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La historia preferida

El avance chino por el dominio total de sus territorios sigue en pie. La autonomía de Hong Kong es cada vez menor y la mira sobre Taiwán -que nunca ha cesado- está imponiéndose en su intención bélica...

  • NELSON TOTESAUT RANGEL

03/07/2022 05:04 am

Las guerras del opio representan la vergüenza en el imaginario chino. No sólo porque la derrota los llevó a seguir comercializando un producto dañino a manos de un extranjero, los ingleses. Sino porque perdieron parte de su territorio, Hong Kong. Se resolvieron luego de la firma de tratados desiguales. Es decir, dentro de condiciones extremadamente desfavorables para una de las partes. La historia nos ha enseñado que estos tratados son delicados y que el perdedor puede llevarse un mal gusto y, en vez de aceptarlos de buena gana, generará un resentimiento que explotará en cualquier momento. Lo propio sucedió con el tratado de Versalles, que puso fin a la primera guerra y sentó el terreno para la segunda.

Pero Reino Unido regresó Hong Kong, más de un siglo después. Nuevamente, bajo ciertas condiciones en donde China se comprometía a respetar un estatus especial administrativo en la región. Y es que las generaciones duran 25 años y ya unas cinco habían transitado bajo dominio inglés. Es decir, una mentalidad distinta se había creado, lo que diferenciaba considerablemente a un hongkonés de un chino. Para entenderlo quizá debamos adentrarnos al campo de la historia social, de la cultura, de las mentalidades. En autores como Duby, Vovelle, entre muchos otros. Pero no está en nuestra intención hacer un análisis antropológico de los chinos, al menos no en esta columna. Lo que sí debemos rescatar es que el avance chino por el dominio total de sus territorios sigue en pie. La autonomía de Hong Kong es cada vez menor y la mira sobre Taiwán -que nunca ha cesado- está imponiéndose en su intención bélica. Quizá con el empuje de Rusia en Ucrania, que hizo que la historia se acelerara.

Hemos dicho que los eventos históricos son aquellos que se escogen narrar. Dentro de la gran turbulencia que es la vida humana, pocos, poquísimos, son las situaciones sobre las cuales escribimos y analizamos. Negar la historia es posible al simplemente no contarla. Pero, cuando ya existe un evento histórico, querer borrarlo -o modificarlo- resulta un ejercicio brusco y absurdo.

Esto quiere hacer el gobierno chino con la historia de Hong Kong. Los nuevos libros de textos escolares negarán que la provincia fue una colonia inglesa. Entonces, ¿cuál fue su realidad por más de un siglo? ¿Cuál fue el resultado de las guerras del opio? ¿Cuál será la versión “oficial”? No sabemos, pero cuanto menos resultaría interesante averiguarlo.

Es del poder, diría el mismo Duby, utilizar la ideología como arma para controlar los principales talleres de producción cultural. Y es que todo poder está tentado a la utilización de la cultura (que podría no ser más que la nostalgia del pasado) para tratar de modificar las mentalidades. El caso de Hong Kong es un perfecto ejemplo de ello. China quizá apostando a que, cinco generaciones más adelante, los hongkoneses olviden su pasado inglés.

Nota al pie: Tomar sol
Las temperaturas baten récord en Europa. Y eso que están en medio de la primavera y todavía no ha llegado el verano. El Po -río más largo de Italia- se secó. En España se estima que están 10 grados por encima de la media, con temperaturas que podrían llegar hasta los 40 grados centígrados.

Mientras tanto, en Ucrania, también se vive el calor. La guerra también es climática y en Kiev salieron a la playa de Dniéper para luchar contra ella. Ante esto, el debate lo abren los diarios: ¿es un acto inmoral o de supervivencia? Mientras hay millones desplazados, ciudades borradas del mapa y una guerra en marcha, tomar el sol en la playa parece un acto de normalidad. Y es que la normalidad puede ser un acto de rebeldía frente a la barbarie que se vive en el país.

Macron, Draghi y Scholz visitaron hace poco Kiev en muestra de la solidaridad europea con Ucrania. Ya otros más lo han hecho, siendo uno de los primeros Boris Johnson. La guerra promete ser larga y un país tiene que buscar funcionar dentro de lo que cabe. Ya Ucrania entró en esa etapa de “normalización” de la misma, sabiendo que esta nueva realidad puede durar años. Al igual que el cambio climático y el calor. Otra guerra que podría ganarse, si es que alguna vez decidimos librarla seriamente.

@NelsonTRangel

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