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Candidatos a liderar el Partido Popular español buscan apoyo con incierto resultado

En este ambiente, los propios aspirantes se esfuerzan en asegurar que al día siguiente del congreso facilitarán la integración de la otra candidatura en la dirección del partido

  • EFE

20/07/2018 05:33 am

Madrid.- Los dos candidatos a liderar el centroderecha español pelean por los últimos apoyos para ser el nuevo presidente del Partido Popular (PP) el sábado próximo, con la incertidumbre de quién será elegido por los 3.082 compromisarios que votarán en el congreso extraordinario que comienza mañana. 

Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado aspiran a suceder en la la dirección del PP al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que dejó la política y convocó un congreso extraordinario del partido tras ser desalojado del poder el 1 de junio, cuando perdió una moción de censura del socialista Pedro Sánchez, reseñó Efe. 

La campaña de los candidatos, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, que terminó el jueves, transcurrió entre ataques recíprocos, tensión creciente y guerra de números sobre el supuesto apoyo mayoritario de compromisarios y exministros de Rajoy a uno y otro, lejos de las llamadas a conseguir la integración antes del congreso. 

También se han difundido vídeos, de los que ninguno se ha responsabilizado, que intentan cuestionar la renovación o regeneración de las respectivas candidaturas. Sáenz de Santamaría, vicepresidente del gobierno de Rajoy desde finales de 2011, resultó vencedora en una primera votación por parte de los afiliados del PP, celebrada el 5 de julio, a la que se presentaron seis candidatos. 

Ella obtuvo el 36,95% de los apoyos, mientras que Pablo Casado, miembro de la dirección y portavoz del PP, quedó segundo con el 34,27%; ambos pasaron a la elección definitiva del sábado próximo con voto secreto de los compromisarios. Los candidatos eliminados en esa elección preliminar decidieron después respaldar a Casado, entre ellos la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa María Dolores de Cospedal y el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo, conocidos por su rivalidad con Sáenz de Santamaría.

Ésta, por su parte, cuenta con el respaldo explícito de la exministra de Empleo Fátima Báñez, el exministro de Sanidad Alfonso Alonso y el exministro de Fomento Íñigo de la Serna, entre otros. Igualmente, varios líderes territoriales se han decantado públicamente por alguno de los candidatos, lo que algunos analistas interpretan como un riesgo de división del PP, un partido tradicionalmente monolítico y muy presidencialista. 

Uno de los apoyos más codiciados por los candidatos es el del presidente regional de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien decidió no entrar en la carrera para presidir el PP, en contra de lo esperado, y guarda silencio por el momento. Tampoco se ha pronunciado Rajoy, al menos públicamente, quien se había comprometido a mantenerse neutral en el proceso de elección del nuevo presidente. 

Aunque se cree que apoya a Casado, tampoco se ha decantado el expresidente del PP y del Gobierno José María Aznar, quien se ha quejado de no haber sido invitado a este congreso del PP. En este ambiente, los propios aspirantes se esfuerzan en asegurar que al día siguiente del congreso facilitarán la integración de la otra candidatura en la dirección del partido, ante la imposibilidad de presentar antes una lista conjunta. 

Santamaría aseguró el martes que ofreció a Casado acordar todos los cargos de la dirección del partido, que encabezaría ella, pero el otro candidato no aceptó. Casado por su parte, pidió la celebración de un debate, a lo que se ha negado la dirección del partido. Sáenz de Santamaría dijo que un debate le permitiría hacer patente que está más capacitada que su contrincante gracias a su experiencia de gobierno, a lo que Casado replicó que "la soberbia no hace ganar congresos, pero sí perder elecciones". 

Casado, aseguró que esta reunión "no es contra Sáenz de Santamaría". Y ella, a su vez, advirtió de que las elecciones se ganan "ocupando el centro del tablero", todo el centroderecha y no dirigiendo el partido a "una esquina", en alusión a los planteamientos ideológicos de su contrincante. 

Quien resulte elegido tendrá el reto de que el PP, acosado por casos de corrupción, recupere al menos parte de los tres millones de votos perdidos en los últimos años y gane las próximas elecciones generales, en 2020 como muy tarde, para regresar al Gobierno de España. 
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