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Boletín viajes

Islas mediterráneas

Explorar algunos pequeños paraísos que han logrado enamorar a las multitudes para planear una escapada

  • DANIEL PISKE

22/09/2019 06:00 am

De Croacia a Malta pasando por Grecia, Italia y Francia y, aunque pueda parecer una ilusión, aún existen islas prácticamente ocultas a las hordas de turistas que hace tiempo conquistaron el viejo continente. Calas recónditas, arenas blancas y aguas turquesas, pequeños pueblos marineros, viñedos y bosques de pino se alían para conformar la perfecta última escapada de verano.

 Solta, Croacia 
Aunque bastante próxima a Split, a nueve millas naúticas que se recorren en apenas 30 minutos en catamarán, la isla de Solta sigue siendo desconocida para la gran mayoría de los viajeros.Playas de piedra, naturaleza casi intacta y aguas cristalinas en bellísimas bahías asomadas al Adriático son la constante en este delicioso lugar, donde el tiempo parece haberse detenido. Partiendo de Rogac, al norte, podemos explorar la isla con paradas en Grohote, el asentamiento más antiguo y más grande de Solta y su centro económico y administrativo; o Stomorska, a solo 12 km de Rogac, donde nos espera un pequeño pueblo de pescadores que rezuma encanto. De solo alrededor de 250 habitantes, ofrece un paisaje de postal con casitas de piedra y barquitos atracados a apenas unos metros.

No debemos dejar de visitar tampoco Necujam y sus hermosas playas y calas, además de una agradable paseo marítimo, o Maslinica, el único pueblo y el único puerto al oeste de la isla, con casas apiñadas en torno a un castillo del siglo XVIII y pequeñas playas, que mira a un archipiélago de siete islas formando una idílica postal mediterránea. Además de recrearnos en la calma y las bellas playas, Solta nos reserva otros placeres, en este caso dedicados al paladar, con su vino local, denominado Dobricic y su aceite de oliva virgen extra como puntales de sus propuestas gastronómicas.

Salina, Italia
La segunda más grande de las islas Eolias, frente a la costa de Sicilia, nos espera con un paisaje de viñedos y olivares, playas de guijarros y pintorescos pueblos de pescadores. Mucho menos conocida que sus hermanas Lípari, Stromboli y Vulcano y ajena aún al turismo a gran escala, en sus 27 km cuadrados hay tres núcleos principales: Santa Marina Salina, Leni y Malfa. De origen volcánico, fue denominada por los griegos Didyeme (gemela) justamente por los dos volcanes inactivos que ostenta: Fossa delle Felci y Monte dei Porri, que además son los dos mayores picos de las Eolias, un archipiélago catalogado como Patrimonio Mundial por la Unesco.

En la playa de Pollara y sus alrededores, además de darnos un chapuzón en aguas transparentes, podemos visitar la casa de Neruda, en recuerdo a la grabación en estos parajes de la película 'El cartero y Pablo Neruda'. Se puede llegar a través de un ferry que conecta la isla con Nápoles y Milazzo, y que dura, desde esta última, alrededor de 90 minutos. Una vez en Salina lo mejor es alquilar una moto y recorrerla a nuestro aire. 

Agistri, Grecia
Dentro del golfo Sarónico y realmente pequeña, con no más de 14 km2 de extensión, Agistri permanece a la sombra de otros destinos griegos como Egina, Hydra o Salamina. Sin grandes atracciones, ruinas o museos, el lugar es perfecto, sin embargo, para relajarse en el mar, perderse en sus parajes naturales -ya sea caminando, a caballo o en bici- y disfrutar de la gastronomía. La mayoría de hoteles y apartamentos se concentran en Skala, aunque no es el pueblo mayor, pero sí el principal punto turístico por sus coquetas playas y una abundante oferta de restaurantes y cafeterías. En el centro se levanta la iglesia de Ayii Anaryiri con su gran cúpula azul. 

cerodosbe.com
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