Por Marilena Magrini, Coordinadora General de fundación Casa Bonita, Zulia.
La concepción de la educación no es igual en todos los lugares, existen realidades comunitarias que deben ser consideradas en los programas educativos, sobre todo en el caso de los pueblos originarios, razón por la cual es imprescindible impulsar e incorporar las iniciativas comunitarias, no solo en lo atinente a la educación, sino en cualquier otro programa que desee implementarse. También es indispensable proseguir con las medidas tendentes a la ampliación del acceso a la documentación en los lugares más recónditos, de la mano con las instituciones gubernamentales de cada Estado, ya que, de lo contrario, la posibilidad de inserción escolar y la acreditación de los estudios se verán cercenados.
El apoyo para programas de salud, agua, saneamiento y alimentación son importantes y más que eso, urgentes; sin embargo, no garantizan que en el futuro se eviten crisis producto de la intervención humana justificada en su cosmovisión, como puede hacerlo la educación, por lo que su incorporación jamás debe obviarse, ni siquiera en medio de la crisis sanitaria que nos atañe en la actualidad.
Por otra parte, el impulso de las iniciativas comunitarias y el apoyo a ONGs locales tanto en la educación, como en el resto de las áreas de acción, es garante de la corresponsabilidad ciudadana que fungirá como la voz que coadyuvará al engranaje entre las políticas gubernamentales y la realidad en el terreno. Esta labor trascenderá mucho más que la presencia de Naciones Unidas en un país, motivada por crisis que, aunque a veces son prolongadas, finalmente son transitorias.
Por último, cabe destacar que las políticas estatales deben promover la responsabilidad social empresarial, a fin de destinar un porcentaje significativo al financiamiento de los programas de las ONGs nacionales, las cuales contribuirán al ejercicio de la gestión pública y al desarrollo nacional mediante sus intervenciones.
Educar es cambiar. Educar es proteger. Educar es alcanzar.
La conmemoración del 75 aniversario de Naciones Unidas es un momento propicio para evaluar la pertinencia y el impacto del trabajo que se realiza en cada una de las operaciones alrededor del mundo. En este sentido, es de vital importancia sembrar en el presente las semillas de los logros que deseamos cosechar en el futuro. Por esa razón, el énfasis en la educación de los niños, niñas y adolescentes logrará la construcción de una ciudadanía responsable y capaz de prevenir conflictos que profundicen las brechas de acceso a derechos.
La concepción de la educación no es igual en todos los lugares, existen realidades comunitarias que deben ser consideradas en los programas educativos, sobre todo en el caso de los pueblos originarios, razón por la cual es imprescindible impulsar e incorporar las iniciativas comunitarias, no solo en lo atinente a la educación, sino en cualquier otro programa que desee implementarse. También es indispensable proseguir con las medidas tendentes a la ampliación del acceso a la documentación en los lugares más recónditos, de la mano con las instituciones gubernamentales de cada Estado, ya que, de lo contrario, la posibilidad de inserción escolar y la acreditación de los estudios se verán cercenados.
El apoyo para programas de salud, agua, saneamiento y alimentación son importantes y más que eso, urgentes; sin embargo, no garantizan que en el futuro se eviten crisis producto de la intervención humana justificada en su cosmovisión, como puede hacerlo la educación, por lo que su incorporación jamás debe obviarse, ni siquiera en medio de la crisis sanitaria que nos atañe en la actualidad.
Por otra parte, el impulso de las iniciativas comunitarias y el apoyo a ONGs locales tanto en la educación, como en el resto de las áreas de acción, es garante de la corresponsabilidad ciudadana que fungirá como la voz que coadyuvará al engranaje entre las políticas gubernamentales y la realidad en el terreno. Esta labor trascenderá mucho más que la presencia de Naciones Unidas en un país, motivada por crisis que, aunque a veces son prolongadas, finalmente son transitorias.
Por último, cabe destacar que las políticas estatales deben promover la responsabilidad social empresarial, a fin de destinar un porcentaje significativo al financiamiento de los programas de las ONGs nacionales, las cuales contribuirán al ejercicio de la gestión pública y al desarrollo nacional mediante sus intervenciones.
Educar es cambiar. Educar es proteger. Educar es alcanzar.
- Marilena Magrini es egresada de la Universidad del Zulia en la carrera de Ciencias Políticas, y con más de 03 años de experiencia en el área humanitaria, funge en la actualidad como Coordinadora General de fundación Casa Bonita, en el estado Zulia.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones