía dos opciones: quedarme estacionada en el no puedo y ser una carga para mi familia o tomar el lado positivo de romper las barreras que me habían impuesto".
Aunque quedó con secuelas que se observan en su forma de caminar y en su mano izquierda, su recuperación ha sido exitosa. Cuenta con el apoyo de sus padres y de su hermana gemela, quien ha sido incondicional con ella.
Asegura que su mayor impulso ha sido Dios ya que se convirtió al cristianismo hace tres años. Actualmente está por culminar la carrera de Comunicación Social, junto a su hermana, y aspira poder ayudar a personas con condiciones similares a la suya.