Aunque algunos prefieren quedarse en casa durante los días de Carnavales, hay muchos otros que aprovechan esos días libres para descansar y respirar otro aire. Sí, la temporada alta trae consigo mucho más gente abriéndose espacio en los paisajes, pero bien vale la pena el esfuerzo por unos días distintos para el recuerdo. Por eso, aquí les contamos algunos destinos que no dejan de ser buscados para vivir la diversión -o el descanso, si lo permite- del carnaval. La idea siempre será viajar con responsabilidad y ganas de pasarla bien.

1. Choroní
Este pueblo de la costa de Aragua tiene todo lo que se necesita para desconectarse de la rutina. Calles llenas de historia, con sus casas coloniales coloridas y bien conservadas que van guiando el camino hacia Puerto Colombia, 3 km más abajo.
Es allí donde está el malecón y parten los peñeros para playas como Chuao, Cepe, Tuja, Uricao, Cuyagua o La Ciénaga. Es allí donde por las noches pueden estallar los sonidos del tambor, donde están varios restaurantes, los pescadores negociando el precio del día, el mercado por las mañanas. Choroní es un pueblo de tradiciones, por lo que no es de extrañar que por estos días de fiesta, celebren cada noche entre disfraces y fiestas de madrugada. Se puede llegar caminando hasta Playa Grande, que ofrece una vista hermosa hacia el amanecer. También se puede hacer una breve caminata hacia el mirador del Cristo y ver al pueblo desde arriba, las montañas que lo cobijan y cómo el río se une con el mar.

2. Galipán
Si las ganas de ir hasta el páramo merideño aparece lejana, queda muy bien explorar la ladera norte de El Ávila, la montaña que hipnotiza a los caraqueños, y alejarse del caos de la ciudad para llenarse de frío, distintas flores, el sabor de un chocolate caliente con vista al Mar Caribe y muy buena comida. Hay varias posadas enclavadas en la montaña y estar allí son días de silencio y de curiosidad: puedes saber más del camino por el que los españoles comerciaban, ver algunas siembras, entender más de flores, pero sobre todo, hacer de Galipán un destino de descanso y relajación, que nos permite volver a la ciudad con los pulmones llenos de aire fresco.

3. La Colonia Tovar
Llegar a esta comunidad alemana en medio de las montañas de Aragua, siempre será un destino seductor, con olor a salchichas recién hechas, a cerveza y fresas con crema. Hasta allí llegaron caminando inmigrantes alemanes hace poco más de 170 años -¡entraron por Playa Grande, en Choroní- para traer su cultura y combinarla a la perfección con nuestra soltura caribeña. Ir hasta la Colonia Tovar se traduce en paseos por la montaña, buena comida y la alegría de disfrutar de las comparsas del Jokili, un personaje creado en Alemania que es una mezcla de bufón y arlequín. Así que son muchos los Jokilis que llenan las calles de bromas, con sus máscaras de madera, dignas de ver.

4. Los llanos
Cuando se dice en voz alta “Carnavales”, muchos piensan en playas, y por eso no está mal planear un escape hacia las sabanas verdes que se lucen en la época de sequía (pero también en la de lluvia) Llegar, por ejemplo, a los llanos centrales es una ruta increíble de paisajes que se extienden en la mirada. Es posible visitar algunos hatos, entender más de nuestra fauna, de lo necesario que es conservar las especies, pero también disfrutar de la gastronomía y la rutina del llanero. Si se van acercando hacia el estado Apure, podrán entender y admirar la belleza que el escritor Rómulo Gallegos narra en su novela “Doña Bárbara” e intentar recrear sus escenas desde que se atraviesa el puente de la Marisela, llamado así por uno de sus personajes.

5. Los Médanos de Coro y más allá
Llegar a este Parque Nacional siempre será maravilloso. Estar en medio de una ciudad en la que, de repente, toneladas de arena cubren el camino y que es suave aunque haya brisa, es increíble. La ciudad de Coro tiene, además, un hermoso casco histórico que vale la pena recorrer y entender. Más allá, se puede llegar a las salinas de las Cumaraguas, que sorprenden con su rosado; explorar la Península de Paraguaná y ver la silueta de la isla de Aruba si el día está despejado; dejarse llevar por la brisa de Adícora o la calma del Supí. Sí, el estado Falcón tiene mucho para ofrecer, un destino que nunca decepciona en los días de Carnaval.