Visitar la Bahía de Cata o cualquier playa de la costa aragüeña, es siempre una experiencia particular, porque en ellas no solamente me encuentro con vistas espectaculares sino también con un ambiente animado acompañado de aguas cristalinas algo frías que, combinadas con un oleaje manso me regalan un chapuzón caribeño reparador perfecto para sacudirme el estrés y volver a la vida. 

La verdadera adrenalina y la belleza de esta playa no la conoces hasta que agarras en el terminal de Maracay un autobús desde Ocumare de la Costa hasta Choroní y al ritmo musical de una salsa o de un tecno merengue, comienzas a subir esa peculiar carretera repleta de curvas bastante estrechas, en donde los choferes se comunican, alertan y se piden permiso a través del sonido de las cornetas de sus unidades y la vegetación del Parque Nacional Henri Pittier se apodera del camino. Un recorrido tenso e interesante que se va haciendo más ligero una vez que se comienza a divisar desde las alturas la espectacular belleza de este destino caribeño. 

De los lugares más hermosos y populares de Ocumare de la Costa, esa es la Bahía de Cata, ubicada a 58 km de Maracay. Un pedacito de Mar Caribe en donde el mar y la montaña se unen, apapachandose hasta convertirse en una sola maraña de verdes; característica propia de la costa aragüeña. Agua dulce y agua salada, arena y montaña, un match ganador que hace vibrar a Cata al ritmo de una energía especial.

Accidente maravilloso
En geografía, una ensenada o bahía no es mas que una entrada de agua que cuyas forma es circular y cerrada. Normalmente a estas se les da el nombre de accidentes costeños. Cata, es una bahía que posee forma semilunar, característica interesante que no solamente la hace gozar de ciertos atributos sino que también le brinda una protección del mar abierto que a su vez, genera como consecuencia una zona de aguas tranquilas, convirtiéndola en un destino totalmente seguro y perfecto para pasar un día agradable con los amigos y la familia.

Un destino caribeño obligado
La Bahía de Cata cuenta con uno de los ambientes más animados de Ocumare, haciéndola una playa concurrida. Visualmente es un espectáculo natural, en un extremo encontraran palmeras gigantes y verdes, la arena, no tan fina y de un color dorado precioso y el agua azul turquesa repleta de lanchitas de todos los colores; al otro extremo podrán visualizar vegetación selvática, la montaña y el río; dos ambientes diferentes que generan postales viajeras donde quiera que mires. Recomiendo tomarse el tiempo de ir y hacer una visita al mirador. Allí encontraran una vista panorámica de la bahía, algo simplemente hermoso.

En cuanto a los servicios, se ofrecen los más importantes: posadas con ofertas que van desde habitaciones estándar para 4 personas hasta las matrimoniales, todas con los servicios básicos. En la playa se ofrece servicio de toldos y sillas, y encontrarán servicio de salvavidas y sanitarios. En cuanto a restaurantes, la amplia oferta va desde el tradicional pescadito frito hasta una paella marinera.
Catica es otra de las sorpresas que ofrece este destino caribeño aragüense. Ubicada al noreste de Cata, es una playa pequeña, que no posee oleaje, y en donde el ambiente es sumamente silencioso, agradable y tranquilo. 

Gran parte del mantenimiento y limpieza de la playa es realizado por los comerciantes que allí hacen vida, trabajadores fajados que cada vez que se les brinda la oportunidad hacen el llamado a los visitantes de disfrutar de manera consciente de los espacios, desarrollando sentido de pertenencia, y sobre todo, llevándose la basura que generen. Bahía de Cata con sus contrastes de colores, ambientes y texturas enamora y es un destino que vale la pena visitar todas las veces que sean necesarias.

Dato mochilero
En el puerto, ubicado en la parte occidental de Cata, podrán encontrar las lanchas que los trasladarán hacia Catica, la Ciénega, Choroni, o Chuao.
Cata cuenta con zona de camping y fogatas. solo deben ubicar una de las casetas de imparques, notificarlo y anotarse en el libro de visitas.
@luisviaja