Pedro Castillo a un paso de heredar la inestabilidad política de Perú
El izquierdista de Perú Libre, Pedro Castillo, alcanzó la mayoría de votos tras finalizar el conteo oficial del balotaje del 6 de junio en Perú, de resultar candidato electo deberá afrontar un congreso y una sociedad divididos
El izquierdista Pedro Castillo se encuentra cada vez más cerca de alcanzar la Presidencia en Perú. Pero para mantenerse en el poder deberá enfrentar múltiples obstáculos que van desde la posición del Congreso de índole mayormente derechista y la agitación social de partidarios opositores, además, una economía en declive y los estragos del Covid-19.
El profesor y líder rural de 56 años del partido Perú Libre (PL) deberá ser cauteloso al momento de presentar sus propuestas al Congreso electo, el cual quedó distribuido entre 59 escaños en manos de la derecha, 42 ocupados por izquierdistas y 19 con posición indefinida. Castillo debe alcanzar 86 votos para llevar a cabo sus propósitos.
“Probablemente el Congreso tendrá una seria oposición a la actuación de Castillo. Si acaso se hiciera una nueva constitución en una Asamblea constituyente, probablemente tendría que cerrarse este Parlamento, por lo que los congresistas ahora electos se quedarían sin espacios y esto no es algo que sea de su interés; entonces, entre las mayorías de derecha y el desinterés de buena parte de los parlamentarios de perder sus escaños y salarios, es probable que el próximo Congreso sea bastante reticente a la actuación de Castillo”, específica a El Universal la politóloga peruana Paula Távara.
De concretarse oficialmente su victoria, la agitación social podría aumentar si partidos opositores continúan pregonando denuncias de fraude.
“El votante fujimorista no es en principio tendiente a la manifestación popular callejera, no mayoritariamente, pero sí creo que en vez de una manifestación que lleve a su dimisión, es que Castillo, al asumir el poder, el Congreso intente destituirlo, aduciendo que hay causas para creer que su elección no ha sido legítima”, declaró Távara.
La especialista recalcó que “un intento de sacar a Pedro Castillo del triunfo podría generar mayor movilización social”.
De “rondero” a presidente
Al principio de la contienda electoral el nombre de este maestro no se posicionaba en los sondeos, pero en el balotaje alcanzó el apoyo de una mitad de este polarizado país.
“Castillo logró representar tres cosas: por un lado, una señal identitaria con la población andina rural que antes no se ha sentido representada… también ha logrado remover las lógicas de cambio en una situación en la cual la pandemia y la crisis económica han agudizado las desigualdades, ha hecho que más personas se cuestionen el modelo que ha estado funcionando… y ha logrado aglutinar a su alrededor los movimientos antifujimoristas”, explicó la politóloga.
Jhon Pereira, de 28 años, es propietario de una granja de porcinos en Perú y cuenta a El Universal que a pesar de no estar de acuerdo con la ideología de Castillo, votó por él.
“No apoyo el fujimorismo, ha dejado mal parado al país y tiene comprada a una gran mayoría… el socialismo no es una buena ideología, pero no nos quedó de otra que votar por Pedro Castillo” destacó el joven.
También comentó que en caso de alguna irregularidad está dispuesto a volver a las calles a protestar.
“Como siempre se ha hecho acá en Perú, persona que está ‘mal gobernando’ salimos a protestar... Hemos banqueado (derrocado) a presidentes y metido presos a varios… si Fujimori gana no la vamos a poder sacar nunca, pero a Castillo lo podemos sacar en cualquier momento, porque el pueblo no lo quiere y tampoco tiene muchas cosas a su favor”, señala Pereira.
Frank Rojas de 32 años, quien apoyó a la candidata derechista Keiko Fujimori del partido Fuerza Popular, también destacó la idea de retomar las calles.
“Gane Keiko o Castillo, quien no haga lo bueno, igual tendremos que protestar”, expresó Rojas.
La ideología
Con un partido que pregona el marxismo, Castillo perdió el apoyo de aquella parte de la población que teme un gobierno de extrema izquierda influenciado por el fundador de PL, Vladimir Cerrón.
“Castillo tiene la tarea de distanciarse del señor Cerrón, no solo por las ideas de extrema izquierda, sino por los antecedentes de corrupción que este señor y la gente de su alrededor tienen… será difícil para él, porque además Cerrón va a tener un mayor control de la bancada parlamentaria que Castillo”, destacó Távara.
La politóloga recalcó que “Castillo ha tomado buenas decisiones en torno a quienes lo acompañan ahora políticamente” y que “es difícil que las ideas de Cerrón y compañía puedan influenciarlo fuertemente”.
Debido a su historia personal, en la región se le ha llegado a identificar como un posible caudillo naciente.
“Es difícil que Castillo consiga un gran apoyo para convertirse en un caudillo poderoso, las clases rurales no tienen gran aparato operativo en el país, son las clases altas y los poderes económicos y mediáticos los que pueden construir una narrativa de liderazgo así de fuerte”, explicó la especialista.
Destacó que “en Lima no le será fácil gobernar” y que “para construir ese tipo de caudillismo tendría que obtener un respaldo de un nivel de Fuerzas Armadas y de grupos de poder”.
“Tendría que permanecer en el mando suficiente tiempo para hacer grandes transformaciones y ahora mismo no está claro que vaya a tener el poder efectivo de permanecer, más bien llega a un gobierno con bastante debilidad y con una clase política pendiente de encontrar formas legales de destituirle, entonces no está claro siquiera que vaya a poder permanecer los cinco años en la presidencia”, puntualizó.
Távara también destaca que no parece posible que el izquierdista esté relacionado con grupos narcoterroristas y remanentes de lo que fue Sendero Luminoso. En caso de proceder con el indulto del etnocacerista Antauro Humala, Távara explicó que “habría un buen nivel de protestas y legalmente con el sistema que hay ahora, no habría forma de que pudiese llevar a cabo esta decisión legalmente”.
La región
“Podría revitalizar algunos nexos quizás con Bolivia y Argentina… no le conviene generar nexos con Nicolás Maduro”, enfatizó la analista. Távara asimismo asegura que con la situación actual en Perú por el Covid-19 y la inestabilidad sociopolítica, será difícil que en este primer escenario Castillo se aboque en pensar en su rol a escala regional.
“Una cosa que sí puede ser interesante: la constituyente chilena podría empezar como un modelo que Castillo pudiese emplear para convencer a una parte de la población que aún está dudosa de una Asamblea constituyente en Perú”, finalizó la politóloga.
El profesor y líder rural de 56 años del partido Perú Libre (PL) deberá ser cauteloso al momento de presentar sus propuestas al Congreso electo, el cual quedó distribuido entre 59 escaños en manos de la derecha, 42 ocupados por izquierdistas y 19 con posición indefinida. Castillo debe alcanzar 86 votos para llevar a cabo sus propósitos.
“Probablemente el Congreso tendrá una seria oposición a la actuación de Castillo. Si acaso se hiciera una nueva constitución en una Asamblea constituyente, probablemente tendría que cerrarse este Parlamento, por lo que los congresistas ahora electos se quedarían sin espacios y esto no es algo que sea de su interés; entonces, entre las mayorías de derecha y el desinterés de buena parte de los parlamentarios de perder sus escaños y salarios, es probable que el próximo Congreso sea bastante reticente a la actuación de Castillo”, específica a El Universal la politóloga peruana Paula Távara.
De concretarse oficialmente su victoria, la agitación social podría aumentar si partidos opositores continúan pregonando denuncias de fraude.
“El votante fujimorista no es en principio tendiente a la manifestación popular callejera, no mayoritariamente, pero sí creo que en vez de una manifestación que lleve a su dimisión, es que Castillo, al asumir el poder, el Congreso intente destituirlo, aduciendo que hay causas para creer que su elección no ha sido legítima”, declaró Távara.
La especialista recalcó que “un intento de sacar a Pedro Castillo del triunfo podría generar mayor movilización social”.
De “rondero” a presidente
Al principio de la contienda electoral el nombre de este maestro no se posicionaba en los sondeos, pero en el balotaje alcanzó el apoyo de una mitad de este polarizado país.
“Castillo logró representar tres cosas: por un lado, una señal identitaria con la población andina rural que antes no se ha sentido representada… también ha logrado remover las lógicas de cambio en una situación en la cual la pandemia y la crisis económica han agudizado las desigualdades, ha hecho que más personas se cuestionen el modelo que ha estado funcionando… y ha logrado aglutinar a su alrededor los movimientos antifujimoristas”, explicó la politóloga.
Jhon Pereira, de 28 años, es propietario de una granja de porcinos en Perú y cuenta a El Universal que a pesar de no estar de acuerdo con la ideología de Castillo, votó por él.
“No apoyo el fujimorismo, ha dejado mal parado al país y tiene comprada a una gran mayoría… el socialismo no es una buena ideología, pero no nos quedó de otra que votar por Pedro Castillo” destacó el joven.
También comentó que en caso de alguna irregularidad está dispuesto a volver a las calles a protestar.
“Como siempre se ha hecho acá en Perú, persona que está ‘mal gobernando’ salimos a protestar... Hemos banqueado (derrocado) a presidentes y metido presos a varios… si Fujimori gana no la vamos a poder sacar nunca, pero a Castillo lo podemos sacar en cualquier momento, porque el pueblo no lo quiere y tampoco tiene muchas cosas a su favor”, señala Pereira.
Frank Rojas de 32 años, quien apoyó a la candidata derechista Keiko Fujimori del partido Fuerza Popular, también destacó la idea de retomar las calles.
“Gane Keiko o Castillo, quien no haga lo bueno, igual tendremos que protestar”, expresó Rojas.
La ideología
Con un partido que pregona el marxismo, Castillo perdió el apoyo de aquella parte de la población que teme un gobierno de extrema izquierda influenciado por el fundador de PL, Vladimir Cerrón.
“Castillo tiene la tarea de distanciarse del señor Cerrón, no solo por las ideas de extrema izquierda, sino por los antecedentes de corrupción que este señor y la gente de su alrededor tienen… será difícil para él, porque además Cerrón va a tener un mayor control de la bancada parlamentaria que Castillo”, destacó Távara.
La politóloga recalcó que “Castillo ha tomado buenas decisiones en torno a quienes lo acompañan ahora políticamente” y que “es difícil que las ideas de Cerrón y compañía puedan influenciarlo fuertemente”.
Debido a su historia personal, en la región se le ha llegado a identificar como un posible caudillo naciente.
“Es difícil que Castillo consiga un gran apoyo para convertirse en un caudillo poderoso, las clases rurales no tienen gran aparato operativo en el país, son las clases altas y los poderes económicos y mediáticos los que pueden construir una narrativa de liderazgo así de fuerte”, explicó la especialista.
Destacó que “en Lima no le será fácil gobernar” y que “para construir ese tipo de caudillismo tendría que obtener un respaldo de un nivel de Fuerzas Armadas y de grupos de poder”.
“Tendría que permanecer en el mando suficiente tiempo para hacer grandes transformaciones y ahora mismo no está claro que vaya a tener el poder efectivo de permanecer, más bien llega a un gobierno con bastante debilidad y con una clase política pendiente de encontrar formas legales de destituirle, entonces no está claro siquiera que vaya a poder permanecer los cinco años en la presidencia”, puntualizó.
Távara también destaca que no parece posible que el izquierdista esté relacionado con grupos narcoterroristas y remanentes de lo que fue Sendero Luminoso. En caso de proceder con el indulto del etnocacerista Antauro Humala, Távara explicó que “habría un buen nivel de protestas y legalmente con el sistema que hay ahora, no habría forma de que pudiese llevar a cabo esta decisión legalmente”.
La región
“Podría revitalizar algunos nexos quizás con Bolivia y Argentina… no le conviene generar nexos con Nicolás Maduro”, enfatizó la analista. Távara asimismo asegura que con la situación actual en Perú por el Covid-19 y la inestabilidad sociopolítica, será difícil que en este primer escenario Castillo se aboque en pensar en su rol a escala regional.
“Una cosa que sí puede ser interesante: la constituyente chilena podría empezar como un modelo que Castillo pudiese emplear para convencer a una parte de la población que aún está dudosa de una Asamblea constituyente en Perú”, finalizó la politóloga.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones