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Dudas marcan los primeros 100 días de Jair Bolsonaro

Las diferencias entre las promesas y las realidades han definido su corto mandato al mando de la nación más poderosa del sur de América

  • ENRIQUE COTE

10/04/2019 05:30 am

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cumple hoy 100 días en el poder. Su primera centena al mando del país más grande y rico de Suramérica se ha visto caracterizada por la caída de su popularidad.

El triunfo de Bolsonaro en las elecciones de 2018 en Brasil causó un revuelo político en toda la nación amazónica, que llevaba 13 años siendo gobernada por la izquierda populista del Partido de los Trabajadores (PT), primero con Luiz Inácio Lula Da Silva y luego con Dilma Rousseff, cuya destitución dio paso a la presidencia de Michel Temer. 

El país urgía de un cambio ideológico y de liderazgo, representado por el ex militar de 64 años y por su Partido Social Liberal (PSL) que prometían nuevos rumbos. 

Según la firma brasilera Datafolha, el actual mandatario posee los peores niveles de popularidad para un presidente desde que la nación recuperó su democracia hace más de 30 años, bajando sus expectativas de un mandato exitoso a niveles records. 

Al respecto de su baja aceptación, una encuesta publicada por el diario El País de España, señala que en menos de 100 días Bolsonaro perdió más de una cuarta parte de la masa electoral que lo llevó a la presidencia.

Decisiones controversiales 

Bolsonaro vendió en campaña una imagen de héroe que derrotaría la corrupción, enderezaría el rumbo económico y, sobre todo, que aplacaría la delincuencia en el país, pero con el correr de las semanas su imagen y promesas se fueron esfumando.

Las investigaciones que implican a su hijo, el senador Flavio Bolsonaro, en actos corruptos, pero sobre todo las revelaciones de que el PSL recurrió a candidatas fantasmas para obtener fondos electorales, han ido mermando la confianza en un electorado que puso mucha esperanza en su gobierno. 

En su campaña electoral, Bolsonaro prometió privatizaciones y reducción del gasto público para sanear las cuentas del estado, y aunque las primeras licitaciones tuvieron un buen despegue, la polémica reforma de jubilaciones y su disparidad de criterios con el congreso, creo más dudas que certezas. La guerra contra la delincuencia le ha dejado mal posicionado. 

Su controvertida decisión a facilitar el porte de armas, creó más tensión, incertidumbre y detractores, especialmente luego de la masacre en un colegio público de Sao Paulo, en donde murieron ocho personas. Según la encuestadora Atlas Político, siete de cada diez brasileños consideran que la delincuencia va aumentando. 

Admiración a Trump y distanciamiento sur-sur 

La primera salida de Bolsonaro en el plano internacional fue su visita oficial a los Estados Unidos y no Argentina, quebrando la tradición política de sus antecesores de izquierda y su acercamiento sur-sur, planteando claramente su política exterior basada en la vinculación con los poderes occidentales.

En el país norteamericano estrecharía lazos con su querido y admirado homólogo Donald Trump, cerrando un acuerdo para lanzar cohetes norteamericanos desde la base brasileña de Alcántara. 

Posteriormente volaría de vuelta al sur del continente, viajando a Chile para formar parte del lanzamiento de El Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), organismo que busca sustituir a La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), intendencia creada en el auge de gobiernos de izquierda en Suramérica. 

Terminaría su gira internacional días más tarde visitando Israel, en medio de la polémica generada por su intención de seguir los pasos de Trump, y trasladar la embajada de Brasil en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, pero el influyente lobby agrícola freno su decisión, temeroso de perder mercado en los países árabes. 

Un futuro muy incierto

Alejandro Mendible, historiador y profesor de la Universidad Católica Andres Bello (UCAB) y de la Universidad Central de Venezuela (UCV), opina al respecto: “aún es muy pronto para sacar conclusiones. Brasil necesitaba un cambio ideológico importante, y salir del modelo populista no será algo sencillo. El éxito estará en como pueda estructurar una relación viable con el congreso. Aún necesita tiempo”, concluyó. 

Sea que Bolsonaro aún no haya estructurado su idea política y necesite tiempo, o que la desincronización en las promesas y realidades se mantengan como tendencia, el presente del actual Presidente de Brasil es incierto, y solo la unificación de decisiones y acuerdos viables con los demás partidos políticos, dictaran el éxito o no de su mandato.  
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