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Enjambre de causas ocasionarían derrumbe en edificio de Miami

Tormentas eléctricas y un incendio en los sótanos del complejo, que recién se logró controlar el sábado, han demorado las tareas de rescate

  • AFP

04/07/2021 06:00 am

Entre múltiples dificultades, rescatistas mantienen la búsqueda de sobrevivientes bajo los escombros de un edificio de 12 pisos que formaba parte del Champlain Towers South, y que se desmoronó en pocos segundos el pasado 24 de junio en Miami, Florida.

Mientras el tiempo transcurre, la incertidumbre gana espacios y la tristeza merma cualquier esperanza.

Al cumplirse una semana del derrumbe se contabilizaban cerca de una veintena de muertos, entre los que se encuentran dos venezolanos. Autoridades deducen que la cifra de muertos podría aumentar de forma significativa.
 
Otras 150 personas están desaparecidas, entre ellos al menos 29 latinoamericanos, cuatro de ellos venezolanos, debajo de lo que quedó de la torre que estaba unida a otra, y que aunque permanece en pie, posiblemente sea demolida cuando las autoridades lo determinen.
 
Al menos 55 apartamentos del complejo Champlain Towers South quedaron en polvo en el que ya se reconoce como uno de los peores desastres urbanos en la historia de Estados Unidos.

"Fue como un terremoto. Estábamos, mi marido y yo, durmiendo, y nos despertó el edificio que temblaba, muy violentamente", contó a la AFP Janette Agüero, de 46 años. Desde su ventana, solo veía una nube de polvo.

Ubicada al norte de Miami Beach, Surfside, de unos 6.000 habitantes, es conocida por sus playas de arena blanca que la convierten en un destino para turistas y jubilados adinerados. La localidad, a unos 20 km del centro de Miami, también alberga una gran comunidad judía.

Ubicado casi sobre la playa, el complejo Champlain Towers South construido en 1981, se destacaba por su silueta beige en medio de modernas moles residenciales con fachadas de vidrio.
 
El edificio contaba con 136 apartamentos, ocupados por su propietarios o alquilados. Fueron las unidades con vista al mar las que se desplomaron por alguna razón aún no determinada.
 
En 10 minutos, los bomberos estaban en el lugar. Desde su balcón, Alberto Agüero les preguntó qué hacer. "Si pueden irse, váyanse", le respondieron.
 
Al salir del apartamento, "la mitad del rellano a nuestra izquierda ya no estaba, podíamos ver el mar", recordó su hijo Justin.
Las escaleras seguían ahí "pero medio destruidas, faltaban algunos escalones". El descenso les pareció interminable. "No pensaba en mirar hacia afuera, me concentraba en mis pies", contó el joven de 22 años.
 
En "modo supervivencia", la familia llegó al nivel del garaje, avanzó hacia "un gran montón de escombros", encontró una brecha y corrió hacia la playa donde por fin se sintió segura. Fue entonces que Janette "se quebró" y estalló en llanto.

Los vecinos que se refugiaron en sus balcones fueron evacuados con escaleras. Y se iniciaron las operaciones de búsqueda de sobrevivientes entre los escombros, a mano en la superficie y en los subsuelos.
 
Cuando aún no había amanecido, un adolescente fue sacado con vida de entre las ruinas. Un primer informe registró un muerto, que era la madre del chico.
 
Desde las primeras horas del jueves, el centro comunitario de la zona, unas calles más al norte, se transformó en un centro de reunificación para las familias de los desaparecidos. Los evacuados, como los Agüero, también iban allí a buscar alojamiento temporal.
 
Durante el día, voluntarios distribuían bebidas, alimentos, mantas y artículos de primera necesidad, mientras que los familiares de los residentes daban datos de quienes se suponía que debían estar en sus apartamentos cuando ocurrió el desastre.
 
Tormentas eléctricas y un incendio en los sótanos del complejo, que recién se logró controlar el sábado, demoraron las tareas de rescate.
 
Pero esta esperanza se ha ido desvaneciendo a medida que pasan los días, a pesar de la maquinaria desplegada en el sitio y de los casi 300 bomberos, ayudados por equipos caninos, que excavaban a fondo los escombros, y expertos que llegaron de Israel y México para ayudar en rescates.


Estudios alertaban daños en la residencia

Durante el mes de abril el presidente de la asamblea de copropietarios del edificio derrumbado en Florida alertó en una carta sobre el "deterioro" que se "aceleraba" en la torre.
 
Era necesario invertir unos 15 millones de dólares en obras para ajustar a la normativa el edificio, según estimación del condominio.
 
"La impermeabilización debajo de los bordes de la piscina y la vía de acceso para vehículos... ya superó su vida útil y por lo tanto debe ser retirada y reemplazada por completo", escribió en un documento en 2018 el experto Frank Morabito.
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