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Destinos sorprendentes

Irlanda del Norte

Un viaje a este país en busca de los paisajes reales de juego de tronos, la serie más impactante de la televisión en los últimos años

  • Diario El Universal

09/06/2019 06:00 am


Buena parte de los Siete Reinos de Poniente se encuentra concentrada en poco más de 14.000 kilómetros cuadrados, la extensión de Irlanda del Norte. La producción de Juego de Tronos, la serie de HBO que se ha convertido en todo un fenómeno mundial y que acaba de estrenar su última temporada, tiene su sede central en los Titanic Studios de Belfast, así llamados por encontrarse junto a los antiguos astilleros donde se construyó el famoso barco. Debido a ello, aunque el rodaje de la serie se ha repartido por media Europa, es el norte de esta isla el que concentra la mayor parte de escenarios, sobre todo aquellos relacionados con el norte y el este de Poniente. Y ahora que se ha terminado de rodar, los lugares donde se ambientó la serie sirven de atracción turística. Por ellos se han organizado rutas y actividades que convierten a Irlanda del Norte en un auténtico territorio de Juego de Tronos. Simplemente paseando por las calles de Belfast estos últimos meses era posible tropezarse con un buen spoiler de la última temporada, ya que por encima de las tapias de los Titanic Studios se podía ver el estado en el que había quedado un importante decorado tras la última temporada. Pero si uno viaja hasta Irlanda del Norte no es sólo para ver decorados y homenajes, sino para estar en los lugares reales donde se rodaron escenas míticas. Y para ello lo mejor es empezar por el mismísimo principio Viajando unos kilómetros al sur de Belfast, al condado de Down, podemos irnos al primer capítulo de la serie. ¿Recuerdan? Un grupo de exploradores de la Guardia de la Noche exploraba un bosque al norte del Muro y encontraban un poblado masacrado y peor aún, a los caminantes blancos causantes de la matanza. Ese bosque era Tollymore, un parque natural que, en realidad, no estaba nevado durante el rodaje, sino que el suelo del bosque se cubrió de plástico y este a su vez de nieve falsa. Son esas curiosidades las que uno puede aprender en alguno de los tours que organiza empresas como Game of Thrones Tours, con el aliciente de que sus guías son personas que participaron como extras en la serie, con lo cual uno puede viajar con el doble de Davos Seaworth o escuchar anécdotas sobre cómo el guía murió siete veces en la batalla de Aguasnegras.

No es la única empresa de la zona que proporciona experiencias en torno a la serie. Por ejemplo, GoT Direwolves ofrece conocer a dos de los perros que interpretaban a los huargos de los Stark; y Winterfell Tours organiza tiro con arco, lucha con espadas y banquetes para grupos en el castillo de Ward, que fue, con ayuda del CGI que elevó sus murallas y le dio una segunda torre a su entrada, la Invernalia que recibió al rey Robert Baratheon y a los Lannister en el primer capítulo y que está muy cerca del bosque de Tollymore. De hecho, una de las cosas más curiosas que se ven recorriendo los escenarios es lo cerca que estaban en realidad partes de los Nueve Reinos que parecían muy distantes. Por ejemplo, cuando Brienne y Jaime escapan del campamento de Robb en bote, el lugar donde desembarcan está sólo a pocos metros de donde se encontraba el propio campamento. Que, a su vez, está a tiro de piedra de Invernalia y es casi el mismo lugar donde Theon Greyjoy decapita a Ser Rodrik. 

Y si seguimos la costa norte de Belfast, nos encontramos de forma consecutiva con el Mar de los Dothraki (valle de Shillanavogy), la cueva donde Melisandre dio a luz a la aterradora sombra que asesinó a Renly (cuevas de Cushendun), la costa de las Islas del Hierro (Ballintoy) y la isla sobre la que se levanta Rocadragón (Downhill Strand). Aunque, a veces, en vez de verlo todo muy cerca, descubrimos todo lo contrario: por ejemplo, en el pintoresco puerto de Carnlough, delante de las escaleras por las que Arya sale del canal de Braavos tras ser apuñalada, descubrimos que Maisie Williams tuvo que viajar miles de kilómetros para esa escena: cuando miraba desde el puente estaba en Croacia, el propio puente y el canal estaban en Gerona y emergió en la costa norirlandesa. Eso sí que es nadar. Otras de las curiosidades que ofrece Irlanda del Norte al fan de Juego de Tronos es recorrer diez pubs y restaurantes típicos repartidos por toda la región en busca de las puertas talladas con motivos que cuentan la historia de la sexta temporada, hechas con madera de árboles derribados por una tormenta en los Dark Hedges, un bello camino arbolado que sirvió como el Camino del Rey entre Desembarco del Rey e Invernalia (y que es uno de los escenarios que más visitantes atrae). Poniente e Irlanda del Norte han quedado ya inextricablemente unidos. Ahora hay que descubrirlo dejando volar la imaginación. Cuidado con los dragones. 

Pistas 
Cuando estén en Belfast, no deberían dejar de visitar el Museo del Ulster para ver el tapiz de Juego de Tronos, hecho de hilo irlandés en telares tradicionales y bordado a mano por artesanas locales, de entre 22 y 82 años, que prestaron voluntariamente su trabajo, con las escenas más importantes de la serie, imitando el estilo del famoso tapiz de Bayeaux (siglo XI). Una espectacular obra de artesanía que permite repasar toda la historia de un vistazo. Una vez se complete la parte correspondiente a la octava temporada, el tapiz medirá más de 90 metros. Más información sobre este tapiz y sobre todas las experiencias de Juego de Tronos, en Irlanda del Norte se puede encontrar en la página web de Turismo de Irlanda (www.turismodeirlanda.com).

Fuente: ABC viajar
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