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Entre meridianos y paralelos

Rivera Francesa

La Cote d´azur es magia pura, una luz que brilla, que alienta y que incita a vivir intensamente

  • Diario El Universal

11/08/2019 06:00 am


 Alexis Navas Magaz

Unos lo llaman Glamour, otros gran clase, otros mas Savoir faire, al final realmente no importa tanto el nombre como lo que se respira, lo que se vive, lo que se ve….y también lo que no se ve, porque se intuye, y aquello que se escucha, es que la Rivera Francesa es magia pura, una luz que brilla, que alienta y que incita a vivir intensamente.

 El siglo XX marca un antes y un después para esta romántica región enamorada del Mediterráneo. Muchos de los grandes artistas, escritores, pintores, poetas, posiblemente por su enorme sensibilidad optaron por refugiarse entre su verdor, entre sus azules, entre sus ocres y amarillos refulgentes, paralelamente las monarquías, la burguesía y lo mas selecto de Europa del Norte hicieron de Cannes, de Niza, Villefranche Sur Mer, St. Tropez, un secreto no tan bien guardado. Luego, años mas tarde, las luminarias del cine, de la industria pujante europea, hicieron de sus costas un epicentro para grandes fiestas, temporadas plenas de elegancia, de derroche. 

Si uno se para frente a esa costa casi infinita, con playas que están llenas de unas piedras redondeadas muy particulares, voltea, y observa un contrastante verdor, esos son los Alpes Marítimos, llenos de muchos pueblitos que los pueden dejar enamorados de por vida, con ello, al partir, sentir un gran despecho, lo que hará que regresen una y otra vez, sin siquiera sentir un ápice de remordimiento, y muchísimo menos de aburrimiento. Seguramente Cannes y Niza son de las ciudades mas escuchadas, la primera cada año adquiere mayor centimetraje en la prensa mundial debido al festival de cine, pero Aix-en-Provence tiene un encanto único e inimitable, sus calles encerradas tras murallas que cuentan siglos de historia.

 Llegar a Eze Le Village en lo alto de la montaña, un laberinto de callejuelas empedradas y a la entrada, un castillo que hoy día es un fantástico hotel, con un restaurante de galardón. St. Paul de Vence, no por quitarle méritos a las precedentes, es algo subliminal, casi podría decirse que siguen sus estructuras originales, pero cada casa, cada rincón, cada escalón es una galería de arte, aquí vivieron los grandes maestros del impresionismo, algunos de ellos, como Picasso, pagaban al Hotel La Colombe d`Or con sus obras. 

 La zona de La Rivera, lo que es bien popularmente conocido como La "Province", y sus alrededores, tiene muchos íconos que las distinguen, manteles floridos con motivos de uvas, girasoles, colores amarillos, verdes, azules, vino tinto, la famosa "Cigalle", nuestra chicharra que canta de alegría en esos parajes, la lavanda, las flores , de hecho las grandes casas de perfumes compran aquí sus esencias. Hay dos cosas que no pueden dejar de hacerse, y aún faltan mas por recomendarles, entrar al Hotel Negresco, pasearse por el mercado de Niza, y disfrutar de un buen vino, observando como pasan frente a usted, todos los colores y degradaciones posibles de los rosas, amarillos, salmón en unos atardeceres que su mente jamás podrá olvidar.
Bon Voyage et a Bientot!! www.rephighclass.com 

 @alexisnavasmagaz      
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