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La mudanza de venezolanos

Debemos convencernos que los cargos públicos no son para usar el dinero del estado para fines personales y colocarlos en cuentas offshore ocultas

  • ALEJANDRO J. SUCRE

23/10/2022 05:05 am

El ver tantos venezolanos irse de nuestro país para buscar un porvenir para sí y su familia en otro país realmente produce asombro y dolor. Es como ver zarpar el barco hermoso que es Venezuela, pero que no llega nunca a su destino, un futuro que solo existe en las palabras y promesas de sus capitanes y sus tripulaciones, pero que desvían el rumbo del barco para destinos personales cortoplacistas. Prefieren dedicarse a bilar a los pasajeros indefensos, mientras el oleaje y las corrientes del mar se llevan el barco a la deriva, mientras cada vez hay menos comida y a la deriva ya que no hay un timón firme con un puerto en miras. El rumbo se pierde y el barco no llega a su destino. Un montón de empresas del estado y de obras de infraestructura que colapsaron, calamidades naturales que no encuentran recuperación en una sociedad que cada m2 de cemento genera corrupción y no construcción. Los pasajeros del barco Venezuela se sienten decepcionados y se lanzan al mar para buscar otro destino, aun enfrentando riesgos a la vida y dejar a sus seres queridos, pero necesitan mudarse para escapar la miseria. Las tripulaciones y los capitanes les dicen que vuelvan, que los males son culpa de los EEUU -el imperio- que es el lugar justamente donde prefieren mudarse los pasajeros que se lanzan al mar desesperado de las disfuncionales instituciones del estado venezolano y de sus dirigentes. Desde el barco a la deriva que se ha convertido Venezuela, los pasajeros ven un faro de luz en esa tierra llamada el imperio y justamente se lanzan al mar o a la selva Darién para ir a ese lugar que tanto critican los que dirigen a Venezuela.

En el barco de los EEUU, las tripulaciones son bastantes manipuladores también. No solo los pasajeros se enfrentan a la corrupción en Venezuela ha generado pobreza, sino también las sanciones de EEUU al principal producto que genera 90 % de las divisas de Venezuela y a las diatribas crueles y pueriles entre demócratas y republicanos. Pero para el emigrante venezolano, en EEUU las autoridades cambian cada 4 años y no tienen el poder de violar la Constitución. Ni Europa ni Canada y en EEUU las autoridades pueden perpetuarse sin someterse a la elección popular. Allí que venezolanos, iraníes, sirios, rusos y todos los que sufren de dirigentes invasivos de las libertades van a buscar nuevos camarotes en esos países. En esos países hay banalidad política, pero también hay inversiones, puestos de trabajo, dinámica y fluidez de ideas de nuevos productos, investigación y por encima de todo el respeto a esas cualidades de los emprendedores que los convierte en faros de luz y esperanza para el mundo sometido a la corrupción.

El faro de luz lo genera una embarcación donde prevalece una cultura que valora profundamente los emprendimientos, los horarios de reuniones, los estudios, los contratos, limitan el rol de estado y todo eso es una fuente de luz y desarrollo. En esas sociedades, como lo fue y será Venezuela, ven la corrupción del gasto fiscal no como vía de enriquecimiento sino como impedimento al desarrollo de la sociedad. La investigación y el desarrollo de tecnologías, el espíritu de invertir en innovaciones es el faro de luz que ilumina a los países de occidente y les permite crear tantas empresas. Es un país donde fracasar en los negocios es un éxito de intentos fallidos que luego se perfeccionan con más inversión, hasta convertirse en empresas poderosas que terminan por generar empleos en tanto volumen que hace que los salarios suban y las personas puedan tener casas, vacaciones, vehículos , estudios, medicinas.

Corregir el rumbo

Para retomar el rumbo del barco Venezuela debemos todos hacer cambios conceptuales y de actitudes. Nos debemos primero que nada convencer cada venezolano que a todos nos conviene que nuestro barco retome el camino de la prosperidad. Nada hacemos emigrando si no es para prepararnos mejor. Debemos convencernos que los cargos públicos no son para usar el dinero del estado para fines personales y colocarlos en cuentas offshore ocultas. Los cargos públicos pueden ayudarnos a hacer dinero a futuro por que generan más preparación y contactos valiosos en el proceso, pero no deben ser fuente de enriquecimiento personal inmediato y menos sacrificando las partidas ejecución de partidas del gasto fiscal. Es el gasto público que no se ejecuta correctamente el que ha generado la inmensa pobreza en Venezuela siendo un país tan rico. Y eso obedece a una concepción de ver el Estado y el cargo público para enriquecerse personalmente y no para hacer mejores escuelas vías e infraestructura y ejecutar obras de largo aliento. Eso en realidad es lo que hay que corregir para que Venezuela tome su rumbo. Otra corrección importante es que los lideres políticos hagan propuestas y se desarrollen en partidos políticos democráticamente. Esa seria la segunda mejora cognitiva que requerimos los venezolanos para superar el tribalismo que nos ha llevado hasta a vender la estructura que sostiene el barco que nos navega. 

Twitter: @alejandrojsucre

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