Esa es una de mis debilidades, así que siempre ando buscando nuevas propuestas, y descubrí para mi buena fortuna en las montañas de Aroa, en el Estado Yaracuy, los que a base de leche de cabra hace Agropecuaria mi Refugio, la finca que Carolina Camacaro y José Gil dirigen y en donde se han dedicado a experimentar con una base tan noble. Los resultados han sido más que satisfactorios, porque no solo se limitaron a los básicos quesos frescos, los madurados también se abrieron camino en sus cocinas, además de preparaciones con miel y frutos secos, pestos de albahaca y otros aderezos que realzan el sabor del producto. La ricota no falta en su línea con la que proponen la preparación de deliciosos postres, y como no quisieron quedarse sólo en lácteos, pues si ustedes deciden comprar su cremosa oferta también podrán encontrar carne empacada, lista para consumir. Yaracuy se las trae y galopa duro por el mundo de los fogones. 

Coordenadas: Para solicitudes: Instagram: @agropecuariamirefugio   

El ron venezolano se lleva los honores. Basta ver cuantas marcas existen en Venezuela, y cuantas de ellas compiten con las mejores del mundo y se alzan con los premios principales. Pues en ocasión de las medallas de oro y plata que ganó la Destilería Caribú en el último evento de licores realizado en Estados Unidos, conocí la nueva línea que ya es famosa en tierras foráneas y ahora promocionan en Venezuela; bebidas jóvenes, frescas, rebeldes y con mucha fuerza, como el animal que representan. Los espacios de la Academia de Sommeliers fueron ideales para probar su propuesta de licor empezando por el blanco, con notas a coco, anís, clavo de olor y vainilla. Me hizo sentir en cualquiera de las playas venezolanas, sentado frente al mar, con un vaso de la bebida en la mano y la convicción de la tierra que tenemos en los ojos. Le siguió el Gold Superior y el Selectión Solera, el último ya puede llamarse ron porque tiene dos años de añejamiento en barrica y lo lleva a uno a los confines llaneros, montando a caballo, acompañando el añejo con un recio trozo de carne en vara. Mención aparte merece su Black Strap Sipced, el primer especiado de marca hecho en tierras venezolanas. Ese último licor me trasladó a Los Andes y su frío, a embutidos y quesos ahumados, a montañas verdes. Concluí que esta nueva línea de una empresa que tiene más de 50 años apostando al país es ideal para viajar por Venezuela sentado en mismo asiento. 

Coordenada: Instagram: @cariburum

No pueden perderse lo que hace ahora cada mes el restaurante Santos Sabores, un local de comida casera con toque gourmet, ubicado en la avenida principal de Chuao, Caracas. Ellos decidieron no sólo ofrecer platos para el desayuno, almuerzo o merienda, sino también hablar de ella y por eso se idearon un ciclo de charlas llamado Conversaciones Santas, donde en cada edición presentan un invitado que enamora con su pasión por la buena mesa. Ya he disfrutado dos de estas conversas y la verdad es que no tienen desperdicio, pues en la primera aprendí sobre los ingredientes afrodisiacos y como utilizarlos gracias a los dones de la cocinera Carmen Montelongo para exponer y preparar estos platos. En la segunda tanda, Rosanna Di Turi, una de las periodistas gastronómicas más importantes del país, hizo un recorrido por el cacao y los lugares donde este se encuentra. Llevó al público a soñar con este como motor de la economía y se hizo acompañar de la dulzura del chocolate elaborado por Miguel Rodríguez, creador de la marca Herencia Divina, quien aparte de su línea de chocolates ofrece en su cartera de productos una base para torta que difícilmente encuentren en marcas comerciales. Pero eso no fue todo, las muchachas que lideran La Kombi del Té, dieron una clase magistral sobre estos blends qué son, cómo se toman, cómo conocerlos mejor. Quedé tan emocionado por esta genial idea, que ¿adivinen quién será el protagonista de la tercera edición de Conversaciones Santas?, pues el mismo Menú Callejero que viste y calza, nos vemos a finales del mes de julio para hablar sobre cocina de aprovechamiento y todo lo que se le puede comer a una res, por supuesto, no sólo hablaremos, también probaremos.