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La Gran Sabana

Un destino turístico que une a las familias en los parajes más antiguos de la tierra

  • Diario El Universal

17/04/2018 04:42 pm

ALVARO MONTENEGRO


La Gran Sabana tiene una particularidad que la hace muy especial como destino turístico: une a las familias sin que ellas se den cuenta. Allí hay que estar juntos forzosamente. No hay tiendas, no hay cines, centros comerciales ni restaurantes a los cuales sus hijos puedan ir sin usted. En estos parajes hay que ir juntos para explorar cada rincón, cada río, cada salto de agua y tepuy que usted encuentre en el camino. La naturaleza es un lujo y está prohibido quedarse en su posada, así que nos vemos precisados a salir para respirar ese aire tan fino y tan verdadero que impregna nuestros pulmones y nuestras almas de buenas vibraciones.

Pero hay que saber explorar la Gran Sabana y organizarse para disfrutar cada segundo de su estadía. En cada río que vea debe bañarse, siempre y cuando no haya crecido hasta convertirse en peligroso. Una buena toalla de nadador, esas que parecen un cuerito de secar carros, es indispensable para secarse cada vez que se monte en el carro. Al llegar de regreso a su posada, un buen baño le sacará cualquier genio enemigo de la salud humana.

Lo mejor es ir recorriendo la carretera de la Gran Sabana poco a poco y detenerse en cada recodo del camino que le parezca interesante, o desde el cual haya una vista espectacular, que aquí abundan. Hay que contar que el kilómetro 0 comienza en El Dorado, y que a partir del kilómetro 119 comienzan las cascadas más conocidas como el Salto El Danto, que tiene 35 metros de altura en una garganta escalonada y llena de vegetación.

Tome el desvío hacia Kavanayén en el kilómetro 147 de la carretera, para que conozca otras cascadas espectaculares: Aponwao y Torón-Merú. Al final del camino, que casi todo es de tierra, llegará a una sensacional misión toda construida en piedra, que le conmoverá hasta el alma. La iglesia es bellísima y todas las casas del pueblo están hechas de piedra pura. Muy cerca de Kavanayén, antes de llegar al pueblo a mano derecha, se encuentra la entrada hacia el campamento Mantopai, que es espectacular e ideal para ir un grupo bien grande. El camino es corto pero muy duro, así que tardará una hora en recorrer los seis kilómetros que lo separan de la carretera. El "Soromantepuy" domina serenamente como un monje melancólico todo este valle de Kavanayén y el campamento Mantopai a sus pies.

Para llegar al salto Torón hay que desviarse en el kilómetro 23 de la vía a Kavanayén. Luego, solo en 4x4, se recorren 17 kilómetros cruzando dos ríos y varios pantanales. La cascada tiene 75 metros de altura y es una de las más atractivas de la Gran Sabana.

La vía hacia el Aponwao comienza en el kilómetro 34 de la carretera hacia Kavanayén y está bien señalada, pero necesita un 4x4 para llegar hasta un caserío indígena llamado Iborio, ya que en el camino hay varios arenales enormes. En Iboribo tomas una curiara que te lleva al salto El Aponwao o Chinak-Merú que es sin duda el salto más bello de toda la Gran Sabana. 

Siguen los encuentros fluviales hacia el sur con los Rápidos de Kamoirán, en el kilómetro 171 de la carretera. Éstos son unos torrentes del río Kamoirán, que desembocan en la corriente del Mazaruni y luego terminan en el río Esequibo. Muy cerca de los rápidos hay una posada, bodega, restaurante y bomba de gasolina.


En el kilómetro 201 hay que detenerse a observar uno de los saltos más impresionantes de la Gran Sabana: Salto Kama. La cascada tiene 50 metros de altura y está al lado de la carretera. 

Otro salto muy célebre en la Gran Sabana es la Quebrada Pacheco, justo en el kilómetro 238 de la carretera. Tiene unos pozos sabrosos y es ideal para acampar. 

Siguiendo hacia el sur, como buscando la capital Santa Elena de Uairén, está la espectacular Quebrada de Jaspe, en el kilómetro 273. El color rojizo de sus piedras es impresionante, sobre todo al mediodía cuando el sol brilla.

Salvo la quebrada Pacheco que se ve desde la carretera y la quebrada de Jaspe, que es espectacular y son paradas obligadas, los demás parajes de los ríos no son fáciles de ver, sobre todo si usted va muy rápido.

La verdad es que La Gran Sabana es un lugar muy especial para pasar vacaciones. Toda su familia, sobre todo si tiene hijos adolescentes y se llevan a sus amigos, disfrutarán la magia de las noches sagradas que asaltan diariamente estos parajes. Anímese a preparar su próximo viaje, para que conozca a uno de los lugares más increíbles de esta tierra encantada.

  

CóMO LLEGAR:

La mejor manera de ir a la Gran Sabana es en carro, porque de esa manera usted tendrá libertad total y conocerá cada rincón de la región más antigua de nuestro planeta. Tome la vía Puerto Ordaz-Upata, luego pase por Guasipati, El Callao, Tumeremo y El Dorado, donde comienza la carretera a La Gran Sabana. En el kilómetro 134 de esta carretera, la selva se detiene mágicamente para abrir paso a la increíble Gran Sabana.


DÓNDE ALOJARSE:

Yo definitivamente prefiero quedarme en las deliciosas posadas que hay en la Gran Sabana. Chivatón (0289)808.10.02 es la mejor opción en las cercanías de Kavanayén. Aquí Romelia, mitad española mitad pemona, le atenderá con corrección y amabilidad, además de ofrecerle los baños más limpios y las duchas más frías de la Sabana.

En Santa Elena hay muy buenas posadas. Una que me encanta es Walkiria. (0424) 923.03.18. Allí está Odimar López Grillet, la "Niña del Tepuy". 


DÓNDE RESERVAR:

Directamente en las posadas de su preferencia.


DÓNDE COMER:

Casi todos los planes de las posadas incluyen el desayuno en sus precios, a veces también incluyen la cena. Escoja estos planes sin recelos, porque la comida es casera pero muy buena. El almuerzo es mejor hacerlo donde lo agarre el día; en un río, en un salto, en un campo observando un tepuy. Así que prepare una cava con refrescos y unos buenos sándwiches, para que sienta la divinidad de comer al aire libre y en familia.

El restaurante más tradicional de Santa Elena de Uairén es el "Venezuela Primero", en pleno centro. Comida venezolana abundante y deliciosa.  


DÓNDE COMPRAR:

Yo he comprado unas franelas bien bonitas en una churuata situada en el estacionamiento de la quebrada de Jaspe. Artesanía básica en los rápidos de Kamoirán y en San Francisco de Yuruaní, pero no espere maravillas aquí.


NO OLVIDE:

Llevar repelente para insectos porque los puri-puris, que son unos mosquitos mínimos, difíciles de detectar, pero hambrientos como unos leones, harán de las suyas cada vez que usted se baje del carro o camine por alguna zona. 

 Lleve ropa liviana, pantalones largos, camisas mangas largas y un buen sombrero. Son indispensables en estas regiones de Venezuela.

Nunca deje que sus hijos salten a los ríos de la selva al bañarse, siempre hay piedras ocultas que pueden ocasionar accidentes.

Lleve una buena cámara fotográfica, o un celular con bastante memoria para su fotos.

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