Claves de la causa que deja al desnudo sistema de corrupción de los Kirchner
El exjuez Norberto Oyarbide aseguró que lo presionaban "para que sacara las causas de los Kirchner" más rápido de lo habitual. Y afirmó que tiene miedo a que lo maten
Buenos Aires.- La investigación por los "cuadernos de los sobornos" está descubriendo el velo de una supuesta trama de corrupción inédita en la Argentina, cuyas consecuencias apenas comienzan a vislumbrarse pero que ya amenazan con sacudir al mundo político y empresarial local.
Algunas de las principales claves del caso, por el cual la senadora opositora y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) debe responder ante la Justicia, sospechada de ser la jefa de una asociación ilícita junto con su fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007):
Los cuadernos de los sobornos: Oscar Centeno, chofer del ex "número dos" del Ministerio de Planificación Federal Roberto Baratta, escribió ocho cuadernos entre 2005 y 2015 en los que precisó, con lujo de detalle, fechas, nombres, direcciones y montos de dinero que supuestamente pagaban empresarios a funcionarios de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. El diario La Nación hizo copia en enero de estos manuscritos, analizó la información y la entregó luego a la Justicia, para que investigara su veracidad.
Néstor y Cristina. ¿jefes de una asociación ilícita?: "Estamos investigando una asociación ilícita liderada por Néstor y Cristina Kirchner", afirmó el fiscal Carlos Stornelli. Esta asociación ilegal habría tenido como fin el cobro de sobornos a cambio de contratos de obras públicas. "Hay pruebas suficientes, sólidas y abundantes", señaló el fiscal. El juez federal a cargo de la causa, Claudio Bonadio, solicitó al Senado que autorice el registro de las viviendas de Fernández de Kirchner.
Empresarios arrepentidos: Varios de los empresarios o exejecutivos de las principales compañías de construcción e infraestructura fueron detenidos y luego pidieron declarar como imputados colaboradores, o "arrepentidos", tras lo cual la mayoría recobró su libertad. Casi todos repitieron el mismo argumento: que habían otorgado fondos para financiar campañas electorales. La agencia fiscal AFIP decidió investigar si esto fue así o si se trata de una coartada de los ejecutivos para evitar penas mayores como las que recibe el delito de cohecho o pago de sobornos. El Grupo Techint se diferenció. Uno de sus directivos declaró que habían realizado pagos a ex funcionarios kirchneristas para que solucionara un problema con una subsidiaria en Venezuela nacionalizada por Hugo Chávez.
Wagner, el arrepentido que habría confesado la trama de sobornos: El expresidente de la influyente Cámara Argentina de la Construcción Carlos Wagner también declaró como "arrepentido" y, según medios locales, explicó cómo era la trama de sobornos en la obra pública. De acuerdo con su versión, los empresarios a los que se adjudicaba una obra debían abonar el anticipo que estaba establecido en los pliegos de licitación, entre un diez y un 20% "para gastos políticos y necesidades políticas"
Silencio entre kirchneristas: la confesión de Abal Medina: El kirchnerismo optó por guardar silencio en torno a esta causa. Varios de los principales exfuncionarios del Ministerio de Planificación Federal fueron detenidos y su antiguo jefe Julio De Vido -al frente de la cartera durante los tres gobiernos kirchneristas- negó todos los cargos. Sin embargo, el exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina confesó haber recibido pagos para financiar campañas electorales.
El juez que admitió presiones de los kirchneristas teme que lo maten: El chofer relató en sus cuadernos cómo se llevaba dinero al exjuez federal Norberto Oyarbide, o cómo lo visitaban para buscar resoluciones judiciales. La Justicia lo imputó y citó a declarar. El exmagistrado confesó a los medios: "Me apretaban el cogote (cuello) para que sacara las causas de los Kirchner". Y afirmó que tiene miedo a que lo maten. Oyarbide fue el encargado de exculpar a los Kirchner en tiempo mucho más rápido de lo habitual en una causa en la que eran sospechosos de enriquecimiento ilícito, que fue cerrada. De confirmarse que el ex magistrado actuó bajo presión, la causa podría reabrirse.
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