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Miles de refugiados empiezan a ser expulsados de sus viviendas en Grecia

El gobierno griego asegura que la finalidad es que puedan beneficiarse de las viviendas los más de 32.500 solicitantes de asilo en campamentos de refugiados en las islas del norte del mar Egeo

  • AFP

02/06/2020 05:30 am

El Pireo, Grecia.- "¿Cómo puede el gobierno griego echarnos a la calle?" Más de 11.200 refugiados comenzaron a ser expulsados este lunes de las viviendas sociales que les habían sido atribuidas en toda Grecia, según el Ministerio de Migraciones.

Las primeras decenas de refugiados abandonaron sus viviendas este lunes, según las autoridades, en virtud de una legislación, votada en noviembre, que reduce de seis a un mes el periodo durante el cual quienes han obtenido asilo pueden quedarse en esos apartamentos, comentó AFP.

La expulsión estaba prevista desde abril, pero "se dio una prórroga hasta finales de mayo debido a la epidemia de Covid-19", declaró el ministro de Migraciones, Notis Mitarachi.

"Desde hace 10 años, estamos luchando para sobrevivir... Ahora que nuestra situación se había estabilizado, nos piden de nuevo comenzar de cero", explica Abdelkader Rahmoun.

Este sirio de 44 años, su mujer y sus dos hijos deberán abandonar a finales de junio la vivienda que la oenegé Nostos les había atribuido en el Pireo, el puerto de Atenas, en el marco del programa de alojamiento ESTIA gestionado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y financiado por la Comisión Europea.

"También nos van a recortar nuestra ayuda financiera de 400 euros (unos 450 dólares) por mes. Si nos expulsan, podemos encontrarnos en la calle", dice.

El otrora taxista se acuerda de cómo en Idlib, en Siria, su familia ya tuvo que "cambiar varias veces de vivienda para refugiarse de los bombardeos", antes de llegar a Grecia, a través de Turquía.

En este barrio popular del Pireo, el edificio rosa donde vive la familia de Abdelkader alberga a 10 familias de nacionalidades diferentes, de las cuales seis serán evacuadas en junio.

Sus vecinos, una familia iraquí de Bagdad, se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, con un padre en silla de ruedas y una niña de cinco años discapacitada que no puede alimentarse sola.

"Pese a nuestra situación difícil, la oenegé nos avisó que tendríamos que dejar la vivienda a finales de junio", dice Asil Nadawi, que se ocupa de los cinco hijos.

"Con mi padre y mi hermana con discapacidades, ¿cómo puede el gobierno griego echarnos a la calle? ¡Es cruel!", exclama el hijo mayor, Mustafa.

"Ceder su lugar"

El gobierno griego considera, sin embargo, que esta política es necesaria para que puedan beneficiarse de estas viviendas sociales los más de 32.500 solicitantes de asilo que viven en sórdidas condiciones en los campamentos de refugiados en las islas del norte del mar Egeo.

"Es normal que los que están en Grecia desde hace tiempo cedan su lugar. Se tiene que poner un límite y que los refugiados se integren y encuentren un trabajo", declaró Manos Logothetis, secretario del servicio de asilo griego.

"Haremos lo necesario para que, aquellos que dejan sus alojamientos, tengan una transición suave", declaró el lunes el portavoz del gobierno, Stelios Petsas, mientras que un centenar de personas se manifestaron en Atenas al grito de "No a las expulsiones".

Aún así, para el portavoz de Acnur en Grecia, Boris Cheshirkov, esta decisión es preocupante. "Los refugiados van a tener que dejar esta forma de ayuda sin un acceso eficaz a los servicios sociales griegos. En teoría, tienen derecho a ayudas pero, en realidad, para los que no hablan el idioma, moverse por la burocracia griega puede ser extremadamente difícil".

El gobierno griego afirma que los refugiados pueden presentarse al programa HELIOS, creado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que les permite seguir cursos de griego y beneficiarse de una ayuda para el alojamiento.

Pero este programa está poco adaptado, señala Eva Giannakaki, a cargo de las cuestiones de alojamiento para la oenegé Solidarity Now. "Los refugiados deben encontrar ellos mismos una vivienda, pero se encuentran con actitudes xenófobas de los propietarios, trámites administrativos poco comprensibles o la falta de apartamentos baratos".

Desesperado, Abdelkader participó a finales de mayo en varias manifestaciones de refugiados delante de la delegación de la Comisión Europea en Atenas: "No hay integración en Grecia, incluso el gobierno considera que estamos de paso... La mejor solución sería sin duda que otros países europeos nos abrieran sus puertas", dice.
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