Lorena Artigas
Cosmopolita, multicultural, abierta al mundo y muy europea. Así es Barcelona, la joya más preciada del Mediterráneo. Siempre figura en los listados de las ciudades más visitadas del mundo y por sobradas razones: Barcelona tiene tanto que ofrecer que es un destino fácilmente repetible.
No se deje nublar el juicio por tanta polémica política. Más allá de los conflictos que puedan acaparar titulares de prensa, la ciudad no ofrece otra cosa que los brazos abiertos a todos sus visitantes.
Qué ver: los imprescindibles
Tristemente recordada por ser escenario del atropello mortal del atentado terrorista del 17 de agosto de 2017, Las Ramblas de Barcelona han sabido resurgir de sus cenizas. El horror nunca logró apagar -ni por un segundo- la alegría de este icónico y emblemático centro neurálgico del turismo. Sus tiendas, restaurantes, quioscos de prensa y flores, heladerías, estatuas humanas, artistas y chiringuitos siguen más vivos que nunca. Un básico que no puede dejar de visitar y recorrer de punta a punta, desde Plaza Cataluña hasta la estatua de Colón, que vigila estoicamente uno de los paseos más famosos del planeta. El mercado de La Boquería, más o menos en la mitad del recorrido, ofrece un espectáculo para los sentidos con sus productos frescos y una amplia gama de olores y sabores.
Otro lugar ineludible de Barcelona es una de las obras inacabadas más fotografiadas y queridas por propios y extraños: el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, una basílica católica que representa mucho más que un templo religioso. Así no sea usted creyente, esta iglesia no se parece a ninguna que haya visto: iniciada en 1882 y aún en construcción, en sus 3 fachadas podrá maravillarse con la magia de Antonio Gaudí. Su obra maestra refleja pasajes de la biblia como ningún otro artista ha sabido hacerlo y su arquitectura pone de manifiesto la genialidad de un hombre avanzado a su tiempo.
Ese mismo hombre fue el responsable del diseño del Park Güell. Ubicado en la parte alta de la ciudad, contrario al mar, es un espacio natural salpicado por una amplia zona monumental, siguiendo el estilo modernista del arquitecto. Destacan las escalinatas de la entrada, la archiconocida fuente de la salamandra, y la llamada "Sala de las cien columnas", que sirve de soporte a la plaza superior, con mirador desde el cual se puede contemplar la ciudad. Esta sala, que realmente tiene 86 columnas de más de 6 metros de alto, es una verdadera maravilla visual, con sus 4 rosetones decorativos en el techo que representan las 4 estaciones.
El barrio gótico, conocido como El Born, alberga historia y encanto a partes iguales. Su viejo mercado hospeda hoy en día un centro cultural con ruinas del siglo XVIII. Un antiguo convento, tiendas, mercados (como el de Santa Caterina) y museos (como el Picasso), así como el Palau de la Música, son solo ejemplos de las maravillas de este barrio. La catedral de Santa María del Mar, que sirviera de inspiración a Ildefonso Falcones para su novela La Catedral del Mar, es otro punto icónico que no puede pasar de largo sin visitar.
Y así, podríamos llenar páginas enteras enumerando sitios que debe ver en Barcelona. Para hacer breve el relato falta mencionar: la Catedral de Barcelona, el Arco del Triunfo, el parque de La Ciutadella, Paseo de Gracia (y sus célebres Casa Batlló y La Pedrera, otros 2 edificios de Gaudí), así como sus múltiples tiendas de las marcas más renombradas. También puede disfrutar del pequeño teleférico de Montjüic, disfrutar del espectáculo de luces y agua de su Fuente Mágica, subir al parque de atracciones El Tibidabo, en lo alto de la montaña que lleva este mismo nombre o sumergirse en las callejuelas del barrio de Gràcia, que cobran vida propia en verano durante su fiesta mayor. Si tiene la suerte de pisar esta ciudad un 23 de abril, vivirá la feria del libro más espectacular del planeta. Todas las calles de la ciudad se llenan de vendedores de rosas y libros para celebrar la tradicional fiesta de Sant Jordi.
Dónde comer:
Cuna de maestros de la cocina como Ferrán Adrià, quien fuera catalogado como el mejor chef del mundo en diferentes ocasiones, Barcelona cuenta con una amplia no, amplísima oferta culinaria. Desde sitios buenos y baratos hasta exclusivos y costosos, los paladares más exigentes pueden gozar con todo lo que en materia de fogones ofrece la carta de la ciudad condal.
Si lo suyo es comer por todo lo alto -sin mirar precios- no le faltarán restaurantes con varias estrellas Michelin: como Lasarte de Martín Berasategui; Disfrutar, de los ex jefes de cocina del hiper premiado El Bulli; o Àbac, del televisivo Jordi Cruz. También podrá complacer su sentido del gusto con locales donde se ensalza la gastronomía de diferentes partes del mundo (sin dejar de lado la venezolana, por supuesto). A pie de playa con maravillosas vistas, una buena opción es el Pez Vela, en los bajos del hotel W, o clásicos como el Salamanca. Pero no se preocupe de tanto nombre y renombre, basta con caminar por sus calles que le saldrán al paso cientos de opciones apetecibles. Eso sí, no deje de merendar unos buenos churros con chocolate, de toda la vida, en La Pallaresa (calle Petritxol, en pleno centro de la ciudad.
Cerca de Barcelona:
Si tiene tiempo y ganas de conocer paisajes diferentes, la comunidad autónoma de Cataluña ofrece muchas opciones más allá de Barcelona capital. A un lado la provincia de Tarragona, con sus bodegas y viñedos para los amantes del vino y el cava (el llamado champagne catalán); o el parque de atracciones Port Aventura /Ferrari Land para los fanáticos de la adrenalina a tope. Al otro costado la provincia de Girona, con sus cientos de pueblos costeros y playas de ensueño, que mencionarlas todas sería imposible. Si lo suyo es el arte no se pierda el Teatro-Museo Dalí, en Figueras, un espacio dedicado enteramente al genio del surrealismo. Y si viaja en invierno, el pirineo catalán le ofrecerá las mejores pistas de esquí, como la de Baqueira Beret, en la provincia de Lleida.
@lorelore2000vzla
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