La salida de Pedro Pablo Kuzcinski marca el ocaso de un tecnócrata
Durante décadas hubo sospechas contra PPK, que vienen desde la década de 1960 cuando se le vinculó a un negociado con la International Petroleum Company
HUGO PERALES MIRANDA*
Especial para El Universal
La renuncia de Pedro Pablo Kuzcynski (PPK) a la Presidencia del Perú, pone en evidencia la crisis política de un país asolado por escándalos de corrupción, también desdibuja el prestigio de la imagen de los tecnócratas en Latinoamérica; de aquella élite de gurús que en apariencia solo persiguen mejores resultados de indicadores macroeconómicos, ajenos a la injerencia política, la fanfarria mediática y la corrupción, sus metas eran la eficiencia, la eficacia y la efectividad en ese camino meándrico hacia el desarrollo social y económico, donde superar la pobreza es el reto.
Podría decirse que PPK, quizás sea el ícono latinoamericano del tecnócrata; durante más de medio siglo, luego de haberse formado en Oxford y Princeton, saboreó el poder, ya sea como ministro en distintos momentos de la enrevesada historia peruana, o como alto funcionario de organismos multilaterales de financiamiento, o bajo la faceta de asesor internacional en finanzas.
Así también, podríamos decir de él, que se trata de un ciudadano del mundo cuya peruanidad es circunstancial, como relativos son sus entronques familiares con Norteamérica, Francia y Polonia; es peruano pero también de todos lados, a lo igual que el capital no tiene una nacionalidad definida y su patria es el planeta. Al punto que en su campaña rumbo a la Presidencia, sus asesores de imagen hicieron que le llamen PPKausa, como una alusión a la coloquialidad peruana donde causa es el amigo; así como también le hicieron llamar PPKuy, porque el cuy es ese roedor asociado en el Perú con la andinidad; un juego retórico de imposturas, de fabricación de referentes locales a una figura del cosmopolitismo que tuvo relativo éxito para llegar a ser Presidente.
De hecho, para un experto en finanzas con más de medio siglo en ejercicio, está claro que el mundo de los paraísos fiscales no se reduce a Panamá, ni a las islas del Caribe; también existen en algunos estados de Norteamérica, países europeos o en viejos enclaves de la economía global en Asia; crear una compleja trama de empresas de sociedad anónima que funcionen como offshore en dichos paraísos fiscales, donde no aparezca el nombre del verdadero hombre fuerte de la empresa, sino del palo blanco o testaferro, es más que suficiente para burlar el asedio de funcionarios estatales (sean jueces, procuradores o fiscales), de dudosa formación profesional y de mentalidad parroquial.
Así, durante tantas décadas plagadas de sospechas contra PPK, que vienen desde la década de 1960 cuando se le vinculó a un negociado con la International Petroleum Company, el incidente de la página 11, que fue desfavorable a los intereses del Estado peruano; innumerables sospechas de lobby a favor de todo tipo de empresas, desde mineras hasta constructoras, estuvieron signadas por la sospecha, pero fundamentalmente por la falta de pruebas de las operaciones que den con la ruta del dinero.
De esta manera, todo puede ir bien para los lobbystas de cualquier país de Latinoamérica, donde resulta hartamente complicado probar que un funcionario público ha recibido una alícuota de la inversión pública destinada a la construcción de carreteras, aeropuertos, fastuosos edificios o cualquier elefante blanco, dado que esta tarea es casi una misión imposible; y ese casi no se debe a una inusitada eficiencia investigativa, sino a una confesión en busca de beneficios procesales o penitenciarios, como ha ocurrido en el caso Odebrecht, que de pronto puso en evidencia la enmarañada ruta del dinero de la corrupción en el Perú, los complejos movimientos de las componendas políticas, que demuestran que la tecnocracia tampoco está más allá del bien y del mal; es mundana y está fuertemente emparentada con la política tradicional corrupta.
* Sociólogo, docente de la Universidad Mayor de San Andrés y la Universidad Pública de El Alto de Bolivia