El papa Francisco se enfrenta a las críticas de los conservadores en el Vaticano
La exigencia para que Francisco aborde principalmente el tema de la pedofilia en la Iglesia parece ser un camuflaje premeditado, esto por una incomodidad en torno a la labor que viene realizando
Una tormenta fustiga al Vaticano. Las acciones y cambios en los órganos administrativos y económicos de la Santa Sede que viene ejecutando Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa proveniente del hemisferio sur, no parecen gustar del todo a los sectores mas conservadores.
La Curia Vaticana (conjunto de órganos de Gobierno de la Santa Sede) viene exigiendo al Santo Padre que se encargue de lo que realmente preocupa a la Iglesia católica.
En las últimas dos décadas han cobrado relevancia los casos de abuso sexual en la Iglesia, viéndose mayormente afectados Irlanda, EEUU, Alemania y Chile, donde las autoridades locales han encontrado culpables a sacerdotes de cientos de acusaciones de pedofilia.
Pero la exigencia para que el papa Francisco aborde principalmente el problema de los abusos sexuales por parte de sacerdotes parece ser un camuflaje premeditado, esto por una incomodidad en torno a este tema que va más allá de los fieles católicos. El disgusto radicaría especialmente en la médula de la Santa Sede.
Fuentes cercanas al Vaticano citadas por El País afirman que las criticas a Bergoglio son de sectores conservadores, reducidos y localizados, principalmente en Estados Unidos.
Desde que aquella fumata blanca en marzo de 2013 anunciaba que el carismático cardenal originario de Buenos Aires se convertía en el pontífice 266 de la Iglesia católica, brotaron voces insistentes y, según esas fuentes próximas al Vaticano, un reducido grupo piensa ya en un posible sustituto de Francisco.
Esas voces consideran que Francisco es demasiado liberal y progresista, y que está dejando a un lado lo verdaderamente importante en la Iglesia Católica. Estas acciones por parte de grupos conservadores evidencian que existe una campaña de desprestigio contra el Papa latinoamericano.
El caso de los abusos es sólo un capítulo de una larga saga que viene prolongándose al pasar los años en la institución política más longeva del mundo. Pero esta espina, que oprime el papado de Francisco no es un asunto apartado.
Sus cinco años de pontificado han transformado el sentido que traía la Iglesia con sus antecesores. Su acercamiento a la gente, sus anuncios y apertura, visitas y prédicas lo han convertido en la gran novedad católica del siglo XXI.
Su popularidad y aceptación se ha extendido hasta ateos y practicantes de otras religiones.
Impulsar una Iglesia de los pobres y para los más pobres, que se abandonaran todos los privilegios, incluidos los del propio Pontífice, que ahora vive en la residencia Santa Marta, y el cambio de su carro de lujo por un Ford Focus han cautivado de manera indudable.
Su actitud ha sido explícita desde el primer día. El papa Francisco llegó a afirmar en una asamblea de líderes de congregaciones religiosas que en el Vaticano “sí hay corrupción”.
Por este motivo se lanzó a una reforma aguda de la Curia Romana, se crearon secretarías para la Economía y para las Comunicaciones del Vaticano y se avanzó en la reforma del banco vaticano.
Y ya se toman medidas concretas contra la pedofilia y sus encubridores. Francisco convocó para febrero del 2019 a los presidentes de las 112 conferencias episcopales del mundo, una cita clave para encarar este asunto que tanto crea fricción en la Iglesia Católica.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones