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Catando lugares

Santo Domingo

Un paseo por la primera ciudad construida por los españoles en continente americano

  • Diario El Universal

14/07/2019 06:00 am


Gabriel Balbas 

Caminar por las calles de la zona colonial de la capital dominicana es viajar en el tiempo hasta el siglo XVI, y admirar la arquitectura de la época en la que la corona española comenzó a levantar ciudades en lo que se consideraba "el nuevo mundo". Caminos empedrados, templos católicos, coloridas fachadas de grandes zaguanes y balcones enrejados en hierro forjado. Santo Domingo es una ciudad que te sorprende con detalles históricos. La atmósfera en las calles de esta ciudad es peculiar, contrastando sus paisajes de herencia colonial con una modernidad que los dominicanos han sabido ir introduciendo sutilmente, dando aires de capital cosmopolita con arraigo cultural. 

Alojamiento en el casco antiguo
Olvídense de los grandes hoteles. La mejor opción para hospedarse en Santo Domingo son los hostales y pensiones de los alrededores de la zona colonial. Esta ubicación estratégica nos permitirá pasear caminando todo el casco antiguo, incluso durante horas de la noche. Buscando con antelación se pueden encontrar opciones de alojamiento por menos de 100$ por noche en habitación con aire acondicionado, cama matrimonial, ducha con agua caliente, y vista al mar; un buen precio en comparación a las tarifas de otras islas del Caribe para un cuarto de hostal con características similares. 

Comida generosa y sabrosa
Si algo tienen los dominicanos es buena sazón. Los platos tradicionales de República Dominicana son una mezcolanza de preparaciones heredadas de los españoles con toques propios de la cocina caribeña, y algunos ingredientes de la cocina africana. El preferido de la gastronomía local es el mangú, un plato elaborado con plátanos sancochados majados, a la manera de puré, una preparación que llegó a estas tierras junto a los esclavos del Congo. Sobre el mangú se colocan diferentes ingredientes como el queso blanco, salami, cebolla sofrita, y hasta huevos fritos. También podremos disfrutar del mofongo, llamado por algunos "el mangú de Puerto Rico", en el que el puré se realiza con el plátano verde frito, sazonados con bastante ajo y algo de aceite de oliva; teniendo como principal atractivo gustativo los trozos de chicharrón de cerdo que se le agregan a la masa elaborada con el plátano. Mientras que el plato más sencillo y popular que no puede faltar en una mesa dominicana, y en un almuerzo durante nuestra visita, es el clásico arroz con habichuelas negras.

Recorrido por 500 años de historia
Para pasear por toda la zona colonial, y admirar la arquitectura que abarca la evolución en 500 años, podemos montarnos en el "Chuchú colonial" un peculiar tren, conformado por 2 vagones sobre ruedas que son remolcados por un carro antiguo. El chuchú parte cada hora desde la avenida El Conde, y traslada a los visitantes por los principales puntos de interés, que en total suman 25 monumentos con valor histórico. El recorrido es completamente guiado y nos dará una visión completa del contexto histórico que alberga la capital dominicana.

Visita a la fábrica de tabaco
Al igual que en Cuba, en la República Dominicana la elaboración de tabacos es todo un arte. Así no se sea un fumador no se puede dejar de pasar por una de las casas de tabacos que se encuentra en toda la zona peatonal de la calle El Conde. Déjese seducir por el aroma de las hojas de tabaco, cuidadosamente cultivadas, seleccionadas y secadas. Disfrute viendo a los torcedores armando manualmente los tabacos con una agilidad y estilo increíble. Se puede pasar un largo rato admirando como fabrican tabaco tras tabaco. Ver cómo van colocando hojas sobre un tablero, realizando cortes exactos con la cuchilla, presionando con la prensa, moldeando y aplicando sutilmente la goma, y troceando con la guillotina. Así en las manos del torcedor las hojas se van convirtiendo en cilindros de tabaco, que deleitarán el paladar de quienes tienen el gusto por disfrutar bocanadas de humo. 

Un día de playa en Boca Chica
Quizá no tenga la majestuosidad de las playas de Punta Cana, pero Boca Chica es un balneario hermoso por donde lo vean. Es la playa pública más cercana a Santo Domingo y por eso es la preferida de los lugareños para su esparcimiento. Boca Chica regala una vista fenomenal, con aguas azules bastante cristalinas. Cuando te sumerges notas lo transparente de estas costas. Por su poca profundidad se convierte en opción de ambiente familiar, ideal para quienes viajan con niños. Esta playa puede definirse como una especie de piscina natural, solo que bastante visitada pues queda a solo 30 minutos en bus desde de la capital.

Para armonizar el viaje
Los rones dominicanos están muy bien valorados en mercados internacionales. No se puede dejar la isla sin disfrutar de al menos un par de copas de los destilados de caña de la República Dominicana. Se caracterizan por ser aromáticos, de gusto dulce, y el toque a madera que le da a estos rones el paso por barricas de roble americano. Todo el que va a dominicana debe marcharse con una respuesta para sí mismo ¿Ron Brugal o Ron Barceló? Lo otro que seguramente probaremos a montones durante el viaje será la Presidente. Se trata de una cerveza rubia, tipo Pilsen, bastante refrescante. Ideal para combatir el calor de Santo Domingo. Santo Domingo es un destino que sorprende la vista con su arquitectura colonial; enciende el oído con sus orquestas de merengue callejero; despierta el olfato con aromas a chocolate, ron, café y tabaco; envuelve el gusto con los sabores del mangú; y finalmente acaricia el cuerpo con las cálidas aguas de sus playas ¡no hay duda, Santo Domingo es un deleite sensorial! 


Calles de la zona colonial de Santo Domingo

@gabrielbalbas



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