Es necesario que todos nos involucremos y aportemos para lograr unidos un mejor futuro
En las próximas décadas, los organismos internacionales están llamados a tener un rol cada vez más activo como coordinadores de los esfuerzos de la humanidad por lograr un mundo de paz y de justicia
Franco Silva, Coordinador Programa País ONUDI
Es el momento para la acción, por eso es importante conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible y contribuir con nuestra acción decidida.
Durante el siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI, la humanidad ha presenciado los avances científicos y tecnológicos más acelerados e impactantes de su historia, una generación de riqueza y bienestar sin precedentes, un acelerado crecimiento poblacional, y saltos exponenciales en la capacidad de producción de alimentos, de bienes y servicios en general. Paradójicamente, en ese mismo período también se produjeron las guerras más letales, amplios sectores de la población mundial han permanecido marginados a merced de la pobreza y el hambre, y el modelo de desarrollo y de explotación de recursos amenaza el equilibrio y la sostenibilidad ambiental del planeta.
Con la iniciativa “UN75 más allá del 2020”, Naciones Unidas en su 75 aniversario hace una invitación al diálogo, a la imaginación y a proponer qué tipo de futuro queremos crear.
En principio, el mundo del futuro deberá ser un mundo ambientalmente sostenible. Uno de los aspectos claves es la necesaria transformación del proceso de industrialización de la economía lineal, basado en tomar recursos del planeta, transformarlos en bienes y servicios, y generar desechos y contaminación. Este modelo industrial debe abrir paso a un nuevo modelo de economía circular, caracterizado por la reducción, la reutilización y el reciclaje de los recursos materiales y energéticos.
La economía circular no está en contradicción con la eficiencia económica, sino que, por el contrario, puede potenciarla; así, por ejemplo: la reducción de los materiales y la energía requerida también se traduce en reducción de costos; una mayor duración de los productos representa menores esfuerzos en diseño y en mercadeo; y prácticas como la reutilización, la restauración, la reparación y el reciclaje, pueden reposicionarse y cumplir un rol cada vez más importante en el desarrollo sostenible.
El mundo por venir también deberá ser un mundo más incluido, que garantice que todas las personas puedan cubrir todas sus necesidades básicas, incluyendo entre otras: agua, alimentos, vivienda, educación y salud; para ello es fundamental que tengan acceso a medios de vida adecuados a sus intereses y capacidades. Las barreras económicas y sociales entre los países deberán hacerse más permeables, facilitando el flujo migratorio, y también el comercio justo de mercancías y de servicios en el mercado internacional, con una remuneración adecuada para cada uno de los eslabones de las cadenas de valor.
En las próximas décadas, los organismos internacionales están llamados a tener un rol cada vez más activo como coordinadores de los esfuerzos de la humanidad por lograr un mundo de paz y de justicia, un planeta sostenible, y una población mundial con sus derechos humanos garantizados y con cada vez mejores condiciones de vida. Los acontecimientos recientes en torno a la propagación de la pandemia del Covid-19, ha evidenciado con mucha fuerza la importancia de la unión y de la cooperación a nivel global.
Naciones Unidas ha convocado a que los próximos años sean una década de acción para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por consenso en la Agenda 2030. El logro de estos ODS es una responsabilidad compartida que incluye a las personas, la sociedad civil, el sector privado, la academia, los gobiernos y las organizaciones internacionales.
Se trata de temas que tienen que ver con todos nosotros, y tienen que ver sobre todo con las generaciones futuras, por eso es necesario que todos nos involucremos y aportemos para lograr unidos un mejor futuro.
Es el momento para la acción, por eso es importante conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible y contribuir con nuestra acción decidida.
Durante el siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI, la humanidad ha presenciado los avances científicos y tecnológicos más acelerados e impactantes de su historia, una generación de riqueza y bienestar sin precedentes, un acelerado crecimiento poblacional, y saltos exponenciales en la capacidad de producción de alimentos, de bienes y servicios en general. Paradójicamente, en ese mismo período también se produjeron las guerras más letales, amplios sectores de la población mundial han permanecido marginados a merced de la pobreza y el hambre, y el modelo de desarrollo y de explotación de recursos amenaza el equilibrio y la sostenibilidad ambiental del planeta.
Con la iniciativa “UN75 más allá del 2020”, Naciones Unidas en su 75 aniversario hace una invitación al diálogo, a la imaginación y a proponer qué tipo de futuro queremos crear.
En principio, el mundo del futuro deberá ser un mundo ambientalmente sostenible. Uno de los aspectos claves es la necesaria transformación del proceso de industrialización de la economía lineal, basado en tomar recursos del planeta, transformarlos en bienes y servicios, y generar desechos y contaminación. Este modelo industrial debe abrir paso a un nuevo modelo de economía circular, caracterizado por la reducción, la reutilización y el reciclaje de los recursos materiales y energéticos.
La economía circular no está en contradicción con la eficiencia económica, sino que, por el contrario, puede potenciarla; así, por ejemplo: la reducción de los materiales y la energía requerida también se traduce en reducción de costos; una mayor duración de los productos representa menores esfuerzos en diseño y en mercadeo; y prácticas como la reutilización, la restauración, la reparación y el reciclaje, pueden reposicionarse y cumplir un rol cada vez más importante en el desarrollo sostenible.
El mundo por venir también deberá ser un mundo más incluido, que garantice que todas las personas puedan cubrir todas sus necesidades básicas, incluyendo entre otras: agua, alimentos, vivienda, educación y salud; para ello es fundamental que tengan acceso a medios de vida adecuados a sus intereses y capacidades. Las barreras económicas y sociales entre los países deberán hacerse más permeables, facilitando el flujo migratorio, y también el comercio justo de mercancías y de servicios en el mercado internacional, con una remuneración adecuada para cada uno de los eslabones de las cadenas de valor.
En las próximas décadas, los organismos internacionales están llamados a tener un rol cada vez más activo como coordinadores de los esfuerzos de la humanidad por lograr un mundo de paz y de justicia, un planeta sostenible, y una población mundial con sus derechos humanos garantizados y con cada vez mejores condiciones de vida. Los acontecimientos recientes en torno a la propagación de la pandemia del Covid-19, ha evidenciado con mucha fuerza la importancia de la unión y de la cooperación a nivel global.
Naciones Unidas ha convocado a que los próximos años sean una década de acción para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por consenso en la Agenda 2030. El logro de estos ODS es una responsabilidad compartida que incluye a las personas, la sociedad civil, el sector privado, la academia, los gobiernos y las organizaciones internacionales.
Se trata de temas que tienen que ver con todos nosotros, y tienen que ver sobre todo con las generaciones futuras, por eso es necesario que todos nos involucremos y aportemos para lograr unidos un mejor futuro.
- El Sr. Franco Silva es Ingeniero en Computación de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, con una especialización en Gerencia de la Empresa en la misma universidad, y una especialización en Gerencia Pública en el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA). Ha desarrollado carrera durante 33 años en especialidades como informática, finanzas, planificación estratégica, y diseño de políticas públicas, en los sectores de petróleo y energía, telecomunicaciones, agroindustria, entre otros. Desde 2018 se desempeña como Coordinador del Programa País de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en Venezuela.
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