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Conservadores toman el poder en Andalucía con el apoyo de la ultraderecha

Juan Manuel Moreno, que presidirá un Ejecutivo compuesto por miembros del PP y de Ciudadanos, fue elegido gracias a los votos de 59 diputados de los 109 que componen el Parlamento andaluz

  • AFP

16/01/2019 12:17 pm

Sevilla, España.- El candidato del conservador Partido Popular (PP) Juan Manuel Moreno fue investido este miércoles como presidente regional de Andalucía, la región más poblada de España y feudo socialista por 36 años, gracias a los votos del partido de ultraderecha Vox.

Juan Manuel Moreno, que presidirá un Ejecutivo compuesto por miembros del PP y del partido liberal Ciudadanos, fue elegido gracias a los votos de 59 diputados regionales de los 109 que componen el Parlamento andaluz, señaló AFP.

Moreno logró la mayoría gracias a los 12 votos de Vox, formación que firmó la semana pasada un pacto de investidura con el PP, pero que no entrará en el nuevo gobierno.

Vox sacudió a España tras conseguir 11% de votos en las elecciones andaluzas de diciembre y lograr que la extrema derecha entrara por primera vez a un parlamento regional desde el restablecimiento de la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.

Los observadores políticos especulan con que pueda reeditarse el pacto de derechas en Andalucía, para tomar el control en otras regiones o alcaldías, incluso a nivel nacional en unas eventuales legislativas que se celebrarán a más tardar en 2020.

Al intervenir por primera vez ante el Parlamento andaluz, el líder regional de Vox, Francisco Serrano, señaló este miércoles que su partido vino "a dar respuesta a muchos españoles y andaluces indignados, que no se sentían representados por ningún partido político".

"Vox ha sido la herramienta democrática que ha puesto fin al régimen socialista" en la región que el partido del presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, dirigía sin interrupción desde 1982, afirmó Serrano.

"En Andalucía lo que ha ocurrido es que se ha cruzado una frontera que existe en Europa y es que no se puede pactar con la ultraderecha", señaló Pedro Sánchez durante un debate en la Eurocámara en Estrasburgo.

Partido ultranacionalista, antiinmigración y antifeminista, Vox ha generado indignación al impulsar la derogación de leyes contra la violencia de género, una causa nacional hasta ahora apoyada unánimemente por la clase política española.

El martes, miles de personas se manifestaron contra Vox en decenas de ciudades en todo el país convocadas por organizaciones feministas bajo el lema "Ni un paso atrás en igualdad".

Vox remece el tablero político en España

Vox  logró remecer el paisaje político en España con apenas un puñado de diputados en un parlamento regional.

Mientras negociaba su apoyo al PP, sus propuestas -fin de las autonomías regionales, supresión de la ley de violencia de género, expulsiones masivas de inmigrantes clandestinos...- recibieron un amplio eco mediático.

El acuerdo final no incluyó las medidas más controversiales, pero sí el apoyo a tradiciones como la tauromaquia o la promoción de una inmigración "respetuosa con nuestra cultura occidental".

"Vox es el mayor beneficiario del pacto de gobierno andaluz", afirmó Xavier Casals, historiador especialista en la extrema derecha. "Vox ha logrado ser conocido por todo el mundo" y la "escenificación" del pacto con el PP fue como de "un acuerdo entre iguales", acotó.

Los estrategas políticos especulan ya con que pueda reeditarse este pacto de las derechas para tomar el control de otras regiones y alcaldías tras las elecciones regionales y municipales del 26 de mayo, o incluso a nivel nacional luego de las futuras legislativas.

"Por supuesto que es reeditable, siempre y cuando los españoles nos den ese mandato" aseguró el lunes el presidente del PP, Pablo Casado, quien evocó "una alianza de partidos que creemos en la Constitución, en el libre mercado, en la propiedad privada, en la seguridad, en la nación".

En un sondeo publicado a principios de enero, Vox obtenía un 12,9% de intención de voto para unas eventuales legislativas, que le permitiría obtener más de 40 escaños, para convertirse en la clave para una mayoría de derechas.

Cualquiera sea el resultado, ya habrá ganado, estima Xavier Casals. "Si Vox pasa de cero a algo, ya ha ganado".

La actualidad debería beneficiarlos, en momentos en que está por comenzar el muy mediático juicio a los líderes independentistas catalanes, en el que el número dos de Vox es abogado de la acusación, estima el director del instituto demoscópico Metroscopia, José Pablo Ferrándiz.

Tensión catalana

Su ascenso inquieta a las direcciones de los dos grandes partidos, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que por décadas se dividieron la mayor parte de los votos.

Desde 2015, han tenido que compartirlos con Podemos, la izquierda radical, y Ciudadanos, liberales de centro.

Con Vox, "estamos ahora en un quintapartidismo", un sistema de cinco partidos que pasan del 10% de intención de voto, explica Ferrándiz.

En la derecha, el PP se muestra particularmente amenazado, tras un nefasto 2018, cuando fue condenado en un megaproceso por corrupción, desplazado del poder por el socialista Pedro Sánchez y disminuido en las encuestas mientras Ciudadanos subía.

Su reto "es hacer las dos cosas al mismo tiempo, diseñar una estrategia que le permita no perder votantes por la derecha, pero tampoco más por el centro a favor de Ciudadanos", estima Cristina Ares, politóloga de la Universidad de Santiago de Compostela.

Pablo Casado optó por un giro hacia la derecha, endureciendo su discurso. Una estrategia arriesgada, que "favorece al partido más a la derecha", según Ares.

Del lado de Ciudadanos, su dirigente Albert Rivera, se siente incómodo con la idea de asociarse con la extrema derecha y deja la puerta abierta a alianzas con los socialistas en otras regiones.

"El futuro de España no pasa por acuerdos enfrentando a las dos Españas", de izquierda y derecha, declaró el lunes. Sin embargo, Pedro Sánchez podría ser el principal ganador de esta amenaza de una coalición que incluya a la extrema derecha.

Su gobierno, muy minoritario, podría obtener el apoyo de los independentistas catalanes para hacer aprobar los presupuestos de 2019 y evitar así tener que convocar elecciones antes de agotar la legislatura en junio de 2020.

"Está claro que este gobierno es mejor que un gobierno de derecha para los independentistas catalanes", agrega Ares.  
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