Gaza.- El movimiento islamista Hamás acusó este sábado a la inteligencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de estar detrás del ataque con explosivo contra el convoy del primer ministro palestino, Rami Hamdala, cuando visitó la Franja de Gaza en marzo, informaron fuentes oficiales. 

Cargos del servicio de inteligencia en la ciudad cisjordana de Ramala "activaron células subversivas para socavar la estabilidad de seguridad en Gaza", declaró en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio del Interior del enclave controlado por Hamás, Iyad Al Bozom, indicó Efe. 

"Los que llevaron a cabo el intento de asesinato de Abu Naim (el jefe de seguridad de Hamás) en el centro de Gaza en octubre de 2017 fueron las mismas personas que detonaron una bomba cuando el convoy de Hamdala transitaba en el norte de Gaza el 13 de marzo", declaró Al Bozom. 

El portavoz del ministerio identificó al autor como Abu Hamza Ansari, o Ahmad Sawafta, de Cisjordania, que según él recibió instrucciones directas de funcionarios de los servicios de inteligencia de Ramala. 

Además, añadió que también han estado detrás de los actos de sabotaje previos en Gaza y en el Sinaí de Egipto, bajo cobertura de milicianos salafistas. 

"Nuestra investigación desveló que la célula estaba planeando ataques contra las personalidades internacionales que visitaban la Franja de Gaza, así como delegaciones de seguridad egipcias y líderes de Hamás", afirmó Al Bozom. 

El 13 de marzo, una explosión alcanzó el convoy en el que viajaba Hamdala y el jefe de Inteligencia palestino, Majid Faraj, causando heridos leves, poco después de entrar en Gaza para una visita oficial que realizaba el liderazgo de la ANP en virtud del acuerdo de reconciliación entre Hamás y el partido nacionalista Al Fatah de octubre. 

El presidente de la ANP y del partido Al Fatah, Mahmud Abás, responsabilizó de "intento de asesinato" al movimiento islamista, que controla la seguridad en Gaza desde 2007, acusación que Hamás rechazó. 

El acuerdo de reconciliación tiene como objetivo que Hamás transfiera el control total del enclave a la ANP y, aunque se han entregado la mayoría de los ministerios, el movimiento islamista mantiene el de seguridad, por lo que el acuerdo se considera estancado.