Nuestra primera parada es en los alrededores del colorido pueblo de El Hatillo. En la calle El Manguito, en dirección al sur, se encuentra Savignano Café, una propuesta que comenzó con la iniciativa de Luis Savignano propietario de una venta de repuestos, quien trató de estimular a su clientela sirviéndoles café, pero en este servicio de café que brindaba, se le ocurrió la idea de desarrollar un proyecto personal sobre el mundo del café. Luis comenzó a tomar cursos en todas las escuelas de capacitación que tiene la ciudad y luego viajo al exterior, donde hizo un contacto importantísimo con Raúl Martínez, un ograder del estado Táchira, quien tiene una escuela de café.

También visitó todos los lugares de Venezuela donde siembran buen café y de allí obviamente comenzó a crecer, a desarrollar una propuesta de hacer su propio café. Hoy por hoy es una realidad que se llama Savignano Café. Un lugar que se ha convertido en epicentro de encuentro de personas atraídas por el tema y que se han conseguido una selección de calidad excepcional, los cafés especiales. Luis tiene una maquina donde tuesta café, una máquina expresa donde por supuesto sirve café y se dedica a brindar cursos muy variados. Así que a las personas que les interesa el mundo del café, visitar a Luis Savignano en la calle El Manguito de El Hatillo, puede ser un lugar de verdadero interés para su crecimiento en este mundo fantástico del café.

Bajando de El Hatillo nos detenemos en Las Mercedes. En la calle La Cinta a pocos metros de la iglesia La Guadalupe, está el vivero Las Poncheras, propiedad de una familia que se ha dedicado en las noches a planificar encuentros de gastronomía para grupos de diez o doce personas. El local ha tenido mucho éxito por su excelente servicio, la seguridad que prestan y por el lugar que es encantador. Una noche caraqueña en la que tengas la oportunidad y el deseo de deleitarte con una buena cena en un lugar tan agradable como es un vivero, rodeado de helechos, coquetas y orquídeas, es ideal. Caracas no para de tener sitios interesantísimos. 

No podemos dejar de hablar de algunos restaurantes conocidos que siguen siendo un referente fundamental de la gastronomía nacional, como es el caso de Alto, en la primera avenida de los Palos Grandes, donde siguen haciendo un trabajo por la cocina venezolana de altísimo nivel. Su chef Carlos García sigue estando al frente, a pesar de tener otro emprendimiento en Miami. Aquí en Caracas siguen al frente los hermanos Zambrano que están haciendo un trabajo de absoluta calidad. 

Siguiendo en Los Palos Grandes, se encuentra La Casa Bistró un lugar magnifico, una casa deliciosa para disfrutar de un desayuno memorable y un almuerzo en compañía de sus seres queridos. Para endulzarse, nada mejor que un buen chocolate, cuya producción se ha convertido en desarrollo profesional de algunos venezolanos. Tras finalizar sus estudios en China, Luzmar Zurelis y Diego Granadillos, se interesaron por el tema de los bombones con sabores venezolanos. Ellos lo llaman Chocolates Lúdicos y se consiguen en La Licoteca. Los sabores son increíblemente bien logrados. Cuando usted muerde se consigue con selva de coco, con un bocadillo de guayaba y esto lo hace absolutamente excepcional y lúdico como su nombre. Caracas es una ciudad infinitamente interesante, donde gran cantidad de artesanos del paladar han ido arrullando poco a poco experiencias innovadoras.