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Catando Lugares

Marrakech

Un destino que se sumerge en una mescolanza entre la cultura árabe, el islam y lo africano

  • Diario El Universal

04/08/2019 06:00 am

Gabriel Balbas 

Para muchos Marrakech es el primer contacto con el continente africano. Una ciudad que nos invita a explorar la África del norte, también llamada África árabe o la región Magreb. Lo primero que seguramente nos impacta de Marrakech es su color ocre, desde que el avión se aproxima a esta ciudad impresiona la monocromía. Le llaman la ciudad roja, y obedece a una norma que indica que el exterior de las edificaciones debe ser color rojo, porque se utiliza como material de construcción la tierra local. A Marrakech hay que ir preparado, psicológicamente hablando, pues es un destino que se sale de lo convencional del clásico turismo europeo, y se sumerge en esa mescolanza entre la cultura árabe, el islam, lo africano, sin perder el toque mediterráneo. Durante la mayor parte del viaje estaremos dentro de la medina, lo que encierra la ciudad dentro de muros de tierra roja, convirtiéndola en un laberinto de callejuelas, mezquitas y bulliciosos mercados. 

El lugar más popular de áfrica
La plaza Yamaa el Fna nos muestra el pleno corazón de la ciudad de Marrakech. En este lugar pasa de todo: suenan los tambores, emerge la imagen monumental de la mezquita Kutubía; se venden frutas frescas, artesanía y hasta dentaduras humanas. Te topas con encantadores de serpientes con sus cobras en cestas; monos amaestrados, mujeres que pintan la piel con henna, y sobre todo hay gente ¡Mucha gente! Este lugar es hermosamente abrumador para el turista. Esta plaza hay que visitarla por lo menos durante tres veces al día. Temprano en la mañana cuando está relajada y se puede disfrutar el esplendor de las edificaciones de la zona. Durante la tarde ya es el típico caos de Marrakech, con el bullicio y el gentío, pero aun así este sitio tiene su magia. En la noche se montan los puestos de comida, y la plaza parece un enorme restaurante a cielo abierto, ideal para disfrutar la gastronomía local por muy bajo precio.  

Estadía en un Riad 
Podríamos describirlos como la versión tradicional marroquí de un hostel. Riad significa paraíso o jardín, y por ello así se designan en Marrueco a estructuras de grandes casas, con hermosos jardines internos. El hospedaje en un riad gira en torno a habitaciones que se ubican dentro de estas casas, alrededor de un hermoso jardín central. Pueden encontrarse riads muy económicos y excelentemente ubicados. Hay opciones desde 15$ por noche, e incluye un abundante desayuno de comida marroquí, el té con dulces en la tarde, y hasta una vista hermosa de la plaza central. 

Entre mercaderes y regateo
 Marrakech está más que repleto de sitios que se fijarán en tu mente como una postal permanente. Comenzando con el zoco, una docena de callejuelas llenas de mercaderes que venden artesanía, productos y alimentos tradicionales de la cultura marroquí; es aquí donde se pone en práctica el regateo, porque siempre el precio inicial es como mínimo tres veces mayor al que pagaremos finalmente. Otra visita obligatoria es el mercado judío de las especias; todo un deleite aromático y visual donde la cúrcuma, el comino, el azafrán, el jengibre, y la canela en rama - entre muchas otras- se convierten en montañas que se apilan en una gran cantidad de puestos.  

Tour por los curtidores de pieles
 En Marrakech lo tradicional es llamativo y su cultura es contagiosamente fascinante. Eso lo aprendes luego de hacer un recorrido nocturno en las curtidoras de pieles de animales, una actividad que es muy común en la zona, y que, si bien implica un recorrido con olores bastante desagradables, te permiten entrar en contacto con la faena laboral del marroquí más humilde. Aquí la gente trabaja duro para llevar el pan a sus casas.

El Corán como parte del viaje
Las 5 oraciones diarias del Corán se escuchan en casi toda la ciudad por los parlantes de las mezquitas. Todo el que viaja por primera vez a un país islámico se sorprende con esto. En Marrakech hay varias mezquitas, y el cato no es sincronizado entre todas, por el contrario, los cánticos se desfasan y se solapan unos con otros. Es parte de la atmosfera que envuelve el viaje día tras día; desde la primera oración que hacen hora y media antes de la salida del sol, hasta la última 2 horas después de anochecer.

Hospitalidad en una taza de té
Los marroquíes son muy cordiales, basta pasar frente alguna casa con la puerta abierta, o una tienda, para que nos inviten a pasar y compartir el tradicional té marroquí: una infusión de yerbabuena, con el que los locales te demuestran su fraternidad. La infusión la sirven generalmente desde una tetera de metal hacia un vaso mediano; suele ofrecerse bien caliente y con bastante dulce. Tomar el té es parte fundamental de un viaje a Marruecos, y nos ayuda ahorrar dinero en agua mineral o café. El uso "correcto" de las manos. En el islam la mano izquierda es considerada la mano impura, por ser utilizada para el aseo personal y otros actos "viles", por tanto, jamás debemos tomar un alimento con esa mano. Cosa que se complica cuando estamos acostumbrados a usar indistintamente ambas manos al alimentarnos. 

La mano derecha es considerada por ellos para las cosas nobles, y se usa para comer, saludar, y entregar dinero. ¡Ah! muy importante, solo se puede estrechar la mano a personas de tu mismo sexo. Marruecos es un país que te da mucho que aprender y disfrutar por muy poco dinero. El dirham, la moneda nacional, está bastante devaluada y el cambio favorece al turista. Si están buscando un viaje inolvidable, de esos que se terminan convirtiendo en una buena experiencia de vida, definitivamente Marrakech es una opción que se debe considerar. Es muy fácil conectar desde España, Portugal, Francia o Bélgica a Marrakech, y disfrutar de unos días en el norte africano.

@gabrielbalbas


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