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La batalla de Kursk: punto crucial en la Segunda Guerra Mundial

La Batalla de Stalingrado que marcó el punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial. Y la Batalla de Kursk que afianzó el cambio estratégico en la guerra.

  • NOTA DE PRENSA

01/10/2018 02:07 pm

Por Vladimir Zaemsky 

La lucha contra el nazismo que durante largos cuatro años libró el pueblo soviético hizo una contribución decisiva para lograr la victoria definitiva sobre la coalición hitleriana. Tres cuartos de las tropas nazis fueron destrozados en el Frente Oriental. Las etapas principales de esta lucha son bien conocidas. La Batalla de Moscú cuando por primera vez los nazis sufrieron una derrota seria. La Batalla de Stalingrado que marcó el punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial. Y la Batalla de Kursk que afianzó el cambio estratégico en la guerra. La última ha quedado en la memoria como la más grande batalla de carros blindados en la historia de la humanidad. En este enfrentamiento participaron más de 4 millones de personas, más de 13 mil carros de combate y piezas autopropulsadas, más de 69 mil cañones y morteros, cerca de 12 mil aviones. 

Esta batalla arruinó el poderío militar de la Alemania hitleriana. Tras la derrota que sufrieron las tropas nazis en la ciudad de Stalingrado a principios de 1943 Hitler y sus generales decidieron realizar una ofensiva en gran escala en el frente soviético-alemán, buscando con ello impedir que se deteriorase el espíritu de su Ejército y detener tendencias centrífugas dentro del bloque de agresores. Además, con tal ofensiva pretendían recuperar su iniciativa estratégica.

Al mismo tiempo, a partir de marzo de 1943 el Gran Cuartel General soviético, o Stavka, estaba elaborando un plan de ofensiva estratégica cuyo objetivo era derrotar las principales fuerzas del Ejército alemán “Sur” y “Centro”. Sin embargo, en abril de aquel año tras estudiar datos de inteligencia militar el mando del Ejército Rojo se dio cuenta de que el Wehrmacht mismo estaba planeando realizar un ataque en el Saliente de Kursk con el fin de rodear y destruir a las numerosas tropas soviéticas concentradas allá.

Basándose en esos datos la Stavka decidió organizar una defensiva profundamente escalonada. La idea del mando soviético era primeramente debilitar y desgastar las fuerzas enemigas y destruir sus nuevos carros de combate para realizar después una contraofensiva, reincorporando las tropas de reserva.

Se creó en el Saliente de Kursk una fuerte barrera con defensa antitanque. Además, en los extremos norte y sur del Saliente se formó una nueva agrupación de fuerzas – Frente Estepar constituía una reserva y debería entrar en combate al momento de empezar la contraofensiva.

El acondicionamiento de terreno tenía una profundidad de 250-300 km. Las plantas militares de la URSS producían sin cesar carros de combate y cañones autopropulsados. Las tropas soviéticas fueron equipadas con famosos tanques “T-34” y potentes cañones autopropulsados “SU-152” capaces de reprimir exitosamente los tanques alemanes “Tigre” y “Pantera”. Un millón trescientos mil soldados y oficiales soviéticos, cerca de 20 mil cañones y morteros participaron en aquel combate contra fascistas en el Saliente de Kursk. Además, cinco ejércitos de campaña, más uno de carros de combate y uno de aviación estaban en reserva, esperando su hora.

La fase de la defensa soviética (5 – 23 de julio de 1943)

A la medida que se acercaba la fecha del inicio de la operación “Ciudadela” (así los hitlerianos la llamaron la ofensiva en el Saliente) resultaba cada vez más difícil para fascistas ocultar su preparación. El mando soviético obtuvo la información de la inteligencia que la ofensiva nazi empezaría el 5 de julio a las 3 a.m. Los comandantes de las agrupaciones Central, Konstantin Rokossovskiy y de Voronezh, Nikolay Vatutin, decidieron realizar al anochecer una preparación de artillería que iniciaron a la 1:10 a.m. Gracias al golpe de artillería realizado con antelación contra las zonas de concentración del enemigo el ejército alemán sufrió pérdidas y tardó 3 horas en empezar el asalto.  

El alto mando alemán planeaba romper de un espolonazo la defensa soviética y alcanzar la ciudad de Kursk. El primer día el enemigo incorporó en la lucha hasta 500 unidades de tanques. Sin embargo, gracias a la defensiva escalonada el ataque en aquella zona fue detenido y el 10 de julio fue definitivamente parado. En el transcurso de seis días de su ofensiva el enemigo logró adelantarse en la zona del Saliente de Kursk sólo por 10-12 kilómetros.

El hecho de que los soldados soviéticos no se hubieran estremecido con los nuevos tanques alemanes “Tigre” y “Pantera” fue la primera sorpresa para el mando nazi. Además, la artillería soviética antitanque y los cañones abrieron fuego efectivo contra las máquinas blindadas alemanas. Los hitlerianos no lograron realizar un ataque relámpago. Al superar la primera línea de defensa rusa las divisiones de tanques alemanas tuvieron que recurrir a los servicios de zapadores dado que todo el terreno entre las posiciones había sido minado. Mientras los tanquistas alemanes esperaban a los zapadores, sus carros blindados estaban bajo un fuego masivo. La aviación soviética se apoderó de la iniciativa en el aire. Cada vez más frecuentemente se veían en los cielos los aviones de asalto de la URSS, los famosos Il-2. 

El 13 de julio Hitler invitó a los mariscales de campo Von Manstein y Von Kluge para una reunión en su Cuartel General. En particular dio las instrucciones de continuar la operación “Ciudadela” y no bajar la intensidad de batallas. Le parecía que el éxito en los alrededores de Kursk estaba muy cerca. Sin embargo, en el transcurso de dos días siguientes muchos logros territoriales del ejército nazi en el ala sur del Saliente de Kursk fueron anulados como resultado de la famosa batalla de tanques de Prokhorovka, la más grande de la historia.

La fase de la ofensiva soviética (12 de julio – 23 de agosto de 1943)

A mediados de julio de 1943 empezó la segunda fase de la gigantesca Batalla de Kursk. Los 12 – 15 de julio los Frentes de Briansk, Central y Occidental pasaron a la ofensiva y el 3 de agosto comenzaron la operación de ataque de Belgorod y Kharkov (operación “Rumyantsev”). 

La hombría de los soldados soviéticos, el ingenio de sus comandantes y el uso competente del material bélico trajo resultados positivos, acercando la victoria. El 5 de agosto las tropas rusas ya habían liberado las ciudades de Oriol y Belgorod.

El Wehrmacht perdió 30 divisiones de élite en la Batalla de Kursk, incluyendo 7 divisiones de carros de combate; 500 mil soldados caídos, heridos o desaparecidos, más de 3 mil aviones, 3 mil piezas de artillería. Las tropas soviéticas perdieron: 860 mil personas; más de 6 mil tanques y cañones autopropulsados; 5 mil piezas de artillería y morteros, 1,5 mil aviones. Sin embargo el balance de fuerzas en el frente cambió a favor del Ejército Rojo que disponía de más potencial que el Wehrmacht.

Con las victorias de Kursk y después en la Batalla de Dniéper el cambio radical en la Segunda Guerra Mundial se hizo realidad. La estrategia ofensiva del Wehrmacht se agotó definitivamente. A finales de 1943 unos 37 países estaban en estado de guerra con potencias del Eje. La coalición antihitleriana iba aumentándose. Así empezó la disolución del bloque nazi-fascista. Uno de los actos notables en aquel tiempo fue la creación en el año 1943, como signo de liberación de Ucrania, de la Orden de Bogdán Khmelnitsky de 1ª, 2ª y 3ª clase. Una duradera y sangrienta contienda esperaba por delante, pero la vuelta radical en la Segunda Guerra Mundial ya tuvo lugar.

Por Vladimir Zaemsky, embajador de Rusia en Venezuela

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