Alkmin y Silva se postulan como candidatos para disputar a Lula la Presidencia de Brasil
Lula lidera sondeos con 30%. Cuando no es considerado los encabeza el ultraderechista Jair Bolsonaro (17%), seguido por la ecologista Marina Silva (13%), el laborista Ciro Gomes (8%) y Alkmin (6%).
Brasilia.-El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), una de las fuerzas políticas más tradicionales del país, proclamó este sábado como candidato presidencial a Geraldo Alckmin, quien recibió el apoyo de otros ocho partidos del influyente centro.

Alckmin, exgobernador de Sao Paulo, fue proclamado candidato para las elecciones de octubre próximo en una convención nacional a la que asistieron 290 delegados del PSDB, de los cuales 288 le respaldaron, uno votó en contra y otro se abstuvo, indicó Efe.
"Me ofrezco para devolver a los brasileños la esperanza que les fue robada" y "liderar una amplia alianza de quienes creen en el desarrollo y no en la perdición del radicalismo", dijo al aceptar la candidatura.
Alckmin también cuenta con los partidos Social Demócrata (PSD), Progresista (PP), Republicano Brasileño (PRB), Solidaridad (SD), Popular Socialista (PPS), Laborista Brasileño (PDT) y de la República (PR), que en su época estuvieron junto a Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff y luego con el Gobierno de Michel Temer.
Asimismo, tiene el respaldo del partido Demócratas (DEM), que con el PSDB encabezó la oposición a los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), que este sábado proclamó la candidatura de Lula, pese a que está preso y condenado a doce años por corrupción.
Aún así, Lula lidera los sondeos con 30%, aunque cuando no es considerado los encabeza el ultraderechista Jair Bolsonaro (17%), seguido por la ecologista Marina Silva (13%) y el laborista Ciro Gomes (8%), mientras Alckmin se sitúa con 6%, en un escenario con cerca de un 50% de indecisos en el que pretende pescar.
Arropado por históricos dirigentes del PSDB, como el expresidente Fernando Henrique Cardoso y el exministro José Serra, los dos únicos fundadores del partido vivos, Alckmin no profundizó en su programa de gobierno, pero sí reforzó su línea liberal y dijo que es "vital reducir el tamaño de un Estado caro, deficiente y corrupto".
Durante la convención también se oficializó a Ana Amélia Lemos, periodista y senadora de 73 años, del PP, como compañera de fórmula y candidata a vicepresidenta, sobre quien Alckmin dijo que simboliza "el empoderamiento necesario de la mujer".
Dirigentes del propio PSDB admiten que el principal obstáculo de Alckmin puede ser su casi absoluta falta de carisma, que él mismo reconoció hoy.
"Dicen que no tengo la dosis necesaria de pimienta", declaró, pero apuntó que tiene la "seriedad" que el país necesita "en un momento de crisis como este".
Alckmin es médico, tiene 65 años, fama de aburrido, le cuesta sonreír, su discurso es mucho más técnico que político y, sin admitirlo públicamente, en su propio partido hay quien dice que es "fiel a su especialidad" en la medicina: anestesista.
Muchos de sus adversarios internos también recuerdan que, en las elecciones de 2006, cuando fue candidato presidencial por primera vez, protagonizó un hecho inédito en la política brasileña. En la primera vuelta obtuvo un 41,6% frente al 48,6% de Lula, pero en la segunda, en vez de crecer, el apoyo a su candidatura cayó al 39,1%.
Sin embargo, ahora pudiera ser diferente. Aún golpeado por la corrupción, el PSDB se mantiene como una de las principales fuerzas políticas del país, junto con el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), del presidente Temer, y el PT de Lula.
Además del PSDB, ahora Alckmin cuenta con otros ocho partidos de centro, que son el fiel de la balanza política del país y siete de los cuales, en las últimas cuatro elecciones, integraron la poderosa coalición que mantuvo en el poder a Lula y Dilma Rousseff.
Silva se postula como honesta
La ecologista Marina Silva se comprometió este sábado con "la estabilidad económica", la "honestidad" y el "diálogo", al ser proclamada por el partido Rede como su candidata presidencial para las elecciones que se celebrarán en octubre en Brasil.
"Estamos en mejores condiciones para unir al país", "dialogar y debatir con todos los brasileños" y "convencernos de que la solución a los problemas vendrá con el debate y no con el embate", declaró Silva al aceptar la candidatura en un acto celebrado en Brasilia.
La ecologista de 60 años ya aspiró a la Presidencia en las elecciones de 2010 y 2014 y en ambos casos quedó en tercer lugar, con cerca de 20 millones de votos.
Cuando los sondeos no consideran al exmandatario Lula da Silva, Marina Silva se sitúa en segundo lugar, con un 13%, por detrás del ultraderechista Bolsonaro, al que se le atribuye un 17%.
La candidata de Rede, partido fundado por ella misma, aludió a la corrupción y dijo que frente a ese fenómeno y su expansión "no se pueden tener dos pesos y dos medidas" y que la sociedad debe unirse en torno a un "pacto de honestidad".
De todos modos, aseguró que los brasileños no pueden generalizar, ya que "personas buenas también existen en todos los partidos" y la política debe contribuir a unirlos en favor del bien común.
"Tengo fe para mover las montañas que no puedo escalar", declaró Silva, de fuertes convicciones evangelistas, en aparente alusión a que su candidatura sólo tiene el respaldo de su pequeño partido y de los Verdes, que también tienen escasa presencia en la vida nacional.
Al Partido Verde pertenece el médico Eduardo Jorge Martins, quien fue oficializado como compañero de fórmula de Marina Silva y en 2014 fue candidato a la Presidencia por esa formación y obtuvo sólo el 0,61% de los votos.
Silva garantizó que su alianza con el Partido Verde "es fruto de un encuentro programático, no de oportunistas, ni para obtener más tiempo en la propaganda por televisión", que en la campaña ofrecerá espacios gratuitos a los candidatos cuya duración dependerá de sus niveles de representación parlamentaria, que son mínimos en su caso.
La ecologista inició su vida política en la década de 1980, en las filas del PT, junto a Lula, en cuya gestión llegó a ser ministra de Medio Ambiente, aunque renunció por sus discordias en políticas ambientales con Dilma Rousseff, entonces titular de la cartera de Minas y Energía.
Se desvinculó luego del PT y tras un breve paso por el Partido Socialista se dedicó a la fundación de Rede, que se define como "ambientalista, progresista, socialdemócrata" y que apuesta en la "sustentabilidad y la Tercera Vía".

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