París.- El presidente francés, Emmanuel Macron, reconoció que se han producido "disfunciones" en el "caso Benalla", que afecta a su guardaespaldas de confianza, cuyas actuaciones consideró "inaceptables" y se comprometió a tratar con firmeza.
Macron hizo estas consideraciones en una reunión que tuvo lugar hoy con un círculo muy reducido de colaboradores, según publica la web del diario Le Figaro, reseñó Efe.
El presidente no se ha pronunciado en público sobre el asunto, por el cual está imputado su guardaespaldas personal por haber golpeado a manifestantes durante la disolución de una protesta el pasado 1 de mayo.
El presidente reunió en el Elíseo al primer ministro, Edouard Philippe, al ministro del Interior, Gérarad Collomb, al portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, y al patrón del partido, Christophe Castaner, entre otros estrechos colaboradores, para preparar su respuesta a este caso.
Según Le Figaro, reconoció "disfunciones en el Elíseo", al tiempo que consideró la actuación de Benalla de "sorprendente e inaceptable".
Hará todo lo posible para que no se instale la idea de que se actúa con impunidad en el caso de su guardaespaldas de confianza, contra quien ya se ha iniciado el trámite de despido.
En cualquier caso, no hubiera podido seguir cumpliendo sus funciones porque la justicia le imputó y, aunque le dejó en libertad, le impuso como medidas cautelares la prohibición de ejercer labores de servicio público.
Siempre según Le Figaro, Macron aseguró que encargará a su más directo colaborador, el secretario general de la Presidencia, Alexis Kholer, una reorganización de las atribuciones en el Elíseo para que no se repita un caso similar.
Según la emisora "France Info", Macron aseguró que hablará en público del caso "cuando lo considere útil" y, por el momento, aguarda a las conclusiones de las diferentes investigaciones abiertas".
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