Actualmente las cosas han cambiado y gracias a la creación de escuelas de baristas de alta calidad, el café es una referencia muy importante, pero desde otro punto de vista. Esas escuelas se han dedicado en los últimos cinco años a formar centenares de venezolanos que hoy por hoy trabajan en cafeterías nacionales e internacionales. Muchos venezolanos que han tomado los cursos y que no trabajan en las cafeterías, ahora son clientes mucho más exigentes de lo que eran hace cinco años. Hay una serie de empresas tostadoras de café que han tomado este oficio con una enorme responsabilidad y con un tremendo compromiso, como por ejemplo Pietro Carvoni, Gustavo Paparoni, Luisa Villano, Granos Venezolanos Santa Cruz de Mora y la gente de Quiero un Café, que está haciendo un trabajo importantísimo en el tostado del grano de un café de alta calidad. 

En la capital hay estos locales especializados en café para todos los gustos. Se encuentran los de toda la vida como Café Piu en Bello Monte, con una larguísima experiencia y están los nuevos emprendimientos detectados por los amantes del café, quienes averiguan más sobre la producción y degustación de esta deliciosa bebida, como el de René Orellana en Los Palos Grandes. Otro que ha destacado por sus conocimientos y emprendimiento novedoso es Luis Savignano, con su cafetería que se ha convertido en un lugar de eventos, de encuentros y de cursos en El Hatillo Para alcanzar el éxito en un emprendimiento es importante ver hacia otras latitudes y aprender de experiencias a nivel internacional.

Es fundamental ponernos al día y estar a la altura de los acontecimientos, como por ejemplo sumarnos a los grandes eventos de competencias internacionales como es el caso de Aeropress, una técnica para obtener café, que se ha convertido en una corriente mundial y es un concurso internacional donde baristas venezolanos han tenido la suerte de participar y cuya final se realizará en Londres, donde estaremos representados por connacionales. En esa extraordinaria competencia habrá muchos baristas del mundo entero. No podemos dejar de mencionar que hay un nivel de interés por los caficultores, como Enrique Egaña. Este agricultor ilustrado mandó unas semillas de café Geisha producidas por él mismo aquí en Venezuela, con todos los parámetros de un buen agricultor, a Costa Rica para que lo calificaran a ver qué puntuación le daban y le dieron 86 puntos, una calificación de café de especialidad.

En días pasados el amigo Raúl Martínez me informó que desde hace veintitrés años ningún café era calificado como café de especialidad y ahora Don Enrique nos regala esta enorme satisfacción. Amigos del café, ahora es cuando hay café para rato, para cosechar y degustar en este mundo infinito. Este es el mejor momento de disfrutar de esta bebida sin igual, que da mucha satisfacción y quita los pesares.