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Pakistán emplea sus tácticas de lucha antiterrorista contra la pandemia

Pakistán utilizan sus servicios de seguimiento antiterrorista para rastrear a enfermos de Covid-19 que intentan escapar de los centros de cuarentena o eludir las medidas de confinamiento

  • AFP

29/05/2020 05:30 am

Islamabad.- Pakistán ha empezado a recurrir a herramientas ideadas para la lucha antiterrorista en su combate contra el coronavirus, con un sistema de rastreo discreto de los enfermos que busca frenar los contagios.

Desde hace años, las agencias de inteligencia, incluyendo los Inter-Servicios de Inteligencia (ISI, dependientes del poderoso ejército del país), utilizan el "geo-fencing" o "geovallado" para seguir a sus objetivos, a menudo, yihadistas, destacó AFP.

Según una fuente de seguridad, este sistema, que define un perímetro para la persona en cuestión y envía alertas cada vez que esta se sale del mismo, se está utilizando para espiar a los enfermos de Covid-19 que intentan escapar de los centros de cuarentena o eludir las medidas de aislamiento, ya sea por falta de concienciación o por temor al estigma social.

El geovallado es "bastante eficaz" en el marco del nuevo coronavirus, declaró a la AFP la fuente de seguridad, que pidió mantenerse en el anonimato. "El gobierno logró encontrar la pista de quienes dieron positivo en el test y que se habían escondido".

"El sistema de rastreo nos ayuda, sobre todo, a seguir los celulares de los portadores del coronavirus, y a cualquier persona con la que entren en contacto antes o después de su desaparición", confirmó un responsable de los servicios de inteligencia.

Las autoridades también escuchan las conversaciones telefónicas de las personas infectadas para saber si sus contactos también tienen síntomas, según las mismas fuentes.

El gobierno fue muy criticado por su supuesta inacción para detener la propagación del virus, pero el primer ministro, Imran Khan, felicitó al ISI por el "súpersistema de rastreo" de enfermos que puso al servicio de las autoridades.

"En un principio, se utilizaba contra el terrorismo. Pero ahora se ha vuelto útil en la lucha contra el coronavirus", afirmó recientemente el primer ministro, sin hacer alusión al impacto que pueda tener esta tecnología en las libertades individuales de los 200 millones de pakistaníes.

"Criminalizar" a los enfermos

En Israel, un país no reconocido por Pakistán, el servicio de seguridad interior (Shin Beth), que en general se ocupa de las actividades antiterroristas, también geolocaliza los celulares de los ciudadanos en el marco de la "guerra" contra la pandemia. La Corte Suprema alzó la voz en abril contra la medida, pero el Parlamento decidió no obstante prolongarla.

En cambio, en Pakistán no se ha producido ningún debate de este tipo, a pesar de la preocupación expresada por los defensores de los Derechos Humanos, temerosos de que los servicios de inteligencia se aprovechen del coronavirus para vigilar todavía más a los disidentes políticos.

"Utilizar a los servicios de inteligencia para rastrear a los pacientes enfermos del virus y a quienes son sospechosos de ser portadores significa criminalizar la cuestión", denunció Afrasiab Khattak, activista por los Derechos Humanos y exsenador.

Del seguimiento de los enfermos "deberían encargarse los gobiernos provinciales y las comunidades locales", consideró, para "dejar que los servicios de inteligencia hagan su verdadero trabajo".

Pakistán registró más 61.000 enfermos de covid-19, que causó más de 1.200 muertos, aunque se cree que debido a la falta de exámenes, la cifra de contagios reales podría ser mucho más alta.

El país no consigue presentar un frente unido y decidido contra el problema.

Desde que estalló la pandemia, Imran Khan se ha opuesto a confinar las ciudades, una medida que, a su parecer, permite "salvar a la gente del coronavirus pero hace que se mueran de hambre".

Las provincias pakistaníes, sin embargo, optaron por imponerlo a finales de marzo, lo que en la práctica supuso el cierre de facto del país.

El 9 de mayo se inició una salida paulatina del confinamiento y los mercados estaban hace poco a rebosar, en los días previos a la fiesta del Aíd al Fitr, que empezó el domingo y que marca el fin del mes de ayuno musulmán del ramadán.

Las autoridades sanitarias temen que los balances se disparen, pero el gobierno, presionado por los estamentos religiosos, autorizó las concentraciones en las mezquitas durante el ramadán.
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