DELIA MENESES
Seis meses sin recibir tratamiento de inmunosupresores y 30 personas que han sufrido rechazos de órganos en lo que va de 2018 llevaron a un grupo de pacientes trasplantados a protestar en las afueras del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales para exigir una respuesta del ministro de Salud y presidente del IVSS, Luis López. Tras más de dos horas de espera, una delegación de diez pacientes se reunió con el funcionario.
En el encuentro se prometió entregarle inmunosupresores a las 40 personas que asistieron a la protesta. Los otros 3.500 trasplantados del país deberán esperar diez días a que lleguen los medicamentos importados, señaló Luis Fernández, paciente que integró la comitiva.
"La respuesta no puede ser que esperemos, muchos ya están en riesgo de perder su trasplante, no aceptamos espera, sobre todo tomando en cuenta que el despacho de los medicamentos es irregular, lo que llega alcanza para muy pocos días", dijo Reymer Villamizar, director y miembro fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela. En horas de la tarde, trascendió que en la Farmacia de Medicamentos de Alto Costo del IVSS en Los Ruices se estaba entregando Prograf (Tacrolimus). Los pacientes también necesitan Myfortic, Prednisona, Certicam, Micofenolato.
Muchos, como Natacha Albarrán, han vivido de las donaciones durante los últimos meses. "Yo tengo un trasplante de riñón desde hace 14 años, me he mantenido con donaciones de los demás compañeros o pacientes que han fallecido y se rescatan los medicamentos".
Hay quienes para rendir los fármacos toman el tratamiento cada dos días, otros tienen que partir sus pastillas y algunos han acudido a la medicina veterinaria. Ramón Chaviel cayó en diálisis hace cinco años pero uno de sus hijos tomó la iniciativa de donarle un riñón y en cuatro meses ya estaba trasplantado. "Estuve bien durante varios años pero ahora estoy en peligro por falta de medicinas. No se justifica que mi hijo haya hecho ese gran sacrificio de amor y que ahora yo pueda perder el riñón y hasta la vida. Necesitamos que reciban la ayuda internacional".
Los hospitales de El Algodonal y Los Magallanes de Catia declararon el miércoles cierre técnico por la ausencia de condiciones mínimas para trabajar. En el J.M. de los Ríos, la directiva prohibió la entrada a las ONG que realizan trabajo voluntario, en represalia por la protesta que el martes protagonizaron una docena de padres del servicio de Nefrología, afectado por el déficit de máquinas de hemodiálisis y de insumos.
Otras áreas no escapan a la crisis. El servicio de Infectología del J.M requiere fórmulas infantiles para los hijos de madres con VIH, que no pueden recibir lactancia materna.