Durante el segundo debate electoral entre los candidatos presidenciales de cara a los comicios del 2 de octubre en Brasil, Bolsonaro y otros cinco aspirantes con mínimas opciones a la presidencia participaron en un debate televisado con poca relevancia. 

Ante su ausencia, el exjefe de Estado progresista, que este sábado encabezó dos actos de campaña en la ciudad de Sao Paulo, alegó problemas de agenda y falta de tiempo, por lo que recibió fuertes críticas por parte de sus adversarios, algunos de los cuales lo tildaron de cobarde.

Por su parte, Bolsonaro, que se mantiene en las encuestas como el segundo favorito después de Lula da Silva, fue otro de los más criticados de la noche, cuando durante el debate sun contrincantes arremetieron contra él, quien se mantiene ejerciendo como actual presidente de Brasil. 

Frente a esta situación, Bolsonaro intentó defenderse exponiendo con orgullo su cuestionada gestión y negando cualquier acusación de corrupción en su gabinete, pese a las sospechas surgidas en los sectores de Salud y Educación.

Asimismo, el gobernante aprovechó la oportunidad para emitir comentarios negativos acerca de su mayor rival, Lula da Silva, al que volvió a tildar de "ladrón", insistiendo en vincularlo con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al asegurar que son "amigos íntimos".

El próximo jueves se celebrará un tercer y último debate antes de la primera vuelta de las elecciones del 2 de octubre en Brasil. A este encuentro Lula  sí tiene previsto asistir.