Papa León XIV presidió su tercera Audiencia General en la Plaza de San Pedro con un mensaje a los jóvenes
El pontífice subrayó el valor de cada persona ante Dios y convocó a los fieles a movilizarse para encontrar el sentido de su vida: “No esperen”
El papa León XIV presidió este miércoles su tercera Audiencia General en la Plaza de San Pedro, centrando su catequesis en la parábola de los obreros de la viña, dentro del ciclo de enseñanzas jubilares sobre la esperanza iniciado por el papa Francisco.
En su mensaje, el pontífice subrayó el valor de cada persona ante Dios, más allá del rendimiento o del momento de la llamada. “El mercado es el lugar de los negocios, donde, lamentablemente, también se compran y se venden el afecto y la dignidad, tratando de ganar algo”, expresó el papa ante miles de fieles congregados en la explanada vaticana.
La parábola, en palabras del pontífice, ofrece un mensaje de esperanza. “Nos dice que este amo sale varias veces a buscar a quienes esperan dar sentido a sus vidas. Sale al amanecer y luego cada tres horas. Y cuando ya no habría razón para salir de nuevo, sale también a las cinco”, explicó.
En su mensaje, el pontífice subrayó el valor de cada persona ante Dios, más allá del rendimiento o del momento de la llamada. “El mercado es el lugar de los negocios, donde, lamentablemente, también se compran y se venden el afecto y la dignidad, tratando de ganar algo”, expresó el papa ante miles de fieles congregados en la explanada vaticana.
“Y cuando no nos sentimos apreciados, reconocidos, corremos el riesgo de vendernos al mejor postor. El Señor, en cambio, nos recuerda que nuestra vida vale, y su deseo es ayudarnos a descubrirlo”, añadió.
La parábola, en palabras del pontífice, ofrece un mensaje de esperanza. “Nos dice que este amo sale varias veces a buscar a quienes esperan dar sentido a sus vidas. Sale al amanecer y luego cada tres horas. Y cuando ya no habría razón para salir de nuevo, sale también a las cinco”, explicó.
León XIV insistió en que incluso cuando la acción humana parece limitada, la vida conserva su valor. “¿Qué sentido tiene ir a trabajar solo por una hora? Sin embargo, incluso cuando nos parece que podemos hacer poco en la vida, siempre vale la pena. Siempre existe la posibilidad de encontrar un sentido, porque Dios ama nuestra vida”.
En su interpretación, el papa remarcó que la justicia divina no responde a criterios de proporcionalidad, sino a una lógica de dignidad. “¿Qué es justo? Para el dueño de la viña, es justo que cada uno tenga lo necesario para vivir. Él ha llamado personalmente a los trabajadores, conoce su dignidad y, en función de ella, quiere pagarles. Y da a todos un denario”.
En su interpretación, el papa remarcó que la justicia divina no responde a criterios de proporcionalidad, sino a una lógica de dignidad. “¿Qué es justo? Para el dueño de la viña, es justo que cada uno tenga lo necesario para vivir. Él ha llamado personalmente a los trabajadores, conoce su dignidad y, en función de ella, quiere pagarles. Y da a todos un denario”.
La reacción de los trabajadores de la primera hora refleja, según León XIV, una incomprensión del don. “Se sienten decepcionados: no logran ver la belleza del gesto del amo, que no ha sido injusto, sino simplemente generoso. Así hace Jesús con nosotros: no establece clasificaciones, sino se dona enteramente a quien le abre su corazón”.
Dirigiéndose especialmente a los jóvenes, el papa advirtió contra la tentación de postergar la respuesta a la llamada de Dios. “No esperen, sino que respondan con entusiasmo al Señor que nos llama a trabajar en su viña. ¡No lo pospongas, arremángate, porque el Señor es generoso y no te decepcionará!”.
El pontífice concluyó con un llamado a la esperanza en los momentos de dificultad. “Incluso en los momentos oscuros de la vida, cuando el tiempo pasa sin darnos las respuestas que buscamos, pidamos al Señor que salga de nuevo y nos alcance allí donde lo estamos esperando. ¡Él es generoso y vendrá pronto!”.
El pontífice concluyó con un llamado a la esperanza en los momentos de dificultad. “Incluso en los momentos oscuros de la vida, cuando el tiempo pasa sin darnos las respuestas que buscamos, pidamos al Señor que salga de nuevo y nos alcance allí donde lo estamos esperando. ¡Él es generoso y vendrá pronto!”.
Con información de Infobae
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