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Brasil afronta unas elecciones cruciales con un incierto favorito

Más de 147 millones de brasileños están llamados a las urnas el 7 de octubre. En la "megaelección" también serán electos 513 diputados, 53 senadores, 27 gobernadores y varios otros cargos regionales.

  • DPA

30/09/2018 05:30 am

Río de Janeiro, Brasil.- ¿Peligra la joven democracia brasileña? ¿Será Brasil también sacudido por la ola de populismo global? La potencia latinoamericana elige el próximo domingo 7 de octubre a su nuevo presidente, en unos comicios intoxicados desde hace meses por la mayor crispación política en el país desde el final de la dictadura en 1985.

El radical de derecha Jair Bolsonaro, un exmilitar calificado como el "Donald Trump brasileño" y temido por su agresivo discurso contra las instituciones, lidera las encuestas a una semana de las elecciones y tiene buenas opciones de pasar a una posible segunda vuelta, prevista para el 28 de octubre, informó DPA.

Todo apunta para entonces a un duelo muy ajustado con el izquierdista Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT), heredero de Luiz Inácio Lula da Silva, y que cabalga en la ola de popularidad del conocido exjefe de Estado (2003-2010) entre las clases más pobres.

Bolsonaro, de 63 años, alcanza hasta el 28% de los apoyos en los últimos sondeos, mientras que Haddad, de 55 años, llega al 22%.

Otros candidatos a los que se atribuyen posibilidades de llegar a segunda ronda son el también izquierdista Ciro Gomes (11%), el centroderechista Geraldo Alckmin (10%) y la ecologista Marina Silva (5 por ciento).

El ascenso de Bolsonaro, criticado por su defensa de la última dictadura militar (1964-1985) y por mensajes considerados como racistas, homófobos y misóginos, representa desde ya un cambio para la democracia que Brasil recuperó hace apenas 33 años.

"En ningún momento, desde la redemocratización, tuvimos una extrema derecha fuerte en la disputa presidencial", advierte el politólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) Mauricio Santoro respecto al auge de Bolsonaro.

"Lo veo como un riesgo para la democracia", dice Santoro. "Es un político profesional que adoptó un discurso contra las minorías".

La crispación política desembocó el 6 de septiembre en un atentado contra Bolsonaro, cuando un hombre le clavó un cuchillo en el abdomen alegando sentirse "amenazado" por la agenda política del candidato. Bolsonaro se recupera desde entonces en un hospital en Sao Paulo.

El explosivo clima político fue alimentado en los últimos años por el enorme escándalo de corrupción "Lava Jato" ("Lavado de autos"), que ha puesto en jaque a prácticamente toda la clase política desde su estallido en 2014. Entre otros políticos, "Lava Jato" metió entre rejas a Lula, artífice del "milagro económico" brasileño en la década pasada.

A ello se suma el deterioro institucional iniciado con el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016, cuando Brasil se hundía en la peor recesión de su historia, y exacerbado en abril de este año con el encarcelamiento de Lula para cumplir una condena de 12 años de prisión.

"El monstruoso nivel de corrupción expuesto en 'Lava Jato', el despilfarro de dinero en los Juegos Olímpicos (de 2016) y el Mundial de fútbol (2014) y la incompetencia general de la clase política crearon una profunda desconfianza en los brasileños", dijo el politólogo Peter Hakim, presidente emérito del "think tank" Diálogo Interamericano y experto en asuntos brasileños.

La crisis, después de una década en la que Brasil parecía emerger como una de las nuevas potenciales globales, ha dejado profundas heridas en el gigante sudamericano.

La violencia se ha disparado en todo el país, en particular en metrópolis turísticas como Río de Janeiro, bajo intervención militar desde febrero debido a la alta criminalidad.

Michel Temer dejará la presidencia el 1 de enero como el presidente más impopular de Brasil, con menos del 5% de aprobación. El líder conservador es acusado por el PT de haber impulsado un "golpe parlamentario" con la cuestionada destitución de Rousseff.

Ninguno de los 13 candidatos que compiten en la primera vuelta canalizó tan bien la frustración de los electores como Bolsonaro. Pese a ser diputado desde 1991, el exmilitar se define como un "antisistema" y fustiga a las élites políticas.

"Bolsonaro es la salvación del país, porque no es corrupto", dice a dpa la estudiante Mayara Ferrari, de 25 años, durante un acto del partido de Bolsonaro, el PSL, en Nova Iguaçu, en el estado de Río.

"Las acusaciones de que es racista y homofóbico son todas mentira. Los medios quieren tapar nuestros ojos porque saben que él es la solución", agrega.

"Su propuesta que más me gusta es la de seguridad", explica Fabio Cristoforimaia, un desempleado de 43 años. Brasil "es un país abandonado a la violencia", agrega sobre el candidato que aboga por la liberalización de la tenencia de armas para combatir la criminalidad.

"Si hubiese una segunda vuelta entre Bolsonaro y Haddad vamos a tener un escenario de mucho miedo en Brasil, de mucha rabia", cree en cambio Santoro, apuntando a la polarización política entre izquierda y derecha.

Más de 147 millones de brasileños están llamados a las urnas el 7 de octubre. En la "megaelección" también serán electos 513 diputados, 53 senadores, 27 gobernadores y varios otros cargos regionales.  
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