Akihito marcó un hito en la historia imperial japonesa cuando en agosto de 2016, a sus 85 años de edad, anunció su deseo de abdicar al trono, tras 30 años de reinado, por considerar que su salud no le seguiría permitiendo cumplir sus funciones con la energía debida, convirtiéndose así en el primer soberano japonés en realizar esta acción en 200 años.
En la Constitución vigente de Japón el emperador es el símbolo de la nación y de la unidad del pueblo y, aunque no interviene en asuntos gubernamentales, cumple con obligaciones oficiales y participa en actos públicos.
La población japonesa se prepara para festejos históricos y casi inéditos porque esta vez la nación no está de luto por el deceso de un soberano. Se esperan concentraciones públicas en las inmediaciones del palacio imperial y de los santuarios sintoístas, religión por la que se rigen parte de los ritos imperiales.
Para que esto se llevara a cabo, el Parlamento nipón tuvo que aprobar una legislación especial puesto que la posibilidad de renunciar no estaba prevista en la ley sobre la Casa Imperial.
El emperador Akihito y su esposa Michiko recibirán el título de “emperadores eméritos”, según informó la Agencia de la Casa Imperial japonesa.
La institución explicó que escogió el término “emérito” para “expresar admiración y respeto por la acumulación de experiencias y logros” obtenidos por la pareja imperial en sus 30 años de reinado.
Las medidas de seguridad para la ceremonia de abdicación se han incrementado con el objetivo de prevenir cualquier intento de ataque terrorista, además de coordinar la presencia de las más de mil personas que se espera asistan al acto.
Según el diario Japan Times, entre los dispositivos que estarán presente ese día se encuentra un sistema de reconocimiento facial, el mismo que se usará en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020.
Naruhito, de 59 años, primogénito del matrimonio imperial y sucesor inmediato al trono, se convertirá en emperador en un ritual a puerta cerrada, mientras que la ceremonia oficial tendrá lugar el 22 de octubre en el palacio imperial de Tokio ante miles de invitados y delegaciones internacionales.
Se convertirá en el nuevo “símbolo del pueblo y de la unidad de la nación”, según la definición de la Constitución que entró en vigor en 1947 y con la que el emperador perdió su estatuto de semidiós.
Según la actual ley de la Casa Imperial, que rige la sucesión de los emperadores, las mujeres no pueden acceder al trono y deben renunciar a sus derechos imperiales si deciden casarse con plebeyos.
En las circunstancias actuales, con muchas más féminas que varones entre los descendientes y parientes del actual emperador, el mantenimiento de la ley sálica podría poner en riesgo la sucesión en un futuro no tan lejano.
A Naruhito le siguen en la línea de sucesión su hermano Akishino, de 53 años, y su sobrino Hisahito, de 12.
“REIWA” un nombre inspirado en la poesía japonesa
El secretario del Gobierno japonés, Yoshihide Suga, divulgó los dos caracteres que identificarán eternamente el reinado del nuevo soberano: Reiwa, formado por kanji (uno de los tres sistemas de escritura japonesa de origen chino) traducibles, respectivamente, como “agradable” u “orden”, y “armonía” o “paz”.
Su significado, no obstante, debe interpretarse como “el nacimiento de una civilización donde los seres conviven en armonía”, precisó el primer ministro, Shinzo Abe.
El nombre de la nueva era procede del Manyoshu, una colección de poemas japoneses del siglo VII que describen los cambios en las estaciones del año y en la naturaleza. Rei, en dicha colección, alude a las flores del ciruelo, entre las primeras en brotar después del invierno.
“La primavera llega tras un invierno duro, este nombre quiere marcar el inicio de una etapa de esperanza”, ha señalado Abe.
Japón utiliza tanto el calendario occidental como su sistema de división en eras, conocido como gengo. El año 2019, por tanto, pasará a ser también “el año 1 de la era Reiwa”.
El nombre de una era se identifica con el sentimiento nacional y la cultura dominante de una etapa histórica específica.
Es la primera vez que el nombre de una nueva era se inspira en una pieza de la literatura japonesa, precisó el primer ministro. Hasta ahora se había recurrido a la literatura china.
Con la nueva denominación y sus connotaciones poéticas, Japón quiere abrir una nueva era de esperanza, en la que organizará unos Juegos Olímpicos el año que viene y una cumbre del G20 en tres meses.
ERAS IMPERIALES
* Meiji (1868-1912): El significado de su nombre es “Era de culto a las reglas.” Marca los 45 años del reinado del emperador japonés Mutsuhito, periodo durante el que el país inició su modernización y occidentalización, erigiéndose como una potencia mundial.
* Taisho (1912-1926): Conocida como “Era de la gran rectitud”, es considerada como un período de movimiento liberal debido a los conflictos laborables y la desigualdad social. Es la época histórica más corta duración de Japón, con tan sólo 14 años de extensión, debido a la mala salud del emperador Yoshihito.
* Showa (1926-1989): El “Periodo de paz ilustrada” es el correspondiente al reinado del emperador Hirohito. Durante esta era Japón descendió al caos político por el momentáneo colapso del capitalismo y sufrió los únicos dos ataques con bombas atómicas en la historia.
* Heisei (1989-2019): La era que acaba de finalizar es considerada como una buena etapa por los japoneses. Afrontó una etapa de paz, estancamiento económico, y catástrofes como el accidente nuclear de Fukushima (2011) y el ataque con gas sarín contra el metro de Tokio (1995). El significado de esta era es “Paz Iluminada”.
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